Tick-tack, es el sonido que anuncia la inminencia de la WWDC para la que quedan apenas un puñado de días. Una conferencia que siempre ha girado en torno al software de los dispositivos de Apple, pero que de vez en cuando ha coqueteado presentando nuevo hardware. Algo que tiene muchas probabilidades de repetirse este año.
Uno de los productos que más expectación generó el año pasado fueron los AirPods. Los mejores auriculares inalámbricos que hemos probado. Y en Applesfera hemos tenido en nuestros oídos a los mejores. Poco después de su aterrizaje, vimos la primera actualización de software para estos dispositivos y hace unos días la segunda.
Lo cual hace que nos preguntemos irremediablemente: ¿veremos un sistema operativo de verdad para los auriculares inalámbricos de Apple?
Un hardware escaso pero suficiente
Cuando iFixit desarmó los primeros AirPods, vimos que estaba repleto de tecnología. Cada uno cuenta con tres chips diferentes especializados en funciones distintas:
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El famoso chip W1 para manejar las conexiones inalámbricas.
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Otro encargado del funcionamiento del sistema.
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Y un tercero para gestionar el códec de audio.
También cuenta con conexión bluetooth 4.0 para enlazarse con cualquier dispositivo compatible. Sin olvidar otros seis sensores cada auricular: dos micrófonos, dos sensores ópticos, un acelerómetro y otro acelerómetro capaz de reconocer la voz.
Es decir, que además de ser capaz de retransmitir sonido puede recoger audio con los micros, detectar cuándo están colocados en nuestra oreja, "sentir" cuando los tocamos y filtrar el ruido ambiente. Todo ello en una cápsula diminuta que cuenta con 5 horas de batería al conjunto.
No tenemos una pantalla, ni un teclado o un ratón. Tampoco hay un corazón como el A10 Fusion que late dentro de los iPhone 7. Pero contamos con elementos suficientes e interesantes para poder hacer algo distinto.
¿Siguiendo los pasos de Bragi?
Hace unos meses analizábamos los auriculares inalámbricos The Dash diseñados por la startup alemana Bragi. En el artículo dejábamos claro que se trataba de un pionero en una nueva estirpe de dispositivos wearables, algo que los alemanes califican de hearables. Y es que The Dash es una pareja de auriculares sin cables que tienen su propio sistema operativo llamado Bragi OS.
La existencia de sensores como el táctil le permitía activar toda una serie de funciones que variaban según el auricular en el que realizaras una acción. Estas acciones se traducen en toques, pulsaciones o deslizamientos cuyas combinaciones se encuentran en el siguiente cuadro:
Cuando vi esta tabla por primera vez, me sentí abrumado. Demasiadas funciones a realizar en un dispositivo sin pantalla, donde la única respuesta de su sistema operativo era la voz del mismo (muy agradable, por cierto). Fíjate en todos los movimientos que hay que hacer para adelantar una canción: toque, toque, mantener. Y para atrasarla: toque, toque, toque, mantener, ponerte a la pata coja, guiñar un ojo. En fin.
Al probar algunas de estas acciones supe que no utilizaría ni la mitad en mi día a día. Salvo si los activaba por error.
Es como si Bragi hubiera querido meter en su sistema operativo todas las funciones que se les ocurría. Y esto nacía de un defecto de base, que es el tener que crear un dispositivo que se apalanca en otro que no controlas. Por eso tienes la tentación de abarrotarlo de funciones, porque tienes miedo de que un usuario que quiera hacer X desde el auricular no pueda. No existe la opción de delegar funciones en otros dispositivos o sistemas.
Pero eso no es el único problema de esta manera de interactuar con unos auriculares inteligentes. Desde que recibí mis AirPods a finales del año pasado, he escuchado numerosas opiniones que afirman querer que Apple implemente algo similar. Dos toques para pasar de canción, tres para retroceder. Tal y como se hacía con los botones del cable de los antiguos EarPods.
Soy muy escéptico al respecto.
Menor latencia y Oye Siri: la piedra angular de un AirPod OS
Darle toques a un auricular para ejecutar una determinada acción es extremadamente incómodo. Cuando lo haces, escuchas esos mismos golpes aumentados en tu oído. Prueba a hacerlo ahora con un auricular cualquiera o sin uno. No es algo agradable.
En la actualidad, la única acción que podemos configurar con unos AirPods es invocar a Siri o detener la reproducción. Seguramente, Apple haya decidido limitar esto a una única acción a propósito. Se consigue superando el primer obstáculo: un toque doble molesto. Si decidimos activar a Siri, se produce el segundo obstáculo: una espera de alrededor de 1 segundo. Por eso, en mi opinión un futuro AirPod OS necesitaría avanzar en tres aspectos:
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Contar con Oye Siri para poder dar órdenes al asistente de Apple sin golpes incómodos en nuestro oído. Esta tecnología está presente en el iPhone desde el 6s, colocarla en unos auriculares mejoraría su facilidad de activación.
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Disminuir la latencia entre el Oye Siri y la señal de comienzo de la orden, ya que en la actualidad es de aproximadamente 1 segundo. Un sistema operativo para los AirPods necesita que esa espera se reduzca lo máximo posible (aunque, en mi experiencia, los AirPods lo activan más rápido que otros auriculares compatibles).
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Contar con la posibilidad de dar órdenes a Siri sin conexión de red o con mala cobertura. De esta manera, podremos hacer acciones básicas como modificar el volumen o cambiar de pista sin depender de nuestra operadora.
Desconozco si estos cambios serían factibles en la generación actual de AirPods o si sería necesario un hardware superior. En cualquier caso, espero que los AirPods evolucionen hacia un futuro libre de toques en mis oídos.
En Applesfera | La aplicación de la WWDC se actualiza con un diseño al estilo de Apple Music.
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