No habrá un "nuevo iPhone" por parte de Apple. No en el sentido literal, sino eludiendo a él como un producto revolucionario que cambió toda una industria y que se convirtió en el pilar de los ingresos de la compañía. Sí veremos un iPhone 17 y probablemente un iPhone 18, un 19, un 20 y un más o menos largo etcétera.
Sin embargo, de cara a la preocupación de los inversores y pese a haber registrado récords de ingresos el pasado trimestre, Apple ha querido ser firme con sus accionistas al confirmarles que sus actuales productos no alcanzarán ese nivel de rentabilidad. Al menos a corto-medio plazo.
Apple ha sido bien clara ante sus accionistas
Casi veinte años después del lanzamiento del iPhone original, este producto se ha convertido en el gran pilar de los ingresos de Apple. El último ejemplo está en el reciente anuncio de ingresos de Apple relativo al tercer trimestre del año y en el cual los iPhone supusieron un 48,7% de los ingresos.
Hace ya años que es así y 5 de cada 10 dólares que gana Apple son por ventas de iPhone. Y si bien es cierto que esto no debería ser malo, dado que siguen creciendo en áreas como servicios con una tendencia al alza que no frena, lo cierto es que al final se entiende que el smartphone es el epicentro de todo. De hecho, al estar buena parte de los servicios vinculados al iPhone, se entiende que si mañana desapareciese el iPhone, esa rama de servicios caería también.
Y el problema actual para muchos de los inversores no se encuentra tanto en que el iPhone pueda desaparecer, algo que no parece factible a corto-medio plazo. Sí en cambio les preocupa que no vaya a haber un "nuevo iPhone". Y no en términos literales, como ya explicábamos al inicio, sino en lo que respecta a un producto o servicio que logre acaparar esa mitad de los ingresos de la marca.
Y ante ello, Apple ha querido ser tajante con sus accionistas. Según revela Financial Times, la firma dirigida por Tim Cook ha sido clara al informar a estos de que sus proyectos actuales "podrían no alcanzar la rentabilidad del iPhone". No lo descartan por completo, pero sí hacen ver que es una utopía en estos momentos. De ese modo, dejan claro que productos como el Apple Vision Pro tienen aún que asentarse, algo que días atrás ya había expresado Tim Cook.
Más allá del producto, Apple tiene otros desafíos
Más allá de buscar rentabilidad en sus proyectos futuros, Apple expuso también otros problemas y preocupaciones que están reduciendo sus márgenes. Casi todo gira en torno a la tensión geopolítica en el más amplio sentido del término. Desde las guerras en Ucrania o Israel hasta la tensión existente de China con Taiwán.
También se hace referencia a problemas y futuros problemas que pueden aparecer en la cadena de suministro. China sigue siendo el principal pulmón de Apple para ello, especialmente en el punto de la fabricación. Y pese a que están buscando nuevos espacios en India, la guerra comercial que mantiene el país con Estados Unidos es una preocupación.
Así mismo, no se olvidan de la presión regulatoria ejercida por Europa con normativas como la DMA. De hecho, pasada ya esa exposición de Apple ante inversores se ha sabido que la Comisión Europea ya prevé multar a Apple por no aplicar por completo estas leyes. La sanción, si se ejecuta, está ya contemplada desde la redacción de la ley, estableciéndose en un 10% de la facturación anual mundial de la compañía.
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