Perder tu principal equipo de trabajo puede suponer un bache muy grande para tu vida, y más cuando ese equipo te cuesta 7.000 dólares del ala. Es lo que le ha ocurrido a Graham Tait, un fotógrafo australiano a quien le robaron su equipo profesional mientras estaba de viaje. Pero unos AirTag convirtieron ese disgusto inicial en una aventura con final feliz.
Cuidado con robar algo en un hotel y guardarlo en habitaciones cercanas a la de la víctima
Cuentan en 9news que Tait vive en Sydney, pero viajó a los Montes Flinders del sur del país con todo su equipo. A medio camino paró para dormir en un hotel, y cuando despertó vio que alguien había forzado su coche. Y efectivamente, la cámara que estaba dentro y otros objetos de valor habían desaparecido. Desastre.
Pero de repente Tait recordó que había colocado un AirTag en cada uno de esos objetos de valor, así que rápidamente utilizó su iPhone para intentar localizarlos. Sorpresa: estaban en otra habitación de ese mismo hotel en el que se encontraba. O el ladrón tenía un iPhone, o alguien con un iPhone había pasado cerca de la habitación ayudando a triangular la ubicación en la red Buscar de Apple.
El resto fue fácil: se avisó a la policía, se encontraron todos los objetos de valor de Tait en esa habitación y se detuvo al ladrón. Y lo que iba a ser un disgusto de 7.000 dólares se convirtió en una anécdota de las que cuentas durante años. Y en una fidelidad a los AirTag que ya no va a quebrarse jamás.
La moraleja que podemos sacar a raíz de esto no es sólo que un AirTag de 35 euros haya salvado varios objetos de valor. La lección añadida es que si ocultas bien esos AirTag, puede que el ladrón no se de cuenta de que los lleve consigo o incluso ni siquiera sepa lo que son. Para tu gran beneficio.
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