En el último año y medio, los monitores han vuelto a cobrar importancia por todo lo que ocurría a nuestro alrededor. Cuando en Marzo de 2020 comenzó la pandemia de COVID-19, todo aquello se agudizó: los que aún no trabajaban en casa, o no lo habían hecho nunca se dieron cuenta que el monitor que teníamos para salir del paso no era suficiente para las jornadas de teletrabajo. Quizás sólo contábamos con él para alguna sesión de ocio temporal, o usar el MacBook en casa de forma más cómoda.
La llegada del teletrabajo supuso también un cambio en la necesidad de invertir en un buen monitor que quizás antes no considerábamos: es nuestra ventana al mundo digital, a nuestro ocio y en este último año y pico, también nuestro trabajo para muchos. Se considera parte de la ergonomía de nuestras tareas diarias y quien trabajamos con el ordenador muchas horas al día agradecemos una marcha más en calidad y prestaciones.
Para todos los que estáis en esta situación, marcas como BenQ continúan evolucionando sus productos para proponernos alternativas quizás antes consideradas exclusivamente para profesionales pero más apropiadas que nunca para quienes vamos a darle al monitor uso más allá del ocasionales. Sobre todo ahora, que el teletrabajo ha venido para quedarse en sus muchos formatos. Un monitor perfecto para ello es la nueva propuesta de BenQ, el monitor UHD 4K Thunderbolt 3 de 27 pulgadas con pantalla P3 mejorado con lo que vimos el año pasado con su hermano mayor, el monitor BenQ PD322OU.
BenQ PD2725U, diseño robusto y minimalista con muy buenas ideas
El diseño exterior del monitor es consistente con las líneas de producto conocidas de BenQ en monitores profesionales: un aspecto sobrio y robusto que en esta ocasión tiene a tener un color gris oscuro más que el negro clásico de generaciones anteriores. Mantiene el mismo marco reducido donde se incrusta el panel y cuenta con muy buenas salidas de ventilación que prácticamente rodean el cuadro. Discretas en los laterales y en la parte inferior, un poco más generosas por arriba para facilitar la salida del aire caliente.
También nos encontramos de nuevo a la familiar peana de aluminio que sigue siendo un punto fuerte en el conjunto: estable, de base plana y grande, desplazada ligeramente hacia atrás y con un recorrido de unos 15 cm para elevar la visión, sin necesidad de tener que utilizar base para alzarlo o inventos similares como los manidos paquetes de folios que solemos ver en algunas oficinas.
La peana, al ser tan amplia, aporta una gran estabilidad al monitor, y permite no perder esa superficie de trabajo sobre la mesa: podemos utilizarla para dejar objetos como el móvil, libretas, auriculares, lo que queramos. Para anclarla al monitor (que cuenta por supuesto con anclaje VESA), se sujeta de forma muy segura con enganches de muy alta calidad para el que no necesitaremos herramientas, junto a un botón que lo libera en caso de que queramos sacarlo cómodamente.
Tampoco serán imprescindibles herramientas extra para fijar la base al brazo, ya que el tornillo tiene su propia solapa que podemos girar simplemente con la mano. Para asegurar con fuerza, un destornillador tampoco es mala idea (y el producto está preparado y pensado por si queremos hacerlo) - pero no es necesario. Este mismo brazo tiene un pequeño recogecables para aliviar el orden de las conexiones traseras al monitor.
La envergadura total del monitor es discreta sobre la dando protagonismo al panel. No tiene excesivo fondo para ser un monitor profesional y no nos resultará incómodo o demasiado llamativo encima de la mesa: parece que esté construido para pasar desapercibido poniendo el foco en su imagen.
