El pasado miércoles, junto a los iPhone 14 y a los Apple Watch Series 8 Apple presentó los nuevos Apple Watch Ultra. Una presentación que se centró en los deportistas, pero que no significa que este reloj tenga que ser solo para deportistas. Personalmente, he comprado uno; permitidme que os exponga mis razones.
Pantalla, pantalla y más pantalla (y batería, también)
Llevo siendo usuario del Apple Watch desde el original. Lo uso mucho. Mucho. Eso de tener una pantalla a mi disposición con solo levantar la muñeca es esencial para notificaciones, correos, mensajes, recordatorios, atajos, calendarios, entre otros. Ni de lejos llevo una vida sedentaria, cierro mis anillos prácticamente todos los días, pero tampoco puedo llamarme deportista, menos del tipo que vimos en la presentación de este reloj. Entonces, ¿por qué he comprado un Apple Watch Ultra?
Dos razones principales: el tamaño de la pantalla y la duración de la batería. Siempre que el Apple Watch ha aumentado el tamaño de la pantalla he volado a hacerme con uno y esta vez ha sido más de lo mismo. Cuando los rumores nos hablaron de 48 o 49 milímetros de caja automáticamente centré mi atención en el Ultra y dejé atrás el Series 8.
Una pantalla grande donde ver la información facilita mucho la interacción. En watchOS 9, además, que he estado probando durante el verano, se añaden cientos de detalles para editar eventos, recordatorios, gestionar contactos y todo eso ocupa espacio en la pantalla. O mejor dicho, se ve mejor en una pantalla más grande. Así, la mayor pantalla que un Apple Watch puede ofrecer es uno de mis principales motivos de compra.
Paralelamente, está el tema de la batería. En general, un mayor tamaño del dispositivo implica más duración de la batería por el mero tamaño extra que Apple tiene para poner más capacidad. Así ha sido con el Apple Watch Ultra. Estamos hablando de 60 horas de batería que llegarán con una actualización de software en unos meses. Lo repito, 60 horas. Es decir, un mínimo de dos días y medio de uso ininterrumpido o cuatro días si lo usamos solo durante el día (calculando de 8 a 23h). Eso es mucha batería, y un punto que me interesa especialmente para cuando viajo o, simplemente, no tengo acceso fácil a un cargador.
¿Y eso es todo? Para mí hay más
El tamaño de la pantalla y la duración de la batería son dos elementos fundamentales para hacerme con este reloj, pero hay un par más. Siempre he comprado los Apple Watch sin conectividad celular, pero regularmente pienso que sería interesante tener uno. ¿Lo que me echaba para atrás? La falta de roaming, cuando mejor me vendría esta conexión. Imaginad mi sorpresa cuando, durante la presentación, descubrimos que ahora la conectividad de datos del Apple Watch funcionaría en cualquier país.
Por último, hace años que me interesaba una pantalla de cristal de zafiro. Saber que estamos ante una pantalla casi imposible de rayar es algo que siempre ha llamado mi atención. En el pasado no veía motivo para comprar un Apple Watch de acero, prefería renovar más a menudo que invertir más en un reloj, pero ahora la historia cambia.
Así, una mayor pantalla, acompañada de una mejor batería, lo que además viene en una pantalla mucho más resistente y con conexión LTE es lo que, ya desde los primeros rumores, hizo que decidiera comprar este reloj. ¿Deporte? Nunca digamos nunca, pero no lo usaré para ello. Activo sí, deportista no. Y, aun así, he comprado el Apple Watch Ultra.
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