MacBook Air M3 (2024), análisis: superpoderes para el Mac más bonito del mundo

Uno de los cambios recientes más importantes en la historia de Apple ha sido la transición a Apple Silicon. A finales de 2020 conocíamos los primeros Macs que abrían camino: la compañía presentaba dos de sus modelos más populares, el MacBook Pro M1 y el MacBook Air M1.

Se habló mucho de aquel cambio, quizás, porque nadie esperaba que el salto desde Intel iba a ser tan pronunciado. Aquellas máquinas eran fantásticas por fuera, con un formato conocido que no varió en esta nueva generación, pero sorprendían sobre todo por dentro.

Una de las señas de identidad de la casa es arriesgar y proponer cambios algo diferentes conforme la tecnología avanza. Todos recordamos el primer iBook G3 translúcido o la maravilla tecnológica y de diseño que fue el PowerBook Titanium. Con Apple Silicon, tienen aún más margen de maniobra.

Ficha técnica del MacBook Air 15 pulgadas M3

Probablemente el Mac más bonito de la gama

Lo tuve claro cuando pude probar el primer MacBook Air M2: la compañía había estado trabajando en un nuevo diseño desde hace años para cuando ya no dependieran de Intel. La arquitectura unificada permite crear dispositivos aún más pequeños y este aprendizaje dio lugar a la maravilla de diseño del MacBook Pro M2, que comparte casi de la misma forma este MacBook Air M1.

Para mi, es el Mac más bonito que existe ahora mismo. El modelo de análisis es el de 15” y aún así se siente extraordinariamente delgado al sostenerlo en la mano. Encima de una mesa destaca entre cualquier otro modelo y no sólo por su grosor, la calidad de materiales sigue siendo excepcional y eso sigue aportando un toque elegante y contundente desde cualquier ángulo.

Es también un nuevo hito dentro del plan de ruta medioambiental de Apple: aunque comparte diseño con la generación M2, el MacBook Air M3 es el primer producto de Apple fabricado con un 50% de contenido reciclado. Entre otros componentes, esto incluye el 100% del aluminio de la carcasa o el 100% de la placa lógica principal (que es la primera vez también para la marca).

Los colores disponibles en esta generación siguen siendo los mismos: blanco estrella, gris espacial, plata y medianoche. Es precisamente este último el modelo del análisis - que también coincide con el modelo analizado con el MacBook Air M2 - con el que no he notado cambios en la tonalidad o variación con la incidencia de la luz. A nivel de color, son idénticos.

Si veo diferencias si comparo este color respecto al de mi MacBook Pro M3 Pro color gris espacial. A pesar de que ambos son tonalidades oscuras, en el caso del MacBook Air M3 el color tiende más hacia el azul que hacia el negro. Es cuestión de gustos, a mi personalmente me gusta más el color de este MacBook Air - dependiendo de la incidencia de la luz el tono de la carcasa adquiere más tonalidades y le da un aspecto fantástico.

Este M3 nos trae una mejora interesante hablando de la carcasa: un recubrimiento antihuellas para evitar que se queden marcas de dedos al usarlo en el día a día. Este recubrimiento es el mismo que también tenemos en el MacBook Pro M3 y funciona reduciendo estas huellas en la carcasa, pero obviamente no las elimina completamente.

Con todo esto, el lenguaje de diseño de esta propuesta de Apple no necesitaba más cambios en este sentido: funciona visualmente, y es cómodo para trabajar y transportar, incluso en el modelo de 15” que está muy contenido y como siempre, de construcción robusta y compacta. No soy mucho de portátiles de 15” porque no necesito el tamaño de esta pantalla en movimiento para mi trabajo diario, pero podría perfectamente usar éste en el día a día gracias también a su delgadez que lo hacen mucho más portable.

En la caja, los componentes habituales: cable magsafe de tercera generación del color medianoche de la carcasa - aunque también se puede cargar por cualquiera de sus USB-C - un cargador de 35W que en este modelo trae dos puertos y como curiosidad un cambio en las pegatinas de la manzana (color medianoche también). Ahora, vienen en un soporte más de papel que parece no incluir ningún tipo de plástico.

Corazón M3 en movimiento

La renovación interior pasa por adoptar la nueva arquitectura M3 de Apple que ya hemos visto en el iMac M3 y en los MacBook Pro M3. Sólo en el caso de los MacBook Pro se puede optar por diferentes procesadores dentro de la familia, como los M3 Pro y los M3 Max - destinados para quienes necesiten mucha más potencia extra a nivel profesional y creativo.

