Desde que el Apple Watch Ultra salió al mercado y los de Cupertino se dejaron la piel en recalcar el enfoque deportivo de su nuevo smartwatch para competir con los mejores, mis ganas de probar cómo se comportaba en carrera a pie han ido en aumento.
El momento no podía ser mejor, después de más de una decena de años corriendo, y siete bajo las órdenes de un entrenador, había decidido dar el paso para salir a las calles de Madrid y probar suerte en uno de los maratones más bonitos y duros de España. Por delante, cuatro meses para exprimir al máximo el nuevo Apple Watch Ultra.
Esto es enorme
Es la sensación que había tenido la primera vez que lo vi en un Apple Store, pero éstas se subrayaron cuando abrí la caja en casa.
Sentía lo mismo que cuando compré mi última televisión. En una gran superficie, las pantallas no parecen tan grandes, compartiendo espacio junto a los enormes paneles de 75 pulgadas de alrededor. Una vez en casa, lo primero que dije con mi pantalla de 55 pulgadas fue un “me he pasado”. Pocos días más tarde, estaba completamente habituado a la misma.
Con el Watch Ultra, me pasó algo parecido. La comparación en la tienda ya me sorprendió pero en frío, en casa, y con mi pequeño (ahora me parece enano) Garmin Forerunner 245, lo nuevo de Apple me parecía inmenso.
Pero me gusta. Me gustan los relojes grandes, por ahí no hay problema. Pero, además, la resolución de la pantalla, los colores, las animaciones… todo funciona tan bien y tiene una calidad tan alta que no tardé en caer enamorado de ella.
Poco después, ya estaba en la calle. Mi duda es cómo se comportaría la pantalla cuando entrenara y el sol pegara con toda su fuerza. Cero dudas: perfecto. El brillo es tan potente que todos los posibles miedos de no poder leer bien la pantalla quedaron rápidamente apartados.
Al día siguiente, siete de la mañana, toca ponerse el uniforme. 31 de enero, me enfundo mis mallas largas (dos grados bajo cero veo que marca el reloj ahora que repaso los entrenamientos), camiseta térmica, guantes, un reloj en cada muñeca y a la calle.
Comienza un rodaje suave, 50 minutos. Primer kilómetro y me entran las dudas: el Apple Watch marca el primer kilómetro unos 50 metros más tarde que el Garmin. Sigo corriendo, los kilómetros que caen y ambos relojes que empiezan a pitar de forma desacompasada. Cuatro kilómetros más tarde, adentrado en la Casa de Campo de Madrid, Garmin y Apple Watch se ponen de acuerdo y los kilómetros empiezan a caer al mismo ritmo. Vuelta a casa y el desfase que vuelve. Al final, unos 100 metros de diferencia.
Los días tranquilos
Con cada rodaje, mis sensaciones se repiten, pero también se despejan algunas dudas. Mañana tras mañana descubro cuál de los dos relojes sufre con el GPS (tampoco tenía muchas dudas). Mi “viejo” Garmin es el que flaquea y el que más dudas tiene. A veces el primer kilómetro salta antes de llegar a un paso de cebra en el que tengo que atravesar seis carriles. Otras veces salta ya superado el mismo. En otras ocasiones se adelanta mucho o se retrasa misteriosamente. El Apple Watch Ultra es imperturbable, el GPS funciona a la perfección y siempre salta exactamente en el mismo punto del paso de cebra. Parece un metrónomo.
Comprobando con el mapa, me sorprende la precisión de la señal GPS. El track marca exactamente el lugar por el que he corrido. Incluso precisa si he corrido por el lado derecho o izquierdo de un pequeño tramo que tengo con carril bici. El Garmin, sin embargo, comienza el track en la acera, se adentra en la carretera, sale de la misma y su pequeño zigzagueo es mucho más acusado.
Entiendo que la comparación es injusta. Mi Garmin Forerunner 245 es un gama media de 2019 pero los pantallazos dan una idea de cómo se ha avanzado en la precisión del GPS en los últimos años gracias al GPS Dual y lo sorprendente para alguien que cambie de pulsómetro en estos momentos.
