No queda duda, ahora que acaba de salir la AppStore es la moda y todo el mundo quiere hacer lo que sea a cambio de poder instalarla, incluso comprar un iPhone 3G, hasta el punto de que ahora miramos con mala cara el Installer.app y a sus programas. ¿Tiene sentido mantener dos servicios que hacen más o menos lo mismo?
Ese es justo el problema, la intención de cada uno de estos programas es completamente distinta. Por un lado el Installer no tiene ningún tipo de restricción y puedes añadir gracias a los repositorios cualquier tipo de contenido. Mientras que la AppStore está completamente controlada por Apple y su "filtro" de contenidos que evidentemente no permite incluir ningún programa con contenido enfocado a desbloqueos y temas similares.
Evidentemente su publico también es distinto ya que lo más normal es que en el caso de tener un iPhone completamente legal no estés interesado en esas aplicaciones de "desbloqueo" y si en las aplicaciones útiles que ofrece la AppStore, al menos en la mayoría de los casos.
Sin duda alguna y desde mi punto de vista al installer aún le quedan un par de telediarios ya que es la mejor manera de distribución para programas "ilegales" los cuales no tienen ninguna vialidad desde la AppStore.
De esta forma aunque el installer pierda algo de contenido en cuanto a aplicaciones normales, muchas de las cuales se han portado y desarrollado con el SDK y para la AppStore, su principal función seguirá siendo la de aportar mejoras a los teléfonos desbloqueados.
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