Esto no significa que el iMac M3 o el MacBook Air M3 se queden sólo en el plano del consumidor doméstico. Son perfectamente capaces para un trabajo profesional - incluso en movimiento. La excepcional pantalla Liquid Retina sigue destacando en esta generación. Tanto para procesar vídeos, fotografías, repasar presentaciones o nuestro trabajo diario, la calidad de la profundidad de color nos vendrá perfecta, incluso con los 500 nits de brillo que monta este modelo.

La propuesta de la marca en el modelo más económico parte de 8GB de RAM y 256GB de almacenamiento interno SSD, pudiendo subir hasta 24GB de RAM o 2TB de almacenamiento. En mi opinión, el modelo básico de 8Gb sólo debería estar destinado a usos muy domésticos y no a trabajos más elaborados donde se necesita más memoria para manejar ficheros de audio o video grandes. En mi opinión, Apple debería dejar de ofrecer 8GB en cualquier modelo base porque a pesar de la memoria unificada en la arquitectura Apple Silicon, es posible que se quede corto si queremos salir de los usos más básicos. Siempre recomendaría subir mínimo a 16GB por ello.

En el apartado de audio, el sistema de seis altavoces con cancelación de fuerza en los woofers es sobresaliente. Ya sea para escuchar música o para hacer una videoconferencia, como en el modelo anterior el volumen es alto y claro incluso en lugares concurridos. Además, gracias al M3, el Mac es capaz de aislar mejor el sonido de nuestra voz para evitar ruidos ambiente en nuestras conversaciones.

A nivel de puertos, los habituales en un MacBook Air. Dos puertos Thunderbolt / USB-4 para conectar dispositivos (o cargar el Mac) desde cualquiera de ellos, pudiendo conectar un monitor externo con una resolución de hasta 6K a 60 Hz. Por primera vez y gracias al chip M3, es posible conectar un segundo monitor externo con una resolución de hasta 5K a 60 Hz con la tapa del MacBook Air cerrada. Esto es algo que Apple ha habilitado por software y que por cierto también llegará a los MacBook M3 en una futura actualización de macOS.

El procesador M3 también aporta al MacBook Air M3 la capacidad de decodificación del códec AV1 por hardware, que permite una profundidad de color de 10 bits y HDR ocupando menos espacio (perfecto para streaming). Y es que las ventajas del M3 son precisamente el apartado gráfico: por primera vez hemos visto cosas en un MacBook Air que no esperábamos.

Un MacBook Air que alcanza nuevas cimas

Una de las cosas que más me sorprendió cuando analicé el primer MacBook Air M1 era la capacidad gráfica de Apple Silicon. Probando Shadow of the Tomb Raider, a pesar de que el juego aún funcionaba bajo Rosetta 2, el subsistema gráfico del SoC M1 permitía jugar al juego en un ordenador que - como éste - utiliza ventilación pasiva (sin ventiladores) para refrigerarlo.

Una de las cosas que más me han llamado la atención de este MacBook Air M3 es precisamente el tratamiento que hace del calor, con un calor externo en la carcasa algo más bajo que en la generación anterior. En una temperatura ambiente de 21 grados, el MacBook Air M3 sube hasta los 28.6 grados con un uso normal de una hora. Para poner en contexto la potencia de este nuevo M3 - y como funciona en un MacBook Air - vamos a revisar las pruebas sintéticas, empezando por Geekbench 6.

Al incorporar refrigeración pasiva, el MacBook Air debe contar con un procesador algo rebajado por núcleo para no necesitar ventilador de disipación. En este caso, y según vemos en los informes de Geekbench, esta diferencia respecto al MacBook Pro M3 es mínima: 3052 puntos por núcleo en el Air contra los 3070 del Pro. Contando con que este benchmark no es exacto y depende de las condiciones de la prueba, podemos decir que la diferencia entre ambos modelos es mínima - y esto es gracias a la mejora en eficiencia y rendimiento en la fabricación de 3nm del chip.

No sólo hay poca distancia con el M3 del Pro, también con el del iMac, que incluso en el multiplicador multinúcleo no está muy alejado: 11547 en el Air contra 11775 en el iMac, según las pruebas de los análisis. Esto, en un portátil sin ventiladores y con la buena refrigeración de este modelo, sorprende para cuando necesitemos extra de potencia en movimiento.

Pasando al Disk Speed Test de Blackmagic para revisar la velocidad del almacenamiento interno, vemos los números habituales en estas máquinas: unos 3120 MB/s en escritura y algo más de 2700 MB/s en lectura. En las pruebas diarias trabajando con ficheros de gran tamaño almacenados en el SSD o en las cargas de los videojuegos los tiempos de carga han sido mínimos.

