Una de las piezas esenciales de nuestro día a día es el monitor, y a menudo no le damos la importancia que merecen. La tecnología que nos sirve para conectarnos al mundo digital ha evolucionado a pasos agigantados. Hace poco utilicé mi primer ordenador, un Amstrad CPC 464 con monitor a color CRT de 14”. La diferencia con lo que tenemos hoy en día (aunque yo siga amando aquella destartalada máquina) es abismal.
Es normal además evolucionar porque - y seguro que me entendéis - si vivís el mundo de la informática desde hace más de veinte años, recodaréis lo gigantesco que os parecía vuestro primer monitor de más de 15”. Yo tuve un modelo de 19” que cuando lo saqué de la caja me parecía una monstruosidad. Y hoy tenemos monitores gigantes porque la tecnología ha conseguido mejorar la calidad de imagen de tal forma, que nos parece que miremos un lienzo en blanco.
¿No es esa la mejor definición de un espacio creativo? Conscientes precisamente de que los lienzos tienen diferentes formas y tamaños, las marcas ponen encima de la mesa (nunca mejor dicho) unos modelos que quizás hace unos años nos parecerían de ciencia-ficción, pero que ahora están muy de moda: los monitores “ultrawide”. Todo esto empezó usando dos monitores contiguos, pero sin duda estos monitores ultra-panorámicos con una opción excelente que para un “todo en uno” sin tener más pantallas.
BenQ amplía el lienzo de lado a lado
El año pasado analizamos el BenQ PD2725U, un monitor excelente con el que la marca quería contentar a cualquier entusiasta de la tecnología, desde los diseñadores hasta los jugones. Con el modelo que revisamos hoy, ampliamos la ventana que tenemos para acceder a nuestro mundo digital en casa (o en la oficina): se trata del modelo PD3420Q, un monitor ultra-panorámico de 34” con resolución WQHD, espacio de color P3 y compatible con HDR.
El aspecto sigue el lenguaje de diseño de la marca, manteniendo materiales e imagen física. Es una tendencia robusta, sobria, no busca llamar la atención y permite que nos perdamos en el auténtico protagonista del dispositivo que es la pantalla. Aún así es una construcción sólida, con acabados con buen nivel, manteniendo buenas ideas como las generosas rejillas de ventilación que rodean el perímetro superior trasero del monitor.
A pesar de que cuando lo sacamos de la caja nos parece enorme, para la envergadura que tiene y lo que ofrece en realidad el tamaño está muy contenido: tiene 82,6cm de ancho y 44,5 de alto. En diagonal, contamos con 34” que casi nos obligarán a mover la cabeza las primeras veces que lo utilicemos, pero que se ajustan muy bien a todo tipo de contenido.
La base es la que la marca usa en estos modelos de gama media-alta, una gran superficie plana que nos permitirá seguir utilizando ese espacio bajo el monitor y una peana muy estable que se ancla firmemente en el eje central del monitor. Se puede elevar sobre si misma unos 15 cm, sin necesidad de necesitar ningún accesorio adicional para elevar el pantalla en altura.
Es también capaz de inclinarse entre los 5 y los 20º, y es posible girarlo 30º hacia izquierda o derecha. Sin embargo, con este tipo de monitor quería probar algo diferente: habitualmente para ganar espacio de trabajo con estas pantallas tan grandes, se utiliza un brazo articulado para sostener el monitor sobre el escritorio. Para ello, se utilizan los anclajes VESA (este monitor es perfectamente compatible, con la norma 100x100 mm), así que me dispuse a probarlo.
Instalar un brazo articulado de este tipo es muy sencillo en el diseño de BenQ: se quita la peana (no hace falta ni destornillador para retirarla), quitamos los tornillos de los cuatro agujeros en posiciones VESA que quedan libre y ajustamos el brazo a ese hueco (apoyándolo bajo la pequeña solapa inferior). Lo atornillamos al monitor y listo.
La verdad es que el anclaje, y la estabilidad es sobresaliente - a pesar de ser un modelo ultra-panorámico. Sobre la mesa puedo teclear perfectamente y en ningún caso el monitor tiembla o se mueve. Si queremos desplazarlo encima de ella, sujetándolo por los lados el ajuste es firme y nos ofrece mucha confianza al moverlo. Es sin duda una muy buena opción y que en este monitor además de útil, le sienta fenomenal para despejar nuestra mesa de trabajo.
Control y conexiones pensadas para compartir
Las conexiones también son generosas contando con entradas para dos HDMI 2.0, un DisplayPort 1.4, un USB-C (compatible con Thunderbolt), un USB-B (para compartir los accesorios conectados a esta pantalla entre dos ordenadores), y dos USB 3.1. También tenemos una entrada para el Hotkey Puck, el controlador rotatorio de BenQ que sobre la mesa nos ofrece un control rápido sobre las características que más utilizamos en el día a día: cambiar entre puertos de entrada, bajar el volumen, brillo, navegar por el menú de opciones… Es el mismo que cuenta con otros modelos de monitor, y sigue siendo igual de útil.