Echo en falta el cómodo panel de conexiones lateral de su hermano mayor, que nos ofrecía tres puertos de cómodo acceso sin tener que desplazarlos tras el monitor. Sin embargo, por detrás éste PD2725U sí que cuenta con las mismas conexiones del modelo de 32":
- 2 puertos USB-A
- 1 puerto USB-B
- 1 puerto micro-USB (para la conexión del control externo)
- 2 puertos HDMI (v2.0)
- 1 puerto Display Port (v1.4)
- 2 puertos USB-C Thunderbolt 3 (1xPD65W, 1xPD15W, con capacidad para encadenar con otro monitor)
- 1 anclaje de seguridad
Con todo esto, deberíamos ir cubiertos en cuanto a necesidades de conexión para cualquier dispositivo que queramos utilizar con el monitor, así que la utilización del mismo como HUB digital. El monitor incluye cables para todas estas conexiones:
- El cable de alimentación del monitor
- Cable Display Port a mini Display Port
- Cable USB-A a USB-B
- Cable HDMI
- Cable Thunderbolt 3
Hay que destacar la altísima calidad de estos cables, en especial el Thunderbolt 3, que permite la transmisión de datos a 40Gb/s y nos permitirá conectarlo a un MacBook Air o Pro y además, cargarlo simultáneamente por el mismo cable. En mis pruebas, lo he utilizado principalmente con un Mac mini M1: uno de los compañeros perfectos para este nuevo monitor, aunque también probé la carga y la conexión con un MacBook Pro Intel de 2016 y un MacBook Air Intel de 2019. Todos sin problemas: conexión rápida, estable y con carga en todos los modelos (no es rápida en el Pro por ser 65W lo que reparte el monitor, pero al tenerlo conectado no lo notamos).
Situándonos frente al monitor, en la parte trasera derecha tendremos más controles físicos: dos botones para activar las opciones rápidas de configuración o propiedades del monitor (que son personalizables), el botón de encendido y apagado (con un discreto led blanco que no molesta en el uso) y un pequeño stick parecido al que encontramos en las consolas portátiles, para manejarnos cómodamente por el menú de configuración.
Dicho menú de configuración es muy sencillo pero nos ofrece acceso a las características más complejas del monitor, como la configuración de entrada, imagen, color, sonido, el switch KVM para los distintos dispositivos conectados, teclas personalizadas y configuración propia del monitor. Con este stick trasero podemos navegar con él y además es fácilmente accesible con la mano de forma muy natural sin mayores complicaciones.
Otro de los puntos fuertes de estos monitores, que se puede considerar ya marca de la casa es la incorporación del "puck" conectado directamente al monitor que incorpora un mando giratorio y cinco botones, completamente configurares desde el propio monitor. Trabajar con este accesorio es comodísimo: permite configurar el switch KVM para alternar entre las distintas fuentes de entrada, por ejemplo en mi caso, el Mac mini y un PS5. El cambio entre fuentes es rapidísimo y sin artefactos gráficos, con lo que nos servirá perfectamente para cambiar entre dispositivos sin retardos.
Un punto importante del BenQ es la posibilidad de usar el Picture in Picture para las distintas fuentes de entrada, y además es plenamente configurable: en tamaño, en posición y con la fuente que queramos. En mi pruebas, he probado con el Mac mini M1 y una PS5 en el PIP lateral funcionando ambas fuentes sin ningún tipo de ralentización ni lag.
También tenemos aquí una de las funcionalidades quizás más ocultas pero útiles para un amplio espectro de usuarios: la posibilidad de rotar el monitor 90º para poder utilizarlo en formato horizontal. Aquí de nuevo como en generaciones anteriores el monitor rota sin ningún esfuerzo ni cambio físico: tal cual estamos trabajando con el monitor, lo cogemos con las manos y lo giramos en el sentido de las agujas del reloj. Debemos llevar cuidado con los cables (sobre todo los que puedan ser más cortos) pero por el propio diseño del monitor y el recogecables, se podrá girar en un instante para trabajar sin ningún esfuerzo.
