No dudo ni un momento en que Apple ha demostrado que aún hay margen de mejora en sus relojes con el nuevo Apple Watch Ultra, aunque sea sólo para un nicho de mercado concreto. Pero si miramos a los modelos orientados al público general, vemos que los Apple Watch están viviendo una época de placidez en la que el modelo que tengas no importa demasiado.
Fiable y duradero, poco más se puede pedir
Escribo esto con un Apple Watch Series 4 en la muñeca. Un modelo del reloj que se lanzó en 2018 y que todavía aguanta perfectamente el paso de los años. Me lo compré porque mi anterior reloj, un Series 0 original, ya tenía su batería demasiado degradada y no soportaba las últimas actualizaciones de watchOS. Ya conocéis mi modo de ver las cosas aquí: usar los dispositivos hasta que la razón para cambiarlos sea de fuerza mayor.
Pero aún así el aguante de mi Series 4 me ha sorprendido: incluso con watchOS 9 sigue manteniendo el mismo rendimiento que cuando lo estrené. Lo único que sí he advertido es que la batería se agota antes, pero aún es capaz de servirme durante toda la jornada.
Puedo pensar en todas las nuevas ventajas que obtendría renovándome el reloj por un Apple Watch Series 8: pantalla siempre encendida y con menos bordes, sensor de caídas, sensor de oxígeno en sangre, carga rápida vía USB-C, más autonomía... no dudo que son ventajas que disfrutaría, pero de momento (y a mi juicio personal) no justifican la compra mientras el Series 4 siga aguantando.
No podemos decir lo mismo de alguien que por ejemplo tenga un iPhone 11: cambiar esa generación está bastante más justificado. Pero aún más importante es que la competencia en el mercado de los smartwatch tampoco puede presumir de tener ese momento dulce: no es común ver a alguien aguantando tantos años con un reloj inteligente de Samsung, Xiaomi o Huawei.
Eso es un buen as en la manga para Apple. Aunque su Watch tenga puntos mejorables: más batería, alguna integración más con iOS y gestión más inteligente de las notificaciones, más sensores... y seguro que mi compañero Javier Lacort estaría encantado de ver más variedad de correas). No es que en Cupertino hayan dado con el reloj perfecto, pero sí que han logrado uno con el que los consumidores se convencen para mantenerlo tres, cuatro o incluso más años.
¿Llegará esta época dorada del Apple Watch a un final? Pues nunca podremos saberlo, aunque obviamente no todo dura para siempre. El futuro puede sorprendernos con novedades que justifiquen mucho más renovarnos el reloj, o incluso con algún producto completamente nuevo. Pero de momento no le veo final a esta situación en la que, aunque sea con modelos de hace varios años, el Apple Watch sea un producto de fiar para cada vez más gente.
Imagen | Geometric Photography
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