Desde la presentación de los primeros AirPods, Apple nos contó que hicieron un estudio con miles de modelos 3D de orejas para encontrar una forma que fuera confortable a la mayoría de usuarios. La historia se repitió con los AirPods Pro y las subsiguientes generaciones. Pero la cosa cambia a la hora de hablar de calidad de sonido.
Una cosa es la comodidad, que es un tema muy personal y subjetivo en el que no vamos a entrar, otra cosa es la acústica. En cuanto a acústica, el tema está mucho mejor estudiado y se puede saber con precisión como se comportará un sonido. Y esta información se puede usar para ecualizar el audio que llega a nuestros oídos. Justo lo que nos ofrece iOS 16.
Unas mediciones precisas para optimizar el audio espacial
Gracias al sistema TrueDepth de nuestro iPhone X o posterior, podemos medir con precisión el tamaño y forma de nuestras orejas y también el tamaño general de nuestra cabeza. Gracias a esta información, el sistema es capaz de optimizar el Audio Espacial para que suene lo mejor posible.
Teniendo nuestros AirPods enlazados con nuestro iPhone y conectados al teléfono, abrimos las tapa para que aparezcan en los ajustes. Luego, los pasos a seguir para llevar a cabo la optimización son los siguientes:
- Abrimos la app Ajustes en nuestro iPhone.
- Tocamos en AirPods de [Nombre].
- Tocamos en Audio espacial personalizado.
- Pulsamos en Personalizar audio espacial.
- Tocamos en Continuar.
- Pulsamos en Iniciar captura de la vista frontal y escaneamos nuestra cara igual que haríamos para configurar Face ID.
- Pulsamos Continuar.
- Tocamos en Iniciar captura de la oreja derecha.
- Escucharemos un sonido cuando la oreja se vea bien, tras oírlo giramos la cabeza, no el iPhone, hacia la derecha y, tras oír otro sonido, hacia la izquierda. Un sonido más, confirmará que hemos escaneado correctamente.
- Repetimos el proceso con la oreja izquierda.
- Pulsamos OK.
Y eso es todo. Nuestros AirPods ya cuentan con su propia ecualización gracias a los micrófonos que se enfocan a la parte interior del oído, pero gracias a la información del relieve de nuestra oreja y al diámetro de la cabeza, el audio espacial se adaptará aún mejor. Con ello, podemos esperar que el seguimiento de la cabeza para el audio espacial mejore.
Así mismo, hemos de notar una diferencia a la hora de apreciar la especialidad del sonido espacial. Una diferencia que puede ser más o menos marcada, pero que siempre estaremos ahí. Y todo gracias a que hemos hecho lo más parecido a un Face ID para nuestras orejas.
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