Hace mucho mucho tiempo, justo cuando empezaba el siglo XXI y en una era en la que lo puntero de la informática estaba todavía en los ordenadores y no en los móviles, Apple lanzó un Mac de sobremesa que bailaba entre lo más profesional lo doméstico. Era el PowerMac G4 Cube, que sorprendía por su forma de cubo y que rompía con lo establecido de la época en forma de torre clásica de ordenador.
El Mac Studio es en realidad un segundo intento
Ya podéis ver lo entusiasmado que estaba Steve Jobs en el año 2000 cuando decía que había logrado miniaturizar la potencia de un PowerMac G4 en un cubo con sus aristas de 8 pulgadas. Y ojo, que no tenía ventilación. El público aplaudió no sólo cuando vio el producto por primera vez: también cuando Jobs abrió su interior con la única ayuda de una asa.
¿Era esto el futuro de los ordenadores de sobremesa? ¿Se acababa la época de esas grandes torres? Pues no. El G4 cube se vendió tan poco que Apple lo retiró de la venta en sólo un año. Se señala a su precio (unos 1.700 dólares de la época) como responsable de ese fracaso, pero sin duda dejó huella por su diseño.
Y más de dos décadas después, cuando creíamos que un concepto de ordenador así llevaba años descartado y tras cambiar de arquitectura de procesadores dos veces, podemos encontrar un sucesor espiritual de ese G4 Cube en el Mac Studio. No es un cubo, pero sus dimensiones son la mar de semejantes. Y en esas dimensiones tenemos el que de momento es el ordenador más potente de Apple.
Para los más jóvenes el Mac Studio puede ser un ordenador peculiar. Y lo es, pero los veteranos ya recordamos algo así con ese G4 Cube. Ahora la clave es: ¿logrará venderse mejor que su predecesor? Veremos lo que ocurre cuando ese Mac Pro con el chip "M2 Extreme" aparezca como la solución insignia para profesionales, y veremos si la crisis logística mejora lo suficiente como para ver cifras fiables.
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