Uno de los efectos colaterales del coronavirus es evitar el contacto en la medida de lo posible para reducir los contagios. Y todo lo que nos sirva para atajarlo es bienvenido. Por eso, los pagos con sistemas móviles como Apple Pay están experimentando un crecimiento enorme en Australia, a juzgar por un informe de la consultora Roy Morgan (vía AppleInsider).
Apple Pay se despega de la competencia en Australia
El estudio se ha realizado a lo largo de periodos de 12 meses y durante tres años, sobre una población de más de 50.000 personas en cada uno de bloques. Todos ellos, usuarios mayores de 14 años y se centra en el uso de soluciones de pagos móviles no pertenecientes a entidades bancarias. En otras palabras, el estudio se enfoca en tres plataformas: Apple Pay, Google Pay y Samsung Pay.
Como se desprende de los datos, un total de 10,8% de los australianos utilizan un sistema de pagos móviles de una de estas tres empresas. Es decir, que un poco más de 1 de cada 10 personas utilizan uno de estos sistemas. Y entre ellos, Apple Pay es el que lidera en todos los periodos analizados. El crecimiento del sistema de Apple pasa de un 3,7% de 2018 al 4,1% en 2019, a un 6,5% en 2020. En este último periodo, despegándose de la competencia.
Google Pay también crece en todos los periodos estudiados, eso sí, el paso a 2020 crece de forma discreta. Para Samsung Pay, su uso entre la población de Australia es mucho menor que sus competidores. En 2020 se mantiene plano con respecto a 2019.
Roy Morgan da, además, detalles acerca del uso de estos sistemas en función de seis perfiles de usuario distinto (llamados comercialmente Helix Personas). Como cabría esperar, la adopción de sistemas de pagos móviles es más acusada entre aquellos con un perfil joven y techie, los que están a la última o buscan un estilo de vida más aspiracional. Este grupo puede llegar a duplicar a aquellos usuarios menos pendientes de la tecnología, moda o con un estilo de vida diferente.
Un empuje claro provocado por el coronavirus
COVID-19 ha pest la higiene personal por delante para los australianos y esto incluye la forma en que pagamos por bienes y servicios. Muchos comercios están solicitando el uso de pagos móviles contactless en vez del dinero en efectivo para reducir las posibilidades de transmisión del COVID-19.
No es ningún secreto que el pago sin contacto en TPV adaptados para ello es una gran ventaja frente al pago en metálico. Aunque multitud de tarjetas ya cuentan con esta tecnología, lo cierto es que en determinados países no está tan extendida. Eso deja espacio para soluciones como las aportadas por Apple, Google y Samsung.
Apple Pay, en particular, ha experimentado un crecimiento impresionante en el último año, con un 6,5% de los australianos utilizando el servicio, creciendo desde el 4,1% del año pasado.
Como decíamos antes, Apple Pay es quien más ha crecido en su adopción. Esto se debe en parte a la adición de nuevos bancos en el país. En los últimos años, los cuatro grandes bancos se han adherido a Apple Pay tras años de disputas en torno a la comisión cobrada por Apple en cada transacción (un dato que no es público, pero que se estima en torno al 0,15%).
Sin embargo, el banco Westpac, segunda entidad bancaria por número de activos, añadió el soporte a Apple Pay a finales del mes de abril pasado. Por lo que su adhesión no entra dentro del estudio de Roy Morgan. Sus efectos deberían verse de ahora en adelante. Dicho esto, no hay duda de que la situación actual anima al uso de tecnologías que limiten la interacción física o cercana entre personas. Así, Apple Pay y resto de competidores, limitan la expansión de los contagios.
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