En el día de ayer, Apple nos sorprendió a todos con un programa para reparar nuestros propios iPhone. Desde luego, se trata de un triunfo indudable del derecho a reparar, pues consigue uno de sus objetivos con Apple que arrastrará a otros fabricantes. Aunque es una buena noticia, corremos el riesgo de pensar que cualquier usuario podrá arreglar un iPhone estropeado. Nada más lejos de la realidad.
Diminutos rompecabezas en forma de ordenador de bolsillo
La realidad es que desmontar y reparar un producto de electrónica es complejo. Mucho. Más cuando tenemos en cuenta el tiempo que ha pasado desde el iPhone original hasta los iPhone 13 y iPhone 13 Pro, auténticos rompecabezas repletos de electrónica hasta los topes.
En el pasado, he cambiado el SSD de un MacBook Pro de 2011 y un MacBook blanquito de 2010. Ambas operaciones relativamente sencillas, no requerían más que un destornillador pequeño, una espátula pequeña, un SSD compatible y mucha paciencia. Incluso he llegado a cambiarle la batería dos veces, así como la carcasa trasera, a un iPhone 3G de 2008.
Con cero formación técnica y no más que un video en YouTube, pude completar estas operaciones. Sudé para conseguir que no me sobrasen piezas, organizando los diminutos tornillos y prestando atención a dónde iba cada uno. Pero esto no me convierte en MacGyver ni me anima a querer reparar un iPhone 12 o un iPhone 13, que son los primeros modelos que abarcará el programa.
La diferencia interna entre un iPhone 3G y iPhone 12 es enorme. Componentes más pegados entre sí, más tornillos, más probabilidades de romper la diminuta cinta que une la pantalla a la placa base. Un tirón más fuerte de lo necesario o un tornillo alojado en el sitio equivocado pueden elevar la factura de la reparación varios cientos de euros.
Animando el mercado de segunda mano
El cínico pensará que Apple ha desvelado el programa de auto-reparación por presión legislativa de EEUU y la UE. Que Apple quería proteger a toda costa sus ingresos procedentes de reparaciones o forzar al usuario a comprarse nuevos productos. La realidad es bien distinta, pues una reparación demasiado cara o la sustitución del producto son riesgos de que el usuario abandone el ecosistema y acuda a Android. Un cliente perdido.
Si miramos la panorámica, veremos que la adición del programa de reparación doméstico es un hito más en un camino iniciado hace años. Ciertamente, ayudará a acatar las legislaciones que se están fraguando, pero no se puede negar que forma parte de un plan:
- Junio de 2019: Apple se alía con Best Buy para añadir 1.000 tiendas a su red de reparaciones.
- Julio de 2020: el servicio de reparación independiente llega a Europa.
- Marzo de 2021: el programa de reparaciones se amplía a más de 200 países antes de terminar el año.
- Septiembre de 2021: Media Markt se inscribe en España en el programa Apple Care de soporte y reparación.
Reparar dispositivos ayuda a darles una segunda vida, puede que incluso una tercera. Un iPhone bien mantenido puede tener hasta tres usuarios con una vida útil bien larga. Ofrecer la posibilidad de cambiar baterías y pantallas, los dos elementos más susceptibles de desgaste o rotura, ampliará aún más su presencia en el mercado de segunda mano.
Aún quedan por despejar numerosas incógnitas. Precio de las piezas de recambio, herramientas necesarias, manuales y demás detalles que conoceremos en los próximos meses. Pero la idea general ya está ahí.
Ver 29 comentarios