Para posicionar también la velocidad del subestima gráfico descomprimiendo el formato BRAW de Blackmagic, la tabla nos ofrece valores que llegan sin problema hasta los 3456p30, cumpliendo prácticamente todos los formatos si usamos Metal (que se apalanca en la nueva GPU del M3) - demostrando la potencia de este nuevo SoC.

Uno de los tests que ha cambiado y evolucionado mucho desde que lo utilizo en las pruebas es Cinebench, con una versión 2024 espectacular que os recomiendo para testar el rendimiento de vuestros equipos. Probando la última versión vemos una muy buena cifra global de 3304 puntos en GPU. Lo interesante de esta prueba es sobre todo la evaluación del multiplicador de la potencia de cada núcleo al entrar en modo multinúcleo, algo que aquí alcanza el 3.88x - que para la nueva escala de Cinebench es una buena cifra.

En el día a día esto lo notaremos porque los núcleos de eficiencia tendrán más peso en las tareas normales dando sólo un empuje extra con los de rendimiento cuando se requiera. Sin embargo, hay algo que macOS Sonoma gestiona muy bien del M3 y es que evita la saturación de los núcleos de eficiencia cuando se requiere rendimiento para no ralentizar el sistema (y al usuario). Se puede ver perfectamente en el historial de la CPU de esta prueba con Logic Pro.

El test consiste en añadir tantos instrumentos en tiempo real, ejecutándolos a la vez, hasta llegar a la saturación del sistema. En el caso de este Air M3, he alcanzado la muy buena cifra de 95 instrumentos simultáneos - algo increíble para un portátil con refrigeración pasiva.

Con el test de Blender 4.0 veremos donde sitúa este nuevo procesador respecto al resto de pruebas de todas las marcas, usando la potencia gráfica de su GPU (usando de forma nativa Metal, siempre). Esto nos permite encuadrar la propuesta de Apple y ver en que punto del mercado se encuentra respecto a la competencia.

Como véis en la gráfica, es parte del 34% de los mejores chips gráficos del mercado - sometidos siempre a este benchmark de Blender - donde se encuentran los mejores del mundo. Si observáis la curva, está muy muy cerca del 30%, que es el punto que marcan los chipsets de gama alta con rendimientos profesionales. Y este chip está en un MacBook Air M3 sin refrigeración activa.

Pero vayamos a los resultados de todo esto. Hemos comenzado hablando de los muy buenos juegos nativos para Apple Silicon que comenzaron con los M1, y este M3 no se queda atrás. Por primera vez, se integra en el hardware tecnología de trazado de rayos para mejorar enormemente videojuegos y aplicaciones 3D compatibles. Probemos con el que es el juego del año en 2023, Baldur’s Gate 3.

Probando siempre con los requisitos que se autodetectan, este increíble título es completamente disfrutable en este MacBook Air M3 (recordad, la RAM también es importante para jugar, mínimo 16GB si queréis hacerlo) alcanzando los 45fps. Ajustando la configuración gráfica a nuestro gusto, podemos mejorar aún más la experiencia o incluso jugar a más resolución.

También he probado uno de mis juegos favoritos, No Man’s Sky - que ha contado recientemente con una actualización formidable para poder seguir recorriendo aventuras por el universo. Supera los 30 fps de forma estable durante el juego a una resolución recomendada de 1710x1107 (con los gráficos a calidad alta), aunque considero que el motor podría estar más optimizado aún.

Esto lo digo porque también he tenido la oportunidad de probar Death Stranding: Director’s Cut ¡en un MacBook Air!, la última versión del alucinante juego de Hideo Kojima y tengo que decir que el rendimiento es sobresaliente como poco. Sólo con la configuración automática, este título llega hasta los 1920x1200, a 60fps.

La importancia de la optimización y sobre todo el uso de las nuevas capacidades gráficas del M3 que no me cabe duda que Kojima ha aplicado en esta conversión. Conectando un mando de PS5 al MacBook Air M3 es posible jugar a este titulazo en cualquier parte, con un rendimiento increíble... en un ordenador con refrigeración pasiva y conteniendo mucho el calor en la carcasa.

Desde luego, Apple está poniendo todo de su parte para que el Mac sea considerado también como una plataforma para gaming. Con Apple Silicon y las tecnologías de aceleración de hardware de estas máquinas, es posible llegar en videojuegos a cotas que antes no era posible alcanzar sin tarjetas aceleradoras externas. No hay más que ver el tutorial que vosotros mismos podéis probar donde se puede usar el Game Porting Kit de Sonoma para instalar juegos de PC.

