Irónicamente, Apple ha ayudado a suavizar unos resultados financieros negativos que Samsung ha publicado recientemente. La compañía coreana ya tenía previsiones de emitir pérdidas debido al frenazo de ventas de smartphones en todo el mundo y especialmente en el mercado asiático. Y esas pérdidas han sido finalmente de 5.500 millones de dólares.
Lo curioso del asunto es que las pérdidas habrían superado los 6.000 millones si no fuese por los 683 millones que Apple ha pagado a Samsung durante su último trimestre fiscal. La razón de este pago no es más que un contrato de negocios que no se ha cumplido, algo que tiene fácil explicación y que no requiere empezar a pensar en conspiraciones.
Los contratos están para cumplirlos
Como probablemente recordarás, Samsung es uno de los principales proveedores de pantallas de Apple. Muchos dispositivos con la marca de la manzana llevan paneles de Samsung, y siempre que Apple encarga una remesa de paneles a Samsung se elabora un contrato con varias cláusulas que cubren imprevistos.
Uno de esos imprevistos es que Apple no venda tantas unidades de los iPhone como ella misma predecía, que es precisamente lo que ha pasado. Eso provocaría que Apple dejase de solicitar paneles a Samsung, lo que produciría pérdidas para el proveedor. En un intento de amortiguar esas pérdidas, Samsung y Apple acordaron que la segunda pagaría una compensación a la primera en caso de que las ventas frenasen.
La compensación son esos 683 millones de dólares que Apple ha pagado a Samsung. Son 683 millones que tendrán que restarse de los ingresos que ha generado Apple este trimestre, cuyos resultados veremos el próximo día 30. Ahora que el mercado de smartphones parece estar corrigiéndose, no me cabe duda que este tipo de compensaciones se renegociarán con límites de ventas mucho más relajados.
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