Tras la revisión a la baja de los ingresos anunciada por Tim Cook la semana pasada, fueron numerosas las voces que se alzaron para afirmar que, de una manera u otra, China es una piedra en el zapato de Apple. Un mal resultado del que, en apariencia, la compañía de Cupertino era la única afectada. El paso de los días ha demostrado que no es así.
China está experimentando una ralentización de su ritmo de crecimiento económico y eso está afectando a numerosas compañías que operan en el país. No solo a Apple.
El fin del crecimiento fácil en China
En las últimas tres décadas, China ha experimentado un crecimiento económico enorme. En 1992 y 2007 alcanzó máximos del 14,2% anual, una cifra que refleja la rapidísima transformación de su sociedad y poder económico.
La gráfica superior muestra el recorrido de la tasa de crecimiento de su PIB en los últimos 28 años, según el Banco Mundial. El año más reciente del que se tienen datos es 2017, lo cual deja fuera el año que acabamos de cerrar. Todo indica que 2018 ha sido un año en el que el crecimiento ha sido menor que en años anteriores, siendo la segunda mitad del año bastante peor de lo esperado.
No hace falta buscar demasiado para dar con las causas. Los países en vías de desarrollo tienen más sencillo hacer crecer sus economías con mayor rapidez que uno desarrollado. Para empezar, pueden contar con la tecnología avanzada por otros países, saltándose los pasos intermedios que han llevado hasta ellas. Como añadido, es relativamente más fácil crecer mucho desde una base más pequeña. Por ejemplo, cuando tienes 10 y creces 1 supone un 10%; cuando tienes 100 y creces 1 supone un 1%.
Pero eso no es todo. El aterrizaje del crecimiento económico de China a niveles más normales de una economía avanzada se ha visto agravado por una guerra comercial con EEUU. Ambos países cuentan con numerosos lazos comerciales en diversos sectores económicos: materias primas, productos agrícolas, tecnología, etc. EEUU se encuentra en medio de un proceso de revisión de multitud de acuerdos comerciales liderado por la administración Trump. Sucede con el acuerdo NAFTA que involucraba a Canadá, México y EEUU ahora denominado USMCA y bajo nuevas cláusulas.
Esta guerra de aranceles ha provocado un aumento de precios tanto en productos de consumo como materias primas en ambos países. Para China, esto supone un descenso en el nivel de consumo interno que se apila encima de una demanda doméstica que ya no es tan vigorosa como antes.
Las consecuencias en las compañías internacionales que operan en el país asiático no se han hecho esperar. Apple ha sido la principal protagonista, pero hay muchas otras afectadas.
Samsung, LG, Baidu, Adidas y otras empresas afectadas
La desaceleración en este país no ha golpeado únicamente a Apple. Varias empresas de diversos sectores se han visto afectadas de forma abrupta e imprevista a finales de 2018. Samsung Electronics acaba de anunciar que espera una caída del beneficio operativo del 28% en su guidance del Q4 de 2018. Los analistas esperaban una caída aunque no tan pronunciada que al final ha superado la sufrida por Apple.
Más dramático ha sido el impacto experimentado por LG. El otro chaebol coreano ha advertido que espera que su beneficio operativo caiga un 80% en el mismo periodo. Otra compañía muy conocida y autóctona es Baidu, una suerte de Google chino, cuyo CEO ha anunciado que "se acerca el invierno" tras reportar unos ingresos menores de los esperados. Alibaba también se ha unido al listado de compañías tecnológicas con problemas.
Pero esta desaceleración no ha afectado únicamente a compañías tecnológicas del país y de fuera. Otras como Ford o General Motors han sufrido importantes caídas en las ventas. Sectores como el de moda también esperan sufrir un enfriamiento de la demanda. Adidas lleva encadenando varios trimestres de fuerte crecimiento, pero esperan bajar el ritmo en el último de 2018.
Samsung, desaparecido en China
Volviendo al caso de Samsung, merece la pena echarle un vistazo con un poco más de detalle y compararlo con Apple en el país asiático. Poco se ha hablado de que el chaebol surcoreano está prácticamente desaparecido del mercado de smartphones de China.
Según Counterpoint, Samsung no está ni siquiera en el ranking de las cinco compañías que más smartphones venden en este país. Expulsada desde hace tiempo de ese "top 5", los coreanos se encuentran dentro del saco de "Otros" en el gráfico superior. Su cuota a comienzos de 2018 se encontraba en el 1% después de ser devorada por los fabricantes commodity del país (Huawei, vivo, Oppo, Xiaomi).
La actual crisis de demanda en China ha hecho llover sobre mojado en Samsung, hasta el punto en que se ha visto forzada a cerrar una fábrica. La compañía planea desplazar la escasa producción a países como Vietnam o la India.
Esta situación contrasta con la que vive Apple. A pesar de las contrariedades sufridas recientemente por el iPhone, Apple sigue contando con una presencia notable en el mercado Chino. Es más, hasta el trimestre anterior, los de Cupertino han disfrutado de un crecimiento por encima del 10% en los cinco trimestres consecutivos anteriores.
Como añadido, Apple cuenta con otros negocios que actúan de contrapeso. Tim Cook afirmó que Servicios, Mac, iPad y el grupo de wearables y accesorios crecieron un 19% en conjunto. Según Cook, el negocio no relacionado con el iPhone está menos expuesto a los vaivenes de los mercados emergentes.
La ralentización del ritmo de crecimiento en China va muy en serio. Y no se reduce a tan solo una compañía o un sector. Afecta a todas. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona en los siguientes trimestres.
Imagen | Chinnian.
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