Del Apple Watch sólo sabemos que su precio oficial comienza en los 349 dólares. Muy posiblemente se trate de la versión de aluminio, el Watch Sport. Ayer por la tarde, la web francesa dedicada a Apple iGen se hacía eco de las declaraciones de uno de sus contactos que afirmaba que el precio del Apple Watch de acero, la versión Watch a secas, sería de 500 dólares.
La web va más allá y llega a dar incluso un precio orientativo para la versión de oro amarillo y rosa: entre 4.000 y 5.000 dólares. A pesar de que Angela Ahrendts anunció a sus empleados que el Watch se lanzaría en primavera del año que viene, según la misma persona la fecha estimada de lanzamiento es a mediados de febrero, en concreto el día 14.
Tal como Apple ha enfocado el producto, la fecha no sería tan descabellada. El empeño que están poniendo en que el primer wearable de Apple se perciba como un artículo de moda primero y tecnología después, además de que se trata de un accesorio perfecto para regalar, hacen del día de San Valentín una fecha adecuada.
La moda no es una necesidad
Encuentro interesante que Apple vaya a presentar un producto tan cercano a la moda. Por definición, la moda no se trata de una "cosa" que abracemos por necesidad sino que se trata más bien de algo que se hace por gusto. Como vimos hace unas semanas, cuando algo se vende por cubrir una necesidad o por satisfacer un gusto, tendrá un precio u otro.
El primero tendrá un precio más competitivo mientras que el segundo, quién sabe. Un artículo de moda puede permitirse tener un precio que a muchos nos parece disparatado. Bolsos, ropa, complementos, relojes. Restaurantes y hoteles. Una persona que accede a este tipo de productos y servicios de alto nivel no lo hace sólo por su calidad sino también por la exclusividad que supone disfrutarlos.
Ese prestigio que proporcionan a su dueño es algo muy extendido en China. El país asiático es uno de los grandes consumidores de lujo del mundo y con una clase media y alta que no para de crecer. No es coincidencia que Apple haya presentado una versión de oro amarillo y rosa. Saben muy bien lo que hacen.
¿Qué pasa con la batería?
Dos de las grandes incógnitas del Apple Watch. Acerca de la primera, me encantaría ver un Watch con una batería que durase varios días. Sin embargo, Tim Cook ya se encargó de controlar nuestras expectativas el otro día:
Usaremos tanto el Apple Watch que terminaremos cargándolo todos los días.
Estaría en línea a lo que otros competidores como el Moto 360 están ofreciendo ahora mismo. Viendo el camino que ha seguido el teléfono móvil en su historia, la transición de un feature phone a un smartphone trajo la misma catástrofe. Hemos pasado de una duración de varios días a una en la que hay que recargar el dispositivo cada día.
Los usuarios hemos aceptado este compromiso a regañadientes gracias a todo lo que se puede hacer con un smartphone. Las baterías y su eficiencia han mejorado con cada versión del iPhone, pero también han evolucionado nuestras necesidades al mismo ritmo o mayor. Dadas las declaraciones de Cook, parece que el Watch va a seguir el mismo camino que el smartphone con respecto a este tema.
Muchos nos preguntamos cómo es posible que Apple vaya a cobrar estos precios para un dispositivo que se declarará "obsoleto" en unos años. Un reloj de lujo puede venderse al cabo de varios años a un precio muy competitivo. Es más, hay muchas personas que legan un reloj a sus hijos, uno que sigue funcionando como el primer día. ¿Cómo podría Apple competir con un Tag Heuer o un Tissot? La obsolescencia tecnológica se opone por completo a que esto ocurra.
Solucionando la obsolescencia
En el mes de septiembre hicimos un repaso a todos los chips que diseña Apple en sus productos. El del Watch merecía una mención aparte ya que Apple le dedicaba unas palabras muy concretas en su descripción (énfasis mío):
Muchas veces, las grandes dificultades obligan a dar con soluciones más creativas y mejores. Prueba de ello es el chip diseñado a medida del Apple Watch. Ninguna arquitectura tradicional de ordenador cabe en un espacio tan pequeño, así que tuvimos que encontrar la fórmula para integrar varios subsistemas en un solo módulo supercompacto. Y lo hicimos. Después lo encapsulamos en resina para proteger los componentes electrónicos del clima, los golpes y el desgaste. Configurar todo un sistema de ordenador en un solo chip es un auténtico hito en el sector, además de un prodigio de la ingeniería y de la miniaturización.
Es pura especulación, pero las palabras que ha elegido la compañía para describir este chip me hicieron pensar sobre el tema de la obsolescencia. Tal vez, en las versiones de acero y oro Apple podría incluir un programa de recambio del chip que aloja en su interior por uno más moderno. Esa "cápsula" podría intercambiarse con facilidad por una generación superior. Incluso podrían sustituir las baterías por una nueva de mayor capacidad.
Esta posibilidad la llegó a debatir John Gruber hace unos días por lo que estaría ganando fuerza. La compañía de Cupertino no habría dicho nada para no alertar a sus competidores sobre sus intenciones. De materializarse, sería una solución al problema de la obsolescencia tecnológica. Al menos en el wearable de Apple.
En Applesfera | Las mil caras del Apple Watch.
Vía | Macrumors.
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