Apple es, con toda seguridad, una de las empresas más analizadas y a la vez peor interpretadas del panorama tecnológico. Uno de los errores que se cometen con mayor frecuencia a la hora de valorar su estrategia es entender su negocio como el de una plataforma horizontal en vez de vertical.
Un modelo vertical tiene unas características, ventajas e inconvenientes muy diferentes a los de un modelo horizontal. A priori, ninguno de los dos es superior al otro ya que depende de la ejecución que una empresa haga de ese modelo. La elección de uno u otro modelo es para siempre y marca a una compañía con una profundidad a todos los niveles que se hace imposible la vuelta atrás.
Los mejores ejemplos actuales del modelo horizontal los encontramos en Microsoft y Google. Sus negocios dependen en gran medida del número de licencias vendidas en un caso y el número de ojos frente a los que pueden servir anuncios en el otro. Por tanto, sus esfuerzos siempre van a ir orientados a conseguir el mayor número posible de “audiencia” sin importar en qué plataforma está.
Microsoft y Google hacen un gran esfuerzo por proporcionar una experiencia de usuario idéntica en todas ellas. Sería absurdo “maltratar” a los de una en favor de los de otra porque estarían dejando dinero encima de la mesa. Esta es la razón de que siempre veamos sus mejores productos tanto en sus propias plataformas como en las de Apple (Mac e iOS).
Diferenciación, diferenciación, diferenciación
Por otro lado, un modelo vertical como el de Apple ignora a los usuarios de otras plataformas para centrarse en exclusiva en los de la suya propia. Su negocio consiste en vender hardware, no licencias ni publicidad, lo suficientemente diferenciado como para poder cobrar un precio superior a lo que cobra la industria por productos similares. Y a juzgar por el gráfico de arriba donde se muestran los márgenes operativos de varias compañías de electrónica de consumo, parece funcionarle muy bien.
Es por esto que la compañía californiana insiste, empuja e impone esta visión a todos sus productos. Porque forman parte de un ecosistema cerrado que se apoya mutuamente para aportar diferenciación. Porque realmente está sola apoyando su propia plataforma de la manera concreta que ella quiere.
Todos los productos que saca, los servicios que lanza y los planes que maquina los hace con la intención de potenciar su ecosistema y de aumentar la diferenciación de sus productos. Sólo así puede justificar sus elevados precios ante un segmento muy concreto de clientes. La compañía fundada por Steve Jobs no aspira a abarcar todo un mercado sino una parte muy selecta del mismo.
El mito de los servicios multiplataforma y la excepción a la regla
Apple cuenta con un montón de apps, servicios y productos que podría poner a disposición de otras plataformas como hace el resto de fabricantes. Un Mac con Windows de serie en vez de OS X. Un iPad con Android 4.4. Numbers, Keynote y Pages para Windows. iMessage, FaceTime y Maps para Windows Phone. No debería ser excesivamente complicado conseguirlo.
Entonces, ¿por qué no lo hace? Porque un modelo vertical necesita exclusividad para diferenciarse del resto de competidores. Si Apple decidiera abrir la llave en un momento dado, las razones que justifican ahora mismo la compra de sus productos se diluiría. Y su negocio desaparecería.
Todos tenemos algo que nos hace inclinarnos por los productos de una manzana mordida: un trackpad sin igual, un sistema operativo intuitivo, el famoso “funciona nada más sacarlo de la caja”. ¿Seguirías comprando esos productos si hubiera uno equivalente en el mercado? Puede que sí, puede que no.
La excepción a esta regla no escrita es iTunes. Pero también existe una razón para que Apple decidiera desarrollar una versión para Windows: vender más iPods. Desarrollar iTunes para Windows (octubre de 2003) fue lo que realmente catapultó al MP3 de Apple a la fama, como puede verse en el siguiente gráfico:
Según la biografía de Steve Jobs escrita por Walter Isaacson, el fundador de la compañía de Cupertino dijo sobre el tema:
Desarrollamos iTunes para Windows para vender más iPods. Pero no veo la ventaja de hacer lo mismo con nuestra app de música y Android, excepto para hacer felices a los usuarios de Android. Y no quiero hacer felices a los usuarios de Android.
Dicho con otras palabras menos agresivas, abrir su ecosistema a otros sistemas operativos, plataformas o fabricantes no va a hacer que Apple venda más productos y gane más dinero. Apple perdería el timón que controla su destino y dejaría de depender únicamente de sí misma. Un destino y un control que ha estado construyendo durante los casi 40 años de su existencia.
La compra de Beats y la versión de su app en Android hacen aún más interesante a la mayor adquisición de Apple. Veremos cómo se desarrolla en el futuro, pero yo no apostaría por la supervivencia de la versión androide a largo plazo.
La no-guerra por la mensajería
Dicho todo esto, resulta sorprendente que esté tan generalizada la opinión equivocada de que los esfuerzos de Apple por mejorar apps y servicios como iMessage son inútiles. Durante la WWDC 14 , la compañía anunció un montón de mejoras a su servicio de mensajería, exclusivo de OS X e iOS. En The Verge llegaban a afirmar lo siguiente:
Una app de mensajería que únicamente funciona en una plataforma no puede ganar. A pesar de las nuevas y atractivas características, a pesar de lo originales que sean, Apple está jugando en tiempo de descuento. Si Apple insiste en mantenerse en su plataforma, va a necesitar algo más que nuevas características para salvar sus ambiciones de mensajería.
Afirmar que Apple pretende “ganar” una guerra de mensajería contra Whatsapp, Line, Facebook Messenger, Snapchat, BlackBerry Messenger y otras apps del estilo es entenderlo todo al revés. El negocio de Apple no consiste en tener muchos usuarios en su plataforma de mensajes, es vender hardware diferenciado por iMessage y demás software.
Ganar para Apple no significa conseguir muchos usuarios en iMessage, es aportar valor al usuario
iMessage no es más que un servicio que añade valor a sus productos, que le diferencia y que le ayuda a que “funcionen” nada más salir de la caja. Marcan un mínimo muy ambicioso en sus productos que para muchos usuarios es más que suficiente.
Ganadores y perdedores de esta filosofía
Es tentador pensar que la apertura de apps como iMessage o FaceTime beneficiaría tanto a los usuarios de Apple como del resto de plataformas y, por extensión, a la propia empresa de California. Puede que así fuera a corto plazo, pero al largo sería incapaz de diferenciarse del resto de competidores, diluiría el valor de su propia plataforma y malgastaría los recursos de la empresa en iniciativas que no le aportan nada a su negocio. Algo que acabaría repercutiendo de una manera u otra en nosotros, los usuarios.
El hecho de que Apple siga un esquema vertical es también un arma de doble filo para su competencia. Por un lado, les permite proveer sus servicios en la plataforma de la manzana mordida, que ha demostrado ser muy valiosa, pero por otro impide disfrutar a los usuarios de otras plataformas de los servicios y software de Apple.
En cuanto a los desarrolladores cuyos negocios dependen de la creación de apps multiplataforma (redes sociales, mensajería, etc.), pueden respirar tranquilos. iMessage no es un “Whatsapp Killer” ni FaceTime va a aspirar a destronar a Skype o competir con Hangouts. Simplemente porque nunca van a salir del jardín vallado de Apple.
En Applesfera | Las novedades y no-novedades de la WWDC2014 y Por qué el ecosistema de Apple es a prueba de competidores.
Imágenes | Trophies de Brad.K, Arrivano gli iMessage anche su Mac de paz.ca, MacBook Pro de Daniel Dudek-Corrigan y WhatsApp / iOS de Álvaro Ibáñez.
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