En conexiones, este modelo cumple con buena nota (también se incluyen todos los cables para cada tipo de conexión - incluido USB-C Thunderbolt a 40Gb/s), aunque hecho en falta un puerto más USB-C. Incluye un intercambiador KVM de las entradas HDMI y USB-C Thunderbolt, manteniendo los dispositivos conectados a él (como ratón o teclado) entre dos ordenadores. Esto permite, por ejemplo, conectar un PC (por HDMI) y un Mac (por USB-C Thunderbolt) y utilizar el mismo teclado y ratón conectado al monitor (no los conectéis por cable, usad un adaptador USB-A Bluetooth).
El caso es que sería una gran idea contar con un KVM entre dos puertos USB-C Thunderbolt. La ventaja de este puerto es que no sólo se transmite por el cable el vídeo y el audio, también carga el portátil a la vez. En el caso del PC, hay que conectar el HDMI, un cable USB-B (donde va la info de los accesorios conectada al teclado) y además, el propio cargador del portátil PC. Aún así, el intercambio de pantallas y dispositivos es instantánea en este modelo, trabajando comodísimamente con dos ordenadores a la vez - si lo necesitáis.
En el lateral izquierdo (si estamos mirando el monitor de frente) contamos con un panel extra de conexiones. Esto es comodísimo, BenQ no lo ofrecía por ejemplo en el modelo de 27”. En este dispositivo, dada su envergadura, es especialmente cómodo porque tenemos a mano lo que solemos necesitar conectar y desconectar del Mac que estamos utilizando: un puerto extra USB-C, un puerto extra USB-A y un puerto mini-jack de audio de 3.5mm para auriculares de cable.
El botón de encendido está en la parte trasera, marcado por un led blanco o naranja (dependiendo de si está encendido / o en suspensión). A su lado, un stick para controlar la navegación por el menú de control - prácticamente idéntico a de los otros modelos de la marca - y dos botones de acceso directo personalizables también aquí. Es de agradecer que prácticamente todos los botones del monitor se puedan personalizar y adecuar a nuestro gusto y uso.
Un panel de visualización a lo grande
El panel de 34” de este PD3420Q es de tipo IPS con retroiluminación LED, y una resolución máxima recomendada de 3440 x 1440. Debo decir que no necesitaréis ningún hardware especial para usar este monitor: yo mismo lo he usado en mi MacBook Pro de 2016 sin absolutamente ningún problema (y en un PC HP, donde también ha funcionado sin ralentizaciones). Ojalá macOS algún día permita utilizar sólo la pantalla externa como sucede en Windows 11, algo que nos ahorraría aún algo más de potencia. De momento, he utilizado este monitor con mi Mac de hace 6 años como monitor extendido: la pantalla nativa del Mac a 2880× 1800 y en el BenQ a 3440x1440, trabajando perfectamente con Lightroom, Photoshop, Office, etc…
El brillo típico llega hasta los 350 nits, con un contraste de 1000:1 y un excelente ángulo de visión de 178º. Cuenta con 5 ms de tiempo de respuesta y 60 Hz, aún así la calidad del panel lo hace atractivo para poder utilizarlo tanto para trabajo, como para juegos. Viene con un recubrimiento anti-reflejante (por si estáis en una oficina con mucha luz artificial) - yo en casa, utilizándolo al lado de una ventana, no he tenido ningún problema con él.
Como otros modelos de BenQ en este segmento, viene re-calibrado y certificado de fábrica (con informe detallado incluido)- con un buen equilibrio de contraste y color que, por supuesto, podemos personalizar según nuestros gustos en cualquier momento. La profundidad de color, intensidad y todo en todas las imágenes es excelente, tanto para simplemente navegar por internet, como para ver películas o echar alguna partida.
Se ha mejorado, respecto a otros modelos, la calidad de los altavoces incorporados: viene con dos a cada lado (de 2.5W) que aún quedan por debajo del sonido de cualquier MacBook Pro, pero que han ganado en intensidad y en calidad. Cumplen el cometido de permitirnos consumir algún contenido puntual, pero si trabajáis con audio, seguramente querréis conectar unos altavoces externos o usar auriculares.
Pensado para aprovechar nuestro día
En general, es un monitor espectacular, no sólo fisicamente, también en cuanto a rendimiento y lo fácil que nos lo pone para trabajar con él día a día: ultraconfigurable, con un panel de muy buena calidad y discreto y sobrio sobre la mesa para que nos centremos en lo que realmente importa: lo que podemos crear con él. La mayor amplitud del formato evita tener que compartir entre dos monitores algo que podemos hacer con éste único modelo, y nos permite trabajar con varias aplicaciones a la vez para optimizar aún más nuestro flujo de trabajo.
BenQ PD3420Q Monitor 34" 21:9 WQHD IPS HDR400 100% sRGB 98% P3 USB-C PD 65W
Podemos encontrarlo a alrededor de los 894,99€, un precio ajustado teniendo en cuenta lo que nos ofrece en cuanto a calidad, facilidades para trabajar con él y capacidad de conexión - sobre todo en la calidad del panel y calibración del color que suele ofrecer la marca - orientado más a los profesionales creativos que al gaming - aunque no renuncia a nada.
Si nunca habéis trabajado con un monitor ultrapanorámico, os recomiendo que lo probéis: no se trata de trabajar con todo el panel a la vez, sino de distribuir vuestro trabajo por él para poder interactuar mejor con vuestras herramientas favoritas - mucho mejor que utilizar dos monitores . Y si podéis, apostad por utilizar un buen soporte VESA articulado para despejar la mesa: ya no querréis volver atrás.
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