Corriendo tranquilamente, sin pretensiones en mis rodajes regenerativos, puedo comprobar con facilidad los datos. Los colores de los menús están bien elegidos. El blanco sobre negro se ve perfectamente, me gusta el anillo que se va rellenando en la zona superior conforme avanza el entreno. El pulso, con su corazón, destaca sobre cualquier otro dato.
Más me gusta aún el reloj cuando voy a la piscina. Además de correr, compatibilizo mis entrenamientos con sesiones, sin ningún tipo de pretensión, en el agua. Son días que aprovecho para soltar un poco los músculos, relajarme y disfrutar sin agobios de ritmos y objetivos. Sesión tras sesión compruebo que, para lo que yo hago, el Apple Watch Ultra funciona a la perfección.
Por fin puedo ver los datos con enorme claridad bajo el agua y en ninguna sesión (durante meses) el reloj ha fallado un largo. Incluso en días con mucho tráfico en la calle, con pequeñas paradas en mitad del largo antes de pasar a alguien o para facilitar el adelantamiento a un compañero. Día tras día, los largos han caído perfectos uno tras otro. Muy sorprendido en este sentido.
En este tiempo, vislumbro otro punto fuerte del Apple Watch Ultra: su pulsómetro. Los datos son tan precisos como los de mi Garmin. Aunque a no todo el mundo le sucede, siempre me han funcionado bastante bien los pulsómetros de muñeca (con su pequeño retraso, si se compara con una banda de pecho). Entre ambos relojes, sólo un pequeño desfase sin importancia de una o dos pulsaciones, tanto en las medias como en las máximas.
Y este punto fuerte se confirma con una prueba de esfuerzo que realicé durante la preparación. Interesado por el reloj, el técnico que me asistió también estuvo especialmente atento a su comportamiento. El resultado, perfecto, el reloj clavó los datos aportados por la banda de pecho, incluido un pequeño tropezón durante la prueba que disparó momentáneamente las pulsaciones.
Repasando los datos compruebo, además, que el Apple Watch Ultra es más reactivo a los cambios, menos perezoso y más estable. Cuando toca bajar pulsaciones al terminar una serie registra antes el descenso de pulsaciones y tampoco sufre de picos demasiado altos cuando se alcanzan los esfuerzos máximos.
La especialización
Pero en todos estos ámbitos ya esperábamos que el Apple Watch Ultra funcionara bien. Es lo esperado si atendemos al enfoque que Apple ha querido darle al reloj. Sin embargo, es en los entrenamientos más específicos donde el Apple Watch tiene margen de mejora.
Cuando uno entrena intensamente una carrera (lo mismo da maratón que cualquier otra distancia) se repiten los días de series o farleck (alternar tramos rápidos con otros más lentos). Es aquí donde Apple tiene que mejorar y, sobre todo, donde no se entiende que haya dejado de lado algunas cosas evidentes.
Lo primero y más subsanable es que los menús, que son claramente identificables rodando a un ritmo tranquilo, se leen mucho peor cuando corremos a ritmos rápidos. Los datos son demasiado pequeños y me parece de difícil lectura cuando corro a 4’/km o más rápido y quiero echar un vistazo rápido al ritmo.
Además, algunos días he encontrado que el registro del pulso no medía correctamente. Unos entrenamientos después he sabido por qué: el reloj es tan grande que a ritmos altos se mueve en la muñeca. La tengo un poco pequeña y con la correa original de velcro que trae (por mucho que la apriete) acaba cediendo un poco al ir acumulando sudor y la medición no era correcta.
En este tipo de entrenamiento es posible que el reloj se mueva ligeramente y entre algo de luz que altere los resultados.Esto tiene mejor solución porque se trataría de buscar una correa con la que esto no me suceda y sólo es en esos casos puntuales. En los peores casos, he registrado unas 20 pulsaciones por minuto más de las que debería pero, una vez encontrado el problema, éste se ha reducido al mínimo. Como digo, con otra correa no creo que tuviera estas inconveniencias
Lo que es menos comprensible es que Apple haya limitado la programación de entrenamientos estructurados al propio reloj. Es incómodo y muy tedioso cuando se quiere programar algunas sesiones especialmente largas. Dejo una para explicarlo mejor:
- Calentamiento de 20 minutos
- 2x(3 km 4’20”/km + Recuperación 2’ + 2 km a 4’15”/km Rec. 2’ + 1km a 4’/km + Rec. 3’)
- Enfriamiento de 2 km
Como digo, este tipo de sesiones con dos bucles, tres series en el interior y a diferentes ritmos es muy habitual cuando se entrena a cierto nivel. Estructurar esto desde el propio reloj es poco menos que una tortura, más si añadimos avisos por objetivos de ritmo, y no se entiende que Apple no se apoye en el iPhone para poder programar estos entrenamientos.
