El Apple Watch es uno de los mejores relojes inteligentes que existen en el mercado por muchos motivos, siendo uno de ellos su pantalla. El Series 4 ganó un premio por contar con el mejor panel OLED, aunque Apple podría prescindir de esta tecnología por la microLED en no mucho tiempo.
Al parecer, Apple estaría decidida a reemplazar los paneles OLED de los Apple Watch de 2020, actualmente proporcionados por LG Display, por pantallas microLED. De hecho, ya estaría negociando con varios proveedores taiwaneses para tal fin.
Debido a que la producción en masa de este componente tendría un plazo de entrega que rondaría los nueve meses, el nuevo Apple Watch que veremos junto a los próximos iPhone este otoño seguiría usando paneles OLED, como recoge _Cult of Mac_.
De confirmarse el rumor, el Apple Watch Series 6 (a falta de conocer el nombre real) sería el primer dispositivo de Apple en utilizar pantallas microLED, aunque no sería el único. La intención de los de Cupertino es usarla en otros productos como los iPhone y iPad. Incluso se cree que los de Cupertino ya las están desarrollando en secreto.
Entre las mejoras del cambio de tecnología veríamos una mayor autonomía, pues los paneles microLED son más eficientes energéticamente, además de que son menos susceptibles a que se quemen, algo que es más habitual en los OLED.
Una de las posibles razones de que Apple haya decidido "experimentar" con esta tecnología en el Apple Watch es que su pantalla es minúscula en comparación con la de sus smartphones y tabletas, por lo que su producción resulta más asequible.
El microLED aúna lo mejor del OLED y QLED
El televisor 'The Wall' de Samsung es uno de los primeros equipos en contar con un panel microLED, pero todavía tardaremos un tiempo en ver esta tecnología como un estándar
Aunque no es habitual encontrar dispositivos electrónicos con pantalla microLED, cada vez hay más fabricantes que están invirtiendo en esta tecnología por sus ventajas frente al OLED y al QLED.
Un panel microLED reduce hasta 100 veces el tamaño de un pixel respecto al de un LED normal y corriente, lo que permite que haya más en un menor espacio al reducir la distancia entre ellos. Además, se pueden controlar individualmente, ofrecen un negro más puro y un mayor brillo que el OLED y los ángulos de visión son mejores.
A pesar de que todo parecen ventajas, estos paneles tienen dos grandes inconvenientes. El primero es que resultan muy caros de fabricar, algo que irá cambiando conforme aparezcan más y más televisores, smartphones y tabletas con ellos. El segundo es que se calientan mucho, por lo que hay que disipar el calor sin que se genere ruido.
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