Protecciones para evitar estos disgustos las hay, pero eso no significa que sigan habiendo casos de desastres financieros causados por las compras integradas de la App Store. Y si no que se lo digan a Georgina Munday, una madre que tuvo el susto del año en su iPad.
Georgina, que vive muy cerca de la ciudad de Liverpool y trabaja de enfermera, creyó que alguien había podido acceder a su tarjeta bancaria cuando vio una serie de cargos que sumaban 2.500 libras y que ella no había hecho. No habría sido raro, con todos los intentos de phishing que tanto campan a sus anchas estos días. Pero el origen del problema estaba en su hija y en la App Store.
Todas las protecciones son pocas si alguien consigue la contraseña
Lo que ocurrió es que su hija de diez años, que sufre autismo, logró cambiar la contraseña de su ID de Apple y así poder aceptar compras integradas en el iPad desde donde jugaba a Roblox. Lo que siguió fue un frenesí de compras integradas de unas 20 libras de media cada una, que terminaron en los más o menos 2.900 euros del total.
La madre estuvo varios días hablando tanto con Apple como su banco, para argumentar lo ocurrido, buscando que se cancelaran esos pagos. La respuesta de Apple fue que se deberían haber activado las protecciones parentales de Tiempo de Uso, y el banco se negó a cancelar las operaciones puesto a que quien había hecho los pagos era su hija y no alguien con intenciones fraudulentas.
La solución llegó cuando Georgina tomó la medida desesperada de hablar con la BBC, concretamente con el programa You and Yours para que hiciera difusión de lo ocurrido. En cuando se dio a conocer, el banco revisó de nuevo la situación y en un plazo de 24 horas los cargos de la tarjeta se cancelaron. El alivio fue tal que Georgina incluso rompió a llorar del peso que se había quitado de encima. La situación económica no era nada favorable para ese percance y se habría tenido que afrontar un préstamo bancario para poder asumir esos casi 3.000 euros.
Apple ha sido contactada por la BBC y uno de sus portavoces ha sido claro: si dejas un dispositivo a tu hijo para que juegue, hay que recurrir a protecciones extra como Face ID para autorizar la compra y bajo ningún concepto permitir que se sepan alguna de las contraseñas del dispositivo. Ahora bien, Georgina ya ha asegurado que ya no dejará jugar a su hija sin supervisión, como había pasado hasta ahora.
Para quien tenga a sus hijos o hijas jugando a Roblox, sabed que el juego también tiene la opción de aplicar sus propios controles parentales.
Imagen | Emily Wade
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