De igual modo, echo de menos un calendario más claro, donde programar los entrenamientos y observar con un golpe de vista qué tengo por delante, qué he realizado y cuáles han sido mis entrenamientos. Un lugar donde quede claro la carga de los entrenamientos. Y lo espero con ganas porque, además, la interfaz de la app Fitness es especialmente clara y agradable.
En carrera, el rendimiento es bueno. Con esa precisión del GPS, puedo estar seguro de que estoy haciendo exactamente los metros que debo realizar en cada serie. Lo mismo sucede con los ritmos medios cuando busco correr a una intensidad concreta.
Otro punto a mejorar es la vibración. Para mí es imprescindible para saber cuándo cambio entre fase y fase o cuándo estoy corriendo fuera de la intensidad objetivo. Noto que ésta es demasiado suave. A ritmos bajos, es notable pero en mitad de un “calentón”, terminando una serie de menos de mil metros superando las 170 pulsaciones, la vibración puede pasar por alto.
Además, echo de menos otras dos funciones básicas para un reloj deportivo de este nivel. Cuando se programan intervalos a un ritmo concreto, el reloj da un primer aviso si detecta que llevamos un tiempo corriendo por encima del mismo (habitual si queremos completar un rodaje con un ritmo objetivo pero tenemos que coger temperatura en los primeros 2-3 km). El segundo aviso lo da si superamos el límite y empezamos a rodar más deprisa. A partir de ahí, no volvemos a tener noticias.
En mi caso, si quiero hacer unas series de mil metros a 4’/km, suelo programar intervalos con avisos por encima de 4’05”/km y por debajo de 3’55”/km para que me avise si me paso de ritmo o me quedo corto. Lo lógico sería que cada vez que se superan estas barreras, el reloj lanzara un aviso, pero esto no sucede, sólo lo hace una vez por encima y otra por debajo.
Y, en este caso concreto o a la hora de marcar los ritmos de los kilómetros, también echo de manos que la interfaz aproveche la enorme pantalla y muestre los datos mucho más grandes, lo que facilitaría su lectura a ritmos fuertes.
La segunda es un mayor número de botones, aunque esto sería fácilmente subsanable permitiendo una mayor individualización de los controles. El gran botón naranja del lateral es todo un acierto y permite marcar laps, pero echo de menos poder parar la actividad con un solo toque en un botón. Tener que transitar entre las pantallas para detenerla es especialmente incómodo cuando llevas guantes en invierno. Sobre todo si corres en ciudad y quieres parar la cuenta en los semáforos.
Todas las posibilidades del Apple Watch, fuera de Apple
Lo bueno del Apple Watch (Ultra o no) es que lo que no nos da Apple lo podemos encontrar fuera de Apple. Todos los inconvenientes anteriores son fácilmente subsanables.
Vistos los problemas que tenía para programar los entrenamientos con estructuras más complejas no tardé en decidirme por WorkOutDoors. Sólo había leído cosas buenas de la aplicación y, desde luego, las comparto.
Los entrenamientos se pueden programar con facilidad desde el teléfono móvil y las posibilidades que ofrece para mostrar los datos en pantalla son prácticamente infinitas. Saca todo el provecho posible a la enorme pantalla con campos y más campos de datos. Ofrece medias de ritmo, por fases, por kilómetros, alarmas de todo tipo, mapa…
Y, además, puede ofrecer (más o menos) una de las funciones más interesantes que tiene Garmin: los eventos. En su plataforma, Garmin ofrece los eventos con más renombre que están cerca de ti. En mi caso no tuve problemas para encontrar el maratón de Madrid. Una vez añadido al calendario, podía utilizar su función Pace Pro.