Pero la potencia no es sólo gráfica. Si estáis pensando en utilizar el MacBook Air M3 para programar, la respuesta es sí: utilizando una de las pruebas de compilación más complejas que hay, con más de 70 librerías y dependencias cruzadas, el tiempo de la construcción en Xcode me devuelve 152 segundos - una cifra que podrá con proyectos y que además podrá apoyarse en Metal y la GPU si necesitáis, por ejemplo, programar una app para visionOS.

En Final Cut Pro, por si queréis hacer la prueba con vuestra propia máquina y compararla con este MacBook Air M3, he utilizado el famosísimo test BruceX que me da de media 10.41 segundos (10,05 / 10,80 / 10,39), un resultado que mejora las cifras de su predecesor.

¿Un portátil para IA? Este MacBook Air M3 también lo es

En los últimos años, Apple ha lanzado muchos avances en Inteligencia Artificial, empezando por añadir a sus procesadores nada más y nada menos que 16 núcleos para aprendizaje automático en Machine Learning - independiente de la CPU y la GPU. Como suele ser habitual en la marca, no se publicitan las características, sino los resultados.

Y los resultados los venimos viendo desde los iPhone, en los retoques de fotografías, estabilización, identificación de formas y personas en imágenes, mejora en la calidad de imagen de la webcam, aislamiento de la voz... Este MacBook Air M3 tiene toda esta tecnología y eso lo hace un portátil fantástico para trabajar con procesos de IA. Por ejemplo, utilizando la app Luminar NEO.

Esta aplicación para Mac (próximamente saldrá su versión para iPad también) la consideramos una de las cuatro mejores que existen en el sistema operativo de escritorio de Apple para edición de fotografías. Utiliza la inteligencia artificial para mejorar las imágenes, y utilizarlo en este MacBook Air M3 es una maravilla. En segundos, por ejemplo, ha conseguido mejorar una vieja foto - muy estropeada - de mi padre y yo de pequeño. Con algo más de ajustes podemos conseguir cosas increíbles.

También he querido hacer una prueba algo más compleja: instalar un modelo de lenguaje en local en el Mac. Concretamente, el modelo Mistral con más de 7 mil millones de parámetros. Todo funcionando sin conexión a Internet, procesado directamente con el M3.

Este caso de uso nos permite además sumar la potencia de la GPU del M3 para poder obtener un mejor resultado, que se mide en tokens por segundo. Un token es la unidad en la que la IA divide preguntas y respuestas. No son palabras, sino significados. El tiempo de respuesta es aquí lo que nos interesa.

En el caso del MacBook Air M3, llego a obtener alrededor de 12,38 tokens por segundo, una cifra que es prácticamente nos ofrece respuestas en tiempo real - y no necesariamente sencillas, como podéis ver en la petición de la prueba que hice en la captura. De nuevo, en un portátil sin refrigeración activa, podemos tener una IA en local trabajando para nosotros allá donde vayamos.

Para revisar que nivel de calor alcanzaba la máquina de un proceso tan complejo como éste, utilicé de nuevo la pistola láser de temperatura industrial: mientras procesa la respuesta, llega hasta los 36 o 38 grados en la parte más caliente de la carcasa - que nunca tocamos con las manos - en la parte superior del teclado. Algo que apenas notaremos y es ciertamente sorprendente en un portátil tan delgado y efectuando procesos de esta potencia.

Todoterreno

El consumo de batería de este modelo, según mis pruebas durante varios días, es exactamente idéntico al de la generación anterior con M2: unas 18 - 20 horas de trabajo con aplicaciones de ofimática, música y navegación usuales. Como siempre el trabajo de contención de energía en cada nuevo modelo, manteniendo cifras a pesar del incremento de potencia, es importante al mejorar la eficiencia también.

Este MacBook Air M3 está destinado sobre todo a quien se está pensando un cambio desde el modelo con M1, y es prácticamente la opción número uno si tenéis un Intel y no necesitáis potencia gráfica profesional o grandes cantidades de RAM más allá de los 24GB (que es terreno de los Pro). El MacBook Air comenzó siendo un portátil muy bueno en ciertas tareas, pero este M3 ha ampliado aún más el alcance de los usos que podemos darle.

Cómodo de transportar, bonito, muy potente y pensado para hacer todavía más cosas - incluso algunas que no creíamos posibles - en un portátil sin ventiladores. Una puesta al día del modelo para quien se piense renovar, porque ahora tiene una oportunidad perfecta con un modelo que puede con casi todo - y con un estilo inconfundible.

En Applesfera | Comparativa MacBook Air M2 vs MacBook Air M3