The Information, al igual que ocurre con Mark Gurman, no suele decir las cosas a la ligera. Por lo tanto nos tomamos bastante en serio el dato que han lanzado sobre las gafas de Apple estaría preparando desde hace tiempo: por lo visto van a necesitar estar permanentemente conectadas a un iPhone.
Un visor cuyas imágenes serán procesadas en otro dispositivo
Reflejan la información en 9to5Mac: la conexión será como la de los modelos sin LTE de los Apple Watch, que dependen de nuestro iPhone para poder funcionar. El chip del accesorio estará enfocado a comunicarse con un dispositivo (el mismo iPhone o quizás un iPad o un Mac) que se encargaría de procesar las imágenes que veríamos a través de ellas. A grandes rasgos sería una pantalla inalámbrica que nos colocaríamos justo delante de los ojos.
La fuente también afirma que Apple ha terminado el diseño preliminar del chip, así como el del sensor de imágenes y el controlador de la pantalla. Por lo visto éste último es "inusualmente grande", con TSMC habiendo tenido bastantes problemas para poder llegar a fabricarlo. El siguiente paso es empezar con las pruebas de fabricación.
Podríamos ver una primera generación de ese visor en 2022, seguida de unas gafas de realidad aumentada en 2023. Por supuesto, estos planes pueden cambiar dependiendo de la evolución de la pandemia y de la escasez de semiconductores. Sería, junto al Apple Watch, el otro gran producto que Apple lanzaría bajo la batuta de Tim Cook.
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