Una semana después de la keynote, ya sabemos que una de las grandes apuestas de la compañía, el iPhone 6, ha sido todo un acierto: más de cuatro millones de reservas en sólo 24 horas, un cifra que se convierte en un rotundo "sí" por parte de los usuarios que esperaban un iPhone con las características del nuevo.
Apple tampoco parece mal encaminada con iOS 8, que podrá descargarse públicamente mañana, una renovación de la versión anterior pero con cambios profundos incluso de mentalidad: la apertura de ciertas partes del sistema operativo a los desarrolladores es algo insólito que también se demandaba a los de Cupertino.
La conclusión es que éstos lanzamientos forman un conjunto perfecto de lo que se pedía a la compañía: novedades y una actualización en las raíces de la compañía, sin perder la identidad propia. Son la seña más evidente de que los férreos muros que otrora parecían imposibles, han podido, cuanto menos, sortearse. Y todavía faltaba un "One more thing..."
La guerra empezó en nuestros bolsillos
Apple Watch: podría convertirse en la seña de identidad de la nueva Apple. El primer producto post Steve Jobs, comenzado a desarrollarse tres años atrás - según palabras del propio Cook - y planteado desde cero como una nueva categoría con nuevas posibilidades. Ellos lo vendieron como el dispositivo más personal de Apple y tienen toda la razón: la revolución que lleva con el Apple Watch es que la compañía comience a pensar en los "vestibles", y eso significa evolucionar muy rápido: ¿os imagináis cómo será el Apple Watch de dentro de cinco años, y las cosas que aprenderá la compañía por el camino?
Y realmente estamos en un punto que me resulta familiar. Jobs arrojó a la basura muchos proyectos cuando volvió a Apple en 1997 (por cierto, hoy precisamente 16 de Septiembre hace 17 años de ese día) y a algunos como el Newton los arrinconó en un cajón con alguna pegatina que seguro tendría escrito "Aún no". A Jobs no le interesaban los dispositivos móviles, no porque no creyera en ellos, sino porque entendía que no hacían nada extraordinariamente mejor que un ordenador con la tecnología disponible.
A Steve Jobs no le interesaron los dispositivos móviles hasta que su tecnología no hizo nada extraordinariamente mejor que los ordenadores de escritorio
Y llegó el iPod. La música escapó de nuestros Macs en 2001 a nuestros bolsillos, aunque con cierto síndrome de Estocolmo debido a iTunes. Eran los primeros pasos de la dependencia del Mac, pero ya veíamos como la cuerda que separaba ambos mundos se tensaba cada día más.
En pleno proceso de creación de un nuevo tablet, los ingenieros de Apple se dieron cuenta que tenían que aprender mucho antes de saber lidiar con aquella pantalla de 9,7", pero que podrían manejar una de 3,5". Ese día nació el iPhone, el primer dispositivo inteligente que fue arrancando al ordenador de todavía más tareas, cosa que el iPad acabaría por rematar en 2010.
El iPod, el iPhone y el iPad han sido la fuente de nuevas ideas más prolífica en la historia de Apple: no sólo puso en contexto a la compañía, sino también a los consumidores y a sus nuevas necesidades. La tecnología que desarrollaron en aquellos años debía volverse más personal porque ya no se trataba de utilizar dispositivos para acceder a nuestra vida digital desde ellos, sino de llevarla en el bolsillo a cualquier parte.
2007 como referencia
Cuando Apple presentó al mundo el iPhone en Enero de 2007, la tecnología existía, pero nadie la combinó de la forma que el expertise de Cupertino lo hizo: hardware y software, un alineamiento perfecto y un planteamiento de producto desde cero, muy parecido a lo que el Apple Watch dispone ahora mismo.
Sin embargo, no estamos en el páramo de los dispositivos inteligentes de aquella época: la competencia quiere aprovechar el tirón de la novedad y lleva años sacando relojes tratando de excavar en el lugar correcto. Y algunos, se están acercando. El objetivo de Apple es tocar metal al primer intento con su pala, ya que una decisión en falso arruinaría toda una nueva categoría.
Y como nuevo producto, es muy complicado. El primer acierto de Apple es saber orientar el reloj como un cruce para techies y fashionistas: y eso es realmente complicado. Los tecnólogos amamos la simplicidad de las formas y el foco en el contenido, no el continente. Los amantes de la moda, primarán su apariencia física porque trabajan con las formas.
