Nos comunicamos con cada vez más tipos de plataformas, pero el email o correo electrónico sigue siendo una de las más usadas, guste o no guste a sus usuarios. La que es una de las formas más antiguas de internet para enviar información sigue conservando su formato original. De modo que han sido los clientes de correo los que han evolucionado para poder modernizar la experiencia. Y en eso, Apple con Mail ha apostado siempre por la simplificación.
Ahora bien, el cliente de correo de Apple siempre ha sido criticado por no forzar los límites, por no intentar ninguna evolución en muchos años. Pero es precisamente por ese motivo por el que se ha convertido en mi cliente de correo favorito en todos mis dispositivos de Apple. Sencillo, intuitivo, humilde. Y evito problemas como los borrados masivos de Gmail.
La comodidad de un cliente de correo que no quiere reinventar nada
Una lista de mensajes y una lista de buzones a donde puedo arrastrarlos. Eso es todo lo que quiero de un cliente de correo, aunque signifique que no haya cambios en décadas.
No os voy a engañar: utilizo la web y los clientes oficiales de Gmail por cuestiones de trabajo, pero el cliente con el que más me gusta trabajar sigue siendo Apple Mail. Y no porque es compatible con la mayoría de servicios de correo, sino porque ha conservado la esencia de ser un cliente tradicional sin demasiados complementos que lo hagan incompatible con otras aplicaciones y servicios.
Mientras aplicaciones alternativas como Spark han introducido funciones como la de programar envíos, usar correos a modo de tareas, compartición de mensajes como si fuese contenido público… yo personalmente siempre me he sentido más cómodo en Mail por ser un cliente que se ajusta a lo que siempre ha sido un cliente de correo electrónico.
Mail ha mejorado visualmente, aunque todavía queda un camino
Sigo sin concebir a Outlook como una opción.
Sí que Mail ha mejorado estéticamente y tiene algunos extras modernos, pero han sido implementados de forma que no molesten si el usuario decide no hacer uso de ellos. Cuando abro Mail en mi iPhone, mis Mac o mi iPad me encuentro con una interfaz simple, limpia, eficiente, con la que puedo ir recibiendo y gestionando mis mensajes en sus correspondientes buzones sin dificultad.
Además, en temas de seguridad, Mail es también uno de los clientes más potentes. iCloud puede generarme correos efímeros, filtrarme por SPAM… y su servicio para cifrar el tráfico me protege en momentos en los que sospeche que la red por la que navego no es segura. Y todo ello convenientemente integrado en la nube para que pueda ver los mensajes incluso desde el Apple Watch de mi muñeca.
No critico ni mucho menos a los que prefieran usar su correo con herramientas más avanzadas, sin duda. Cada uno tiene su forma de trabajar. Pero en lo que a mensajes de correo electrónico se refiere, servidor es un tradicionalista. Cuando menos, más. Los correos son una herramienta de trabajo y deben de ser usados de la manera más fácil para ser productivo.
Imagen | Brett Jordan
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