Con esta herramienta, puedes marcar un tiempo objetivo y la plataforma calcula el tiempo concreto por kilómetro (si el evento cuenta con el mapa), especificando si queremos ir de menos a más, de más a menos. Y, además, analizando las cuestas que encontraremos por el camino (reduciendo o aumentando el ritmo si subimos o bajamos, respectivamente) para que el reloj nos marque siempre el ritmo exacto al que tenemos que movernos para llegar con el tiempo deseado a meta.
Con WorkOutDoors podemos copiar esta función aunque de forma más tediosa. Podemos descargarnos el track de la prueba y marcar a mano los kilómetros a los que queremos correr o alertas por ritmo, por lo que podríamos asemejar la aplicación lo máximo posible a lo que nos ofrece esta función de Garmin.
Por último, habrá quien pueda sacarle mucho provecho a Athlytic. Una aplicación de la que ya habló mi compañero Javier Lacort en Xataka y en el podcast Loop Infinito. En mi caso, la descargué, la probé y entiendo el entusiamo de mi compañero pero preferí no hacer el desembolso por la suscripción (32 euros anuales) que propone.
Entreno con una persona que regula mis cargas de entrenamiento y con la que comparto todos mis datos, me considero una persona que conoce muy bien sus sensaciones y tengo bastante claro cuándo puedo apretar y cuándo debo aflojar. Las veces que me he lesionado con mayor gravedad (dos fascitis plantares) era consciente de que estaba forzando de más. Errores en los que no hay que caer.
De todas maneras, la aplicación puede ser realmente útil para aquellos que entrenen sin una persona que gestione las cargas o, sobre todo, que estén empezando a hacer deporte y a veces duden si las pequeñas molestias que van surgiendo son sobrecargas pasajeras o indicios de lesiones de mayor gravedad.
Lo cierto es que, con lo presente que tiene Apple el tema de la salud, es una pena que no aproveche mejor todo el registro de datos que hace y que ponga una mayor racionalidad en los entrenamientos.
Es tan sencillo (y complicado de programar, supongo) como sugerir un entrenamiento más suave o, directamente, una o más jornadas de descanso total después de un entrenamiento duro (una tirada de más de 20 km a buen ritmo o una tirada larga de 30 km, por ejemplo), en lugar de animarnos a cerrar el enésimo anillo de actividad.
A las puertas
Después de meses entrenando, tengo que confesar dos cosas.
La primera es que, sí, conozco los inconvenientes (más que limitaciones) del Apple Watch Ultra para el tipo de deporte que hago. Pese a todo, podría quedármelo como reloj principal. Me gusta su estética, me gusta la pantalla y creo que el peaje a pagar por tener todo lo que espero en los entrenamientos de carrera es tan pequeño como desembolsar los 7,99 euros que cuesta WorkOutDoors.
Pero asumo que este reloj no es para mí. Simplemente por el hecho de que, más allá de los entrenamientos, no le saco partido a todas las ventajas que ofrece el dispositivo de Apple. Estaría infrautilizando un producto que tiene un potencial casi infinito como smartwatch y no creo que rentabilizase nunca su precio. Pese a todo, entiendo todos y cada uno de los euros que vale, teniendo en cuenta los precios de la competencia y el potencial más allá del deporte
Lo bueno para Apple es que el terreno del smartwatch lo tiene más que dominado y que su primera incursión verdaderamente seria en el terreno del reloj deportivo tiene aciertos y, sobre todo, mucho potencial por delante para ponerse al nivel de la competencia. Las nuevas alertas por ritmo o el potenciómetro son dos buenos ejemplos de ello.
Con programar los entrenamientos en el teléfono móvil y tener mejores datos de recuperación, Apple estaría dando un enorme salto que convencería a muchísimos corredores. Especialmente para aquellos que, como yo, estamos un poco cansados de tener que saltar entre relojes porque los deportivos no nos convencen estéticamente en el día a día.
La segunda confesión es que no habrá foto en meta con Apple Watch Ultra y medalla de finisher. Si tenéis dudas, tengo todos mis entrenamientos subidos a Strava pero, lamentablemente, dos días antes de tomar la salida un accidente doméstico me dejó sin carrera. En otra ocasión será.
Imágenes | Applesfera
En Applesfera | Este es el auténtico primer (y extraño) Apple Watch no podrás conseguir nunca
En Applesfera | Apple Watch X: fecha de salida, precios y todo lo que creemos saber sobre él
Ver 14 comentarios