Puede que ya tenga una edad, pero soy de esas personas que se une a la tendencia de la llamada Generación Z: no tengo coche y la intención es no tener que comprar uno jamás. Es un gasto de dinero que afectaría demasiado a mis finanzas, y tengo la suerte de vivir en una zona muy bien comunicada con el transporte público.
Y con los años, he ido descubriendo en Apple Maps un auténtico tesoro para moverme en autobuses, trenes y metro. En cuanto a usabilidad, supera incluso a Google Maps en la mayoría de momentos.
Apple Maps saca matrícula de honor para su mapa de transporte público
Debido a mis trabajos me muevo en una área bastante amplia, que abarca toda la zona metropolitana de Barcelona desde la propia ciudad y sus alrededores hasta Manresa en el interior de Cataluña. Para moverme entre ciudades cuento con los trenes interurbanos de Rodalies y con los Ferrocarrils Catalans de la Generalitat, y para moverme dentro de la capital catalana tengo su red de metro y autobuses urbanos.
Mi agenda puede cambiar con una simple llamada, así que tengo que ser capaz de reaccionar bien a esos cambios y moverme con eficiencia por la ciudad. Es por eso que las aplicaciones de mapas siempre están presentes en la pantalla principal de mi iPhone 15 Pro.
No voy a engañar a nadie, Google Maps es la solución que cuenta con más datos. Pero creo que una sola imagen comparativa de una misma zona entre Google Maps y Apple Maps va a ser mejor que mil palabras:
Fíjate en la diferencia de claridad a la hora de plasmar las líneas de transporte público. Con los mapas de Apple puedo distinguir entre todas las líneas, diferenciar rápidamente entre las compañías y las rutas que hacen todos los trenes. Google Maps comete el error de querer mostrar demasiada información llenando el mapa de líneas innecesarias.
Google Maps también tiene un defecto cada vez peor en este sentido: su interfaz está cargada de elementos que no necesito más que en situaciones muy puntuales. Sí, quizás es la mejor opción para consultar restaurantes en una zona porque hay más reseñas, pero no necesito tener a mano siempre botones para tener a mano restaurantes, gasolineras o lo último que ha ocurrido en la zona.
Apple Maps va más directo, más al grano. Y eso se nota también en lo que me cuesta encontrar los horarios de las estaciones:
Sólo necesito pulsar encima de una estación, e inmediatamente puedo encontrar todas las líneas de tren que pasan por ella, sus horarios en ambos sentidos y si la línea tiene retrasos con precisión de minutos. Sí, depende que la compañía de trenes integre bien sus sistemas (y aquí los ferrocarriles catalanes lo hacen de forma impecable), pero puedo decidir mis siguientes pasos en un instante.
Con Google, hacer esto me lleva muchos más pasos, tener que pulsar sobre la estación con más precisión, esquivando un montón de información que no necesito. Y ahora, además, tengo que estar preparado para que me muestre rutas patrocinadas menos eficientes.
Apple Maps ha mejorado mucho, pero no es perfecto
Es por todo esto que siempre que tengo que moverme en transporte público, mi primera elección es Apple Maps. Por limpieza de la interfaz, por rapidez, por simplicidad. Y porque además tengo la opción de seguir una ruta mediante mi Apple Watch sin tener que sacarme el iPhone de mi bolsillo.
El único defecto que me encuentro es muy puntual, cuando necesito datos de autobuses urbanos de ciudades de alrededores de Barcelona. En ese entonces sí que necesito recurrir a Google Maps, pero creo que es cuestión de tiempo que esos datos se añadan.
Quizás llegue un momento en el que no necesite Google Maps para nada, pero no veo ese momento como algo cercano. Ahora bien, la realidad en mi caso es que cada vez lo uso menos, y eso me gusta cada vez más.
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