La tecnología y la moda deben encontrarse en un reloj inteligente, y es complicado porque ambas partes buscan cosas distintas
Para nosotros como tecnólogos, una pulsera plana "todo pantalla" como se veía en algunos rumores hubiera sido perfecta (por su novedad hablando de tecnología). Para los amantes de la moda, eso no sería más que otra frikada sin gusto. Se necesitaba un cuerpo equilibrado que supiera contentar a ambos mundos, que contara con apariencia combinable y que mostrara una buena pantalla con la que lucir tecnología. Los distintos modelos y combinaciones, así como una pantalla perfectamente adaptada, han conseguido abrazar ambos mundos.
Personalmente, la primera impresión que me dió es que era demasiado grueso y el diseño incluso un poco retro (me recordó al iPhone original). Quizás por los sensores de la parte trasera o por la construcción en general, habrá que ver como queda puesto y el uso en el día a día cuando esté disponible. Sin duda como pieza de moda acierta en la diana.
La competencia, con apuestas como la del Motorola con el Moto 360 y su comedida discreción, me parecen interesantes, aunque la corona digital del Apple Watch y los mucho mejores materiales son un punto a favor para los de Cupertino, sobre todo cuando hablamos de un elemento de diseño como debería ser un reloj. Aquí ya no hablamos de cifras, ni de sistemas operativos, sino de gustos.
Los retos
Apple debería aprovechar la combinación de hardware y software para sorprender con la batería en el Apple Watch
La apuesta de Apple con el nuevo reloj consiste precisamente en aprovechar todo lo que han aprendido: aunque aún no sabemos cuanto dura la batería, es un punto clave dentro de este tipo de productos. En mi opinión, la compañía debería aprovechar que cuenta con un hardware cerrado y un software que debería controlarlo y contenerlo al máximo, para maximizar al segundo el tiempo sin cargar del dispositivo. También es de ilusos pensar que estaremos más de dos días sin conectarlo: nos acostumbraremos, igual que nos acostumbramos a cargar nuestros teléfonos inteligentes cada día en lugar de cada semana.Uno de los puntos en los que me gustaría que hubieran cogido un poco de ventaja con respecto a la compañía, es la independencia respecto al iPhone. En la primera versión han sido muy prudentes para desarrollar una idea combinada, pero en próximas sería lógico ver como el Apple Watch se separa cada vez más de nuestros bolsillos. Ahí sí que sería realmente inteligente (y es algo que le ocurre a casi todos los modelos del mercado).
Tampoco conocemos mucho de su sistema operativo, al igual que no lo conocíamos con el iPhone original, al que Steve Jobs llamó incluso "Mac OS X" el día de su presentación. La interfaz ha ganado la guerra de la primera impresión y la corona digital me parece todo un acierto en un dispositivo de ese tamaño, pero falta mucho por ver del sistema operativo y sus posibilidades. ¿Es cómodo? ¿Es rápido? ¿Es útil para llevarse en un "vestible"?
El futuro
Con el Apple Watch, Apple entra de lleno en la revolución de lo que podría llamarse "era post-Smartphone", pequeños (o no tan pequeños) dispositivos que todavía personalicen en mejor medida ciertas tareas de los teléfonos inteligentes. No se trata de que unos dispositivos sustituyan a otros, sino de que se ocupen de ciertas tareas. Si Apple ha creado un iOS para "vestibles" óptimo y útil, el futuro puede ser ciertamente sorprendente, pasando el iPhone de ser un centro de control, a un acompañante más. Tal y como lo fueron los ordenadores de escritorio en su momento.
La era post-smartphone no trata de dispositivos que sustituyan a otros, sino que se complementen. Igual que ha ocurrido con los ordenadores y los teléfonos inteligentes y tabletas en la era post-PC
¿Se podría considerar CarPlay un "vestible"? En mi opinión, es un paso más. No se trata de un dispositivo estricto que utilice un sistema operativo dedicado, ya que en esta caso, es una extensión del propio iOS en una segunda pantalla. Sin embargo, ciertamente está en ruta, y no cuesta pensar que el futuro también tienda por romper este cordón umbilical con el iPhone, que ya puede considerarse el nuevo "ordenador de escritorio" de la época actual.
Si miramos hacia adelante sólo podemos prever meses interesantísimos: quedan muchas novedades por ver y es posible que Apple convoque otra keynote para finales de Octubre donde ponga al día el mundo Mac, Apple TV y lance por fin la versión definitiva de Yosemite. Con todo ello, comenzará a alinear su gama de productos para encarar 2015 con grandes expectaciones, pero también grandes retos.
En Applesfera | Las novedades de la keynote de Apple (9 Septiembre 2014)
Ver 44 comentarios