El iPad es conocido por ser una herramienta útil para la creatividad, el entretenimiento y la productividad. Pero ¿puede ser utilizado como una herramienta de trabajo completa? Para averiguarlo, he decidido trabajar exclusivamente con mi iPad Pro durante una semana para ver si podía manejar todas mis tareas diarias sin necesidad de un Mac.
Y después de siete días, puedo decir con confianza que el iPad Pro es más que suficiente para mis necesidades diarias. Toda una sorpresa que, de hecho, me ha hecho preferir al iPad antes que al Mac para ciertas tareas y que, sin tener demasiado en cuenta un tema de tamaño de las pantallas, me ha hecho ver al iPad con otros ojos.
Un sistema operativo que me ayuda a concentrarme
Como editor, mi trabajo implica mucho tiempo de redacción y de maquetación de artículos, de consulta de fuentes y lectura en internet, de manejo del correo electrónico y un poco de retoque fotográfico básico. Si bien mi equipo de trabajo es un MacBook Pro de 16 pulgadas con M1 Pro, hace años que vengo disfrutando de varios modelos de iPad y de iPad Pro, pero utilizarlos como herramienta de trabajo principal ha sido esporádico. No siempre me llevo el Mac cuando estoy de vacaciones, pero las vacaciones no son un entorno laboral, por lo que mi uso cambia.
Para juzgar si puedo o no trabajar con el iPad Pro de forma sostenida me he fijado en dos cuestiones básicas: si puedo hacer lo mismo que haría con el Mac y si puedo hacerlo con la misma rapidez. Que puedo hacer lo mismo ya lo se, utilizar iA Writer para escribir los artículos es lo mismo en el Mac que en el iPad. Las herramientas online de maquetación, funcionan igual. Y el retoque fotográfico queda totalmente cubierto con la app Affinity Photo para el iPad. Ahora ¿puedo hacerlo todo a la misma velocidad? He de decir que sí.
Una de las mejores cosas de trabajar en el iPad Pro para mí es, curiosamente, la multitarea. El iPad Pro nos permite trabajar en dos aplicaciones diferentes al mismo tiempo, lo que es suficiente para copiar y pegar información de una aplicación a otra o leer algo mientras escribe, pero no va más allá. Y lo digo como algo bueno. Cierto es que podemos activar Stage Manager, pero si queremos simplicidad la multitarea básica es una gran idea. Hace años que en el Mac trabajo con una sola aplicación a pantalla completa, máximo dos. Más no siempre es mejor, y he notado que me concentro mejor y disfruto más de lo que hago con una sola app en pantalla.
En este sentido las opciones que me ofrece el iPad, en el que no tengo que andar redimensionando ventanas ni entrando en la pantalla completa, me parece más natural. Se que es una cuestión de opiniones y que este sería el punto crítico para otras personas, pero en mi caso lo cuento como un punto a favor.
A partir de aquí moverme entre Safari, iA Writer, Slack y Affinity Photo es bastante simple. Cierto es que hay que hacer un pequeño cambio de chip al desaparecer el concepto de escritorio como espacio en el que "apoyar" archivos, imágenes y similares de camino a subir a un artículo o similar, pero una vez adaptado me parece de lo más natural. Decir aquí que un par de atajos bien adaptados a este escenario híbrido Mac-iPad son de gran ayuda a la hora de redimensionar rápidamente imágenes o tareas similares.
Y un teclado extremadamente cómodo
La simplicidad del sistema es algo que me encanta, pero no es lo único: está el teclado. Es algo muy personal, totalmente cierto, pero el Magic Keyboard para el iPad Pro me parece el teclado más cómodo del mundo. Más incluso que el del Mac que, por el tamaño del ordenador, se levanta bastante respecto al plano de la mesa. Y luego está el dictado. Por algún motivo que todavía no tengo muy claro, la función de dictado es infinitamente mejor en el iPad.
No hablo solamente de poder hacer correcciones al texto o escribir mientras dictas sin interrumpirlo, lo que es fundamental para escribir algunas palabras que, con el tiempo, ya ves que el sistema no va a entender, hablo de fiabilidad. Transcribe mejor, puntúa mejor, tiene menos errores. Me apoyo mucho en el dictado para producir textos y poder hacerlo en el iPad es siempre una maravilla.
Dicho todo esto queda algo clave: el tamaño de la pantalla. Pasar de una de 16 pulgadas a una de 11 es un gran cambio. Por una parte es realmente cómodo poder escribir en casi cualquier parte y poder llevar en un solo dispositivo bastante liviano (el Magic Keyboard pesa más que el iPad) todo lo que necesito. Por la otra, cinco pulgadas de menos es mucha diferencia.
Mi Mac está a salvo, puede respirar tranquilo, no lo voy a sustituir por el iPad, pero sí es verdad que me encanta saber que de viaje puedo apoyarme tranquilamente en el iPad de forma exclusiva. Una excelente opción para los que viajamos mucho o que necesitamos una herramienta de trabajo portátil. Eso sin contar la enorme duración de su batería.
En definitiva, después de mi semana de uso exclusivo del iPad Pro, puedo decir que ya no necesito nada más para trabajar. Una sorpresa, aunque ya tenia mis sospechas, y algo que quería comprobar desde hace tiempo. ¿Preferiré el Mac? Sí ¿Puedo trabajar igual en el iPad? También.
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