Desde hoy mismo se pueden adquirir los iPhone XS y iPhone XS Max. Apple los ha puesto a la venta tan sólo dos días después de su presentación. No ocurre lo mismo con el iPhone XR, que demora su llegada hasta finales de octubre. ¿A qué se debe esto? Probablemente a la pantalla Liquid Retina que incorpora.
Como siempre ocurre con estas cosas, Internet se ha llenado de teorías consparanoicas para justificar el retraso del iPhone XR. La que más fuerza gana es la de que Apple está retrasando su llegada adrede para no canibalizar las ventas del iPhone XS. Es curioso que surja esta teoría, porque es la misma teoría que se utilizó el año pasado pero al contrario. Hace exactamente un año era el iPhone de mayor precio el que se retrasaba y los asequibles salieron primero a la venta.
La realidad sin embargo es distinta, Apple busca sacar a la venta cuanto antes sus dispositivos. Y si no lo hace con uno es por problemas técnicos o de distribución.
OLED parece, Liquid Retina es
¿En el caso del iPhone XR? Según informan desde MacOtakara, Apple podría haber tenido problemas con las pantallas que salen de Japan Display para el iPhone XR. Una vez más, el caso contrario al año pasado, que era la pantalla OLED la que tenía cuellos de botella en su fabricación.
La pantalla del iPhone XR es un tanto especial, la primera que hace Apple de este tipo. Es una pantalla LCD, sí, pero ni de lejos es como las que teníamos en generaciones anteriores. No en vanos ahora pasa a llamarse Liquid Retina. Y es que Apple ha adaptado el LCD para darle el mismo aspecto que a la OLED de sus otros iPhone.
A primera vista puede parecer una pantalla OLED sin problemas. Cuenta con una calibración de colores imbatible en el mercado y sobre todo con el mismo factor forma que las OLED de Apple. Es decir, sin marcos apenas, con esquinas redondeadas y con notch. Conseguir estas tres características en un panel LCD no es posible sin hacer uso de trucos. Y es que en realidad las esquinas son rectangulares pero Apple les aplica una máscara para que parezcan redondas como en los iPhone X, XS y XS Max.
Pero el problema real no se encuentra en esto como tal, sino en la calibración y los controles de calidad que exige Apple. Según indica el medio japonés, en Japan Display han tenido dificultades para llegar al nivel exigido por Apple. Y además, la propia Apple ha tenido dificultades para dar con la calibración y los ajustes de software necesarios.
Tendremos que esperar pues a que lleguen las primeras unidades y se realicen análisis por parte de terceros de la pantalla, para ver cuál es realmente su construcción y calidad. Y sobre todo, ver en los estudios de ventas de dentro de unos meses cuántas unidades se han vendido. Una de las dos teorías consparanoicas prevalecerá. Si se venden menos unidades que de iPhone XS será un fracaso porque tiene características demasiado malas. Si venden más unidades que de iPhone XS significa que el iPhone XS es un fracaso porque es demasiado caro.
Vía | MacOtakara
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