El Apple Watch y el dilema entre el pasado y el futuro de nuestra muñeca

El Apple Watch y el dilema entre el pasado y el futuro de nuestra muñeca

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El Apple Watch y el dilema entre el pasado y el futuro de nuestra muñeca

En los últimos días se ha producido un agitado debate en torno a las esferas del Apple Watch. Uno en el que se defiende a toda costa la aparición de una tienda de esferas específica para este dispositivo. Sobre el papel, no hay demasiadas razones para oponerse a su existencia. Sin embargo, una lectura pausada del contexto puede llevarnos a razonar en su contra.

Estamos ante un dilema tecnológico. Uno que se debate entre el pasado y el futuro de nuestra muñeca.

Un pasado con una utilidad que se derrumba

Apple Watch celular

Seamos claros. El reloj de muñeca tradicional pasa por un momento de crisis importante. Lleva años viendo cómo cada vez más muñecas despertaban sin un reloj encima y se acostaban sin rastro de él. Parte de la culpa la tuvieron los teléfonos móviles tontos primero, pero el verdadero verdugo ha sido el smartphone moderno encabezado por el iPhone.

Desde hace años, quien quiere consultar la hora no recurre a su muñeca. Saca el móvil del bolsillo o bolso. Los que menos, miran en su tablet u ordenador. Mostrar la hora se ha convertido en un commodity ofrecido por multitud de productos cuyo principal uso es otra cosa distinta que enseñarnos la hora que es. Microondas, paradas de autobús, termómetros callejeros, la radio del coche.

Por supuesto, un reloj hace mucho más que dar la hora. Es una declaración del estilo de la persona que lo lleva y su uso está más extendido que los relojes mecánicos y automáticos. En este último caso, se trata de una pieza de ingeniería cuyo uso genera disfrute en el propietario. Y su valor, en determinados casos muy concretos, se mantiene e incluso sube con el tiempo. Pero estamos ante un nicho, no un mercado con atractivo mainstream.

Hay algo más. Algo que el reloj ha perdido hace mucho tiempo y que aún hay quienes no se han dado cuenta. Se trata de la utilidad de la muñeca y el reloj dejó de aportarla con a comienzos del nuevo siglo. Ahora, hay un adversario dispuesto a devolverle la utilidad a nuestras muñecas desnudas.

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El futuro es del ordenador de muñeca

Apple Watch

El tiempo del reloj tradicional como producto mainstream ha tocado a su fin. Seguirá habiendo un nicho de personas que mantendrán las piezas genuinas y de colección, pero el reloj convencional pasará a mejor vida. Y la culpa es del Apple Watch. Nótese que no hay un mercado de relojes inteligentes, hay un mercado de Apple Watch. Al igual que ocurrió con el iPod y el iPad, no tiene rival serio.

Para entender el porqué, debemos dejar clara una cosa: el Apple Watch no es un reloj. Es un ordenador de muñeca. Veamos un fragmento del análisis del Apple Watch Series 4 realizado por Hodinkee, un sitio web dedicado al reloj tradicional de metal, cuero y engranajes mecánicos:

El Apple Watch es un dispositivo que sienta bien en tu cuerpo, acompañándote a lo largo del día, haciendo que tu rutina diaria sea ostensiblemente más fácil y agradable en el proceso.

El Apple Watch Series 4 ha sido diseñado desde sus elementos más básicos para facilitar tres cosas: conectividad, actividad y bienestar. Si pensamos en cómo es la vida del siglo XXI para muchos de nosotros, estas son las tres áreas más importantes en nuestro día a día.

El Watch es un acompañante en tu salida a correr por la mañana, manteniéndote en forma; te guía a lo largo del día, manteniéndote al tanto de lo que ocurre y siendo puntual; te ayuda a ir a cenar a tiempo y a mantener tu iPhone en el bolso en tu cita; monitoriza tu actividad en silencio y te avisa si nota que hay algún motivo para preocuparse.

¿Acaso esto suena al "trabajo" para el que contratamos a un reloj convencional? Desde luego que no. El Apple Watch está uniendo funciones antes realizadas principalmente por el iPhone (llamadas, música, mensajes, citas) junto con otras exclusivas y de cosecha propia (monitorización de actividad, entrenamientos deportivos, control de la salud). Un reloj tradicional nos da la hora, algunos el día de la semana, del mes y poco más.

El Apple Watch fomenta su uso diario a través de estas funciones. Especialmente en las relativas a nuestra salud y bienestar de dos maneras:

  • A corto plazo: mediante los anillos de actividad. Hay que cerrarlos como sea.
  • A largo plazo: recogiendo un historial rico sobre variables de salud como la frecuencia cardíaca, actividad y, con el Series 4, el ritmo cardíaco a través de una actualización futura.

La propuesta de valor del reloj de Apple es cada vez más atractiva. Y rechazarla supone decirle que no a la oportunidad de salvarte la vida. ¿Hay algo más atractivo que eso?

A vueltas con las esferas del Apple Watch

Puestos en contexto, volvamos al motivo de este artículo: las esferas del Apple Watch. El culpable de este reciente debate es el desarrollador Steve Troughton-Smith y su galería de esferas:

Esferas 2

Confieso que me siento intrigado por poder personalizar las esferas de mi Apple Watch. Pero mirándolas uno se da cuenta de que intentan traernos el aspecto familiar del reloj tradicional en vez de un ordenador de muñeca. Dejarnos anclados en el pasado en vez de soltarlo y dar un paso hacia el futuro.

En las tiendas de esferas de otros smartwatch vemos cosas tan absurdas como un tourbillon o manillas con sombras

En mi opinión, Apple se aprovecha de lo que ha sido siempre un reloj de muñeca en algunas esferas, pero no quiere que la melancolía y la nostalgia se haga fuerte en el Apple Watch. Por eso tenemos esferas como la de Siri (una de mis favoritas), Infograph (repleta de utilidades), Modular (para los más ajetreados) o las de Fuego, Agua, Metal líquido y Vapor (simplemente para disfrutarlas).

watch

Si Apple abriese la veda a la tienda de esferas, veríamos una avalancha de ellas en formato tradicional. No hay más que mirar al resto de fabricantes de smartwatches como Samsung para ver que todos ellos intentan posicionarlos como un reloj más. Y sus tiendas de esferas están repletas de imitaciones de Omega, Cartier o Jaeger Le Coultre.

Con cosas tan absurdas como un tourbillon o manillas con sombras, me viene a la cabeza el sexto principio del buen diseño de Dieter Rams:

El buen diseño es honesto.

¿Hacer que una pantalla imite un reloj tradicional hasta esos extremos es honesto? Eso es otro debate diferente.

Por la situación y contexto en el que estamos, dudo que veamos una tienda de esferas en el corto plazo. Y si acabamos viéndola, probablemente sea bajo un modelo muy controlado, típico de Apple. Tal vez a través de correas que traen un código de descarga para obtener una esfera personalizada, tipo las de Nike o Hermès.

Es la hora de soltar el lastre y mirar al futuro sin las ataduras del pasado.

Imagen | Twitter.

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