Que los M1 han cogido con el pie cambiado a la gran mayoría de la industria es algo que tenemos claro desde su lanzamiento. Intel llevaba años apostando por un mayor consumo para aumentar la potencia y los M1 han venido para ofrecer una potencia equivalente con menos de la mitad de consumo. El famoso "rendimiento por vatio" que ahora, según sabemos, Intel empieza a tomar más y más en cuenta.
Superar al M1 en 2023, justo cuando Apple estará presentando los M3
Según han filtrado en AdoredTV (vía 9to5mac), Intel tiene listo un roadmap para competir con los M1. En su generación 15, la que conoceremos como Arrow Lake, la compañía pretende ganar al M1. Para lograrlo Intel priorizará los chips móviles y se centrará en la eficiencia energética.
Parte del empujón necesario para superar al M1 será el uso de una tecnología de construcción de 3nm que llevará a cabo TSMC, la misma TSMC que fabrica los chips de Apple Silicon. Por lo que sabemos, los procesadores Arrow Lake contarán con varios cores de eficiencia energética y rendimiento, un estilo que ya conocemos de los M1.
"Según la hoja de ruta filtrada, parece que veremos las primeras muestras de ingeniería listas a finales de 2022 y principios de 2023, con los chips QS enviados en el tercer trimestre de 2023 y la producción final comenzando el mismo trimestre. Y por último, las CPUs estarán listas para RTS (Ready To Ship) en el cuarto trimestre de 2023".
Lo que llama atención de la hoja de ruta que Intel se ha propuesto es que el objetivo a batir es el M1. Un procesador que en sus variantes M1 Pro y M1 Max ya va muy por delante de sí mismo. Además, es de esperar que Apple siga evolucionando sus procesadores rápidamente, en unas semanas, sin ir más lejos, esperamos la presentación de los M2, que luego deberían llegar también en variante Pro y Max.
Para primeros de 2023, suponiendo un ciclo de renovación anual como ya vemos en los chips que disfrutamos en nuestros iPhone o iPad, Apple debería estar a punto de presentar los M3. Un procesador que, hasta donde sabemos, sacará todo el partido al proceso de fabricación de 3 nm de TSMC, por lo que la mejora de Intel tendrá que llegar de la mano del diseño.
Expuesto todo esto, hay que tener en cuenta que cuesta mucho imaginar a Apple volviendo a los procesadores de Intel. Un rendimiento algo más elevado en alguna versión, un poco de tira y afloja en cuanto a duración de la batería y otras situaciones derivadas de esta competencia no parecen motivo suficiente para volver a los procesadores de Intel. Está claro que todos nos beneficiaremos de esta competencia, sin duda, tanto los usuarios directos de los procesadores de Intel, como los que gozaremos de mejores Apple silicon. Lo que también parece claro, sin embargo, es que Intel está llegando demasiado tarde.
Imagen | Slejven Djurakovic
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