Reuters publicó el viernes pasado que Fitbit está explorando la venta de la compañía a un tercero. Según esta información, la compañía habría contratado a Qatalyst Partners para sondear a posibles compradores interesados en hacerse con uno de los pioneros de los wearables. La noticia surge tras una acumulación de problemas para la firma tecnológica, en un momento en el que Apple ha reducido el precio de entrada a los 229 euros con su Apple Watch Series 3.
De compradora de startups a objetivo de compra
El fabricante de wearables Fitbit ha estado hablando con un banco de inversión acerca de la posibilidad de explorar una venta en medio de las dificultades a la hora de pivotar con éxito desde los monitores de actividad a los smartwatches, según dijeron el viernes personas familiarizadas con el acuerdo.
[...] Fitbit ha mantenido conversaciones con el banco de inversión Qatalyst Partners acerca de una aproximación a compradores potenciales, según las fuentes.
Fitbit aún no se ha decidido a seguir con la venta y no hay certeza de que esto vaya a suceder, dijeron las fuentes. Qatalyst ha estado intentado convencer a Fitbit de explorar sus opciones durante varias semanas, asegurando que podía atraer el interés de una adquisición por parte de Alphabet, propietaria de Google, así como de firmas de capital privado, aseguró otra fuente.
Primero, dejemos claro lo obvio: esto es un intento por parte de la firma de inversión por aumentar el interés de una posible venta de Fitbit. Si hay varios contendientes, es más fácil cerrar una venta a un precio superior. En este caso, meter a Google en las conversaciones seguramente sirva para empujar a otras compañías que igual dudaban acerca de una posible adquisición.
Fitbit ha adquirido con el paso de los años varias startups, entre las más destacadas están Pebble, Vector Watch y Twine Health de 2016 a 2018. Las dos primeras centradas en el hardware y la última en software. Ahora, es la propia Fitbit la que cuelga el cartel de "Se vende".
El tiempo se ha agotado para Fitbit
Fitbit comenzó su recorrido con las famosas pulseras de monitorización de actividad. Sin embargo, con la llegada del Apple Watch la compañía intentó subirse al tren de los relojes inteligentes hasta en cinco ocasiones, sin éxito. Desde el Ionic, al Blaze, pasando por el Versa y su sucesor el Versa 2, sin olvidarnos de un modelo intermedio llamado Versa Lite (que prescinde de los pagos NFC o GPS). Ninguno de estos modelos ha conseguido penetrar en el mercado con contundencia.
Con cada uno de estos modelos ha quedado patente que Fitbit carece de la marca, integración, tecnología o capacidad de pedir precios más elevados que sufraguen sus inversiones en I+D. En una palabra, ecosistema. Es más, con el Versa Lite las finanzas de la compañía han recibido un duro golpe. De su último informe trimestral:
Con la introducción de dispositivos con un precio inferior, el precio medio de venta descendió en conjunto en los tres y seis meses que terminan el 29 de junio de 2019 en comparación con los mismos periodos de 2018. El decrecimiento en el precio medio de venta impactó negativamente en nuestro márgen bruto.
Con esta rebaja de precios, la compañía aspiraba a atraer a más clientes a su plataforma. Y una vez dentro, intentar venderles servicios para monetizar a su base de usuarios. Una estrategia similar a la de las impresoras, donde se venden a precio bajo y luego los fabricantes aspiran a recibir ingresos más rentables vía cartuchos de tinta de forma recurrente. Sin embargo, que Fitbit Premium sea el sucesor de un servicio previo nos indica todo lo que necesitamos saber acerca de este pivot hacia servicios: no va bien.
El intento por entrar en el mercado de relojes inteligentes no ha cuajado. Como añadido, su bajada de precios para aumentar la base de usuarios que quieran pagar 10 dólares al mes por un servicio de salud y deporte está teniendo resultados adversos (además de que el mercado potencial es probablemente un nicho en sí mismo). Si Fitbit ha conseguido llegar hasta aquí sin declarar la bancarrota o liquidar la empresa es porque tiene suficiente cash y no tiene deuda que devolver.
Pero el tiempo se agota y la gerencia no puede estar pagando eternamente por un plan que no va a ningún sitio.
El Apple Watch Series 3 rebajado podría ser el golpe definitivo contra Fitbit
El equipo ejecutivo de Fitbit había apostado todo a convertirse en una empresa de servicios, posiblemente con la intención de venderla a algún gran grupo de seguros de salud. El problema es que para ser atractivo, Fitbit necesitaría una base amplia de usuarios que no tienen. Ahora, con el lanzamiento del Apple Watch Series 5 y la rebaja del Series 3 a 199 dólares (229 euros en España), esa tarea va a ser misión imposible.
Ese precio oficial significa que para el Black Friday y el periodo navideño será posible encontrarlo por unos 150 dólares en EEUU o menos de 200 euros en España. A ese precio, la oferta de Fitbit queda en peor lugar ya que es uno de sus principales atractivos, junto con la batería de varios días. Rebajar precios tiene un impacto directo en márgenes que la compañía ha podido soportar hasta ahora, pero no es una estrategia para el largo plazo.
El tiempo se acaba para Fitbit y esta vez una venta a otra compañía es la mejor salida. Lo que no está claro es quién podría beneficiarse de ella. Se ha metido en la conversación a Google, pero Amazon también podría estar interesada. Una adquisición por parte de un fondo de inversión para su posterior venta a trozos es una opción también. En cualquier caso, todo indica que veremos el desenlace en los próximos meses.
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