Su punto fuerte: la calidad del panel
La calidad del panel del PD2725U mejora incluso generaciones anteriores de la propia marca que ya eran realmente buenos
El auténtico protagonista del nuevo monitor BenQ PD2725U es sin duda la enorme calidad de su panel: mantiene la resolución 4K de su hermano mayor, es decir 3840x2160 píxeles, montado con tecnología IPS retroiluminado por LED. El brillo mejora hasta los 400 cd/m3 en el modo HDR y el contraste nativo sube a los 1200:1 y a 163 puntos por pulgada (de los 140 del modelo anterior). Además tiene una muy buena relación de visión en ángulo, llegando hasta los 178º, y un recubrimiento anti reflejos y anti deslumbramiento sobresaliente.
Si queremos utilizarlo también para jugar, el PD2725U cumple sin problemas con sus 5ms en tiempo de respuesta y 60Hz, capaz de mostrar 1070 millones de colores y perfectamente preparado para los modos HDR por ejemplo de PS5. Este modelo cumple la especificación del espacio de color cinematográfico DCI-P3 y Display P3 al 95%, el 100% de cobertura para el modo sRGB y Rec. 709, que es el estándar internacional del HDTV.
En mis pruebas con la PS5, la calidad fue excepcional incluso en los juegos con mucho movimiento, sin sombras o defectos gráficos en ningún momento. La calidad del color, su estructura y el contraste alcanzado es sobresaliente, sin necesidad de ninguna configuración extra o tediosos procesos de calibración: estos modelos ya vienen calibrados de fábrica por BenQ de forma individual, y en la caja, se nos incluye un informe de calibración de nuestro dispositivo en concreto, certificando la calidad del panel y su rendimiento visual.
Para verificar esta precisión del color se utiliza la fórmula Delta E 2000 o Delta E 00**, que es un estándar a la hora de calcular la correlación entre los valores calculados del espectro de color y la percepción humana. Este valor nos asegura que los valores que vemos por pantalla son los más fieles a la realidad posibles. BenQ asegura valores de Delta <=3, lo que los hace indistinguibles para cualquiera.
Según el informe de calibración de la unidad de cesión que estamos probando, la media de Delta en el modelo de análisis es 1.2808, muy por debajo de 3, lo que asegura una fidelidad excepcional y profesional del color del monitor. También encontramos en este informe el dispositivo con el que se ha calibrado, un Konica-Minolta CA310. La validación del color está garantizada a Calman, un sistema que incluso se utiliza en cines para ajustar la corrección en color de la pantalla, y certificado por Pantone, la empresa estándar en la industria en códigos de color.
Un modelo que busca ser referente
Durante estas semanas probando el monitor diariamente, unas 12 horas de media, me ha sorprendido la calidad de la imagen - incluso mejor que en generaciones anteriores de la propia BenQ, que ya eran buenas - sin notar cansancio ocular o molestias de ningún tipo: incorpora también tecnología sin parpadeo de la casa (Flicker-Free) y usa una cantidad baja de luz azul para ello. Ayuda mucho también los distintos modos profesionales de imagen, como el de CAD/CAM, el modo cuarto oscuro, de animación o incluso un modo de visualización en paralelo.
Tenemos incluso la posibilidad de utilizar un modo DICOM preconfigurado, que es el estándar de transmisión de imágenes médicas y datos entre hardware de propósito médico. Quizás no todos lo utilicemos para esto, pero nos da una idea de la fiabilidad de lo que vemos por pantalla. El PD2725U es un monitor redondo en todos los sentidos: discreto en el exterior y completísimo por dentro, donde no parecen haber cabos sueltos y pensado ya no sólo para los profesionales, sino para los que exigen algo más a los monitores que tienen en casa, o en la oficina.
BenQ PD2725U - Monitor Profesional de 27” 4K para Mac/diseñadores, UHD, HDR, IPS, AQCOLOR, Thunderbolt 3, P3
Sus 999€ son por ello una inversión para nuestro día a día si buscamos algo que nos aporte más que el típico monitor de sobremesa y que nos dé años de trabajo, ergonomía y fiabilidad, contrastado y calibrado de fábrica y certificado por las principales empresas del sector. Si buscáis una buena ventana para asomaros buena parte de vuestro día al mundo digital, este monitor BenQ PD2725U es probablemente una de las opciones más completas.
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