Cuando tenía 19 años, en 2005, Gael Iglesias compró su primer producto de Apple, un iPod nano. No buscaba un iPod de forma específica, simplemente quería un reproductor de MP3 portátil y le gustó el diseño del producto de Apple. Durante tres años, usó ese iPod y no le dio más vueltas. En 2008 descubrió el iPhone original, que no llegó a venderse en España, casualmente leyendo Applesfera, y a partir de ahí empezó esa pequeña obsesión.
Sus siguientes compras fueron un iPhone 3G y un iPad 2. En 2012 llegaron un MacBook Pro y un iPod Video. El ecosistema se completó con un Apple TV. Y tras cerrar ese círculo, empezó una colección que ya va por cientos de dispositivos, expuestos en su casa de A Coruña cual museo improvisado.
Una colección que supera los 100 objetos, y subiendo
Como en muchos patriarcas y matriarcas de sus hogares en la cuestión tecnológica, sus iPhone fueron pasando de mano en mano en su familia hasta que quedaron demasiado obsoletos. Y en ese momento, tras unos 6 años de media, a la colección. Una colección que empezó como tal con la compra de varios iPod Classic.
"Me llamaban mucho la atención esos iPod Classic por su diseño, por nostalgia, y compré el '(RED) Edition' de U2. A partir de ahí fue investigando y comprando más y más productos", explica a Applesfera vía FaceTime rodeado de baldas llenas de productos vintage. El redactor se enjuga una lágrima y sigue preguntando por esa maravilla. "Los dispositivos que compro nuevos, para usarlos, los cuido mucho y por supuesto no los vendo ni los tiro, me los quedo con su caja y los añado a la colección cuando ya no los uso".
En esa colección hay bastante dinero invertido, pero sobre todo, hay mucho tiempo. "La colección como tal la empecé a finales de 2015. He dedicado mucho tiempo a buscar productos, a comparar, a negociar por ellos, a ir hasta ciertos sitios para comprarlos... Busco siempre productos funcionales y que estén en el mejor estado posible", explica Gael.
Sus dispositivos favoritos son los iPod, y de hecho tiene todos los modelos de todas las generaciones, salvo los iPod Touch de sexta y séptima generación por una cuestión de precio. El resto los ha ido acumulando durante este lustro.
Para los Mac, por cantidad de modelos (Apple lleva 40 años lanzando entre 2 y 25 modelos anuales) y precios, se ha centrado en adquirir una selección de ellos, no su totalidad. Por ejemplo, quería un iMac G4 —"lamparita"— de 17 pulgadas, pero tenía el de 15. Cuando encontró el de 17, vendió el pequeño. Criba.
"Me centro sobre todo en dispositivos icónicos. Tengo el Mac G4 Cube, y un G5 que es el último PowerMac que vino con PowerPC. O el "lamparita". También estoy buscando un G3, el de colores, pero en su versión Flower Power, con flores estampadas, que es muy muy difícil de encontrar. Me han ofrecido las versiones normales, pero yo quiero esa otra, que es muy rara".
Los iPhone también los tiene casi todos, y los pocos que le faltan, como el 8 o el XS, los comprará más adelante, cuando su precio se hunda. Una curva que también tiene estudiada: "Los productos de Apple sufren una curva de depreciación, y luego, si se mantienen funcionales, se van revalorizando de nuevo. Esto pasaba más antes, cuando los dispositivos se vendían mucho menos. Por ejemplo, del primer iPod se vendieron un millón de unidades. De ahí, quita los que han ido a la basura, los rotos, etc. El que tengo yo tiene más valor ahora que cuando se vendía nuevo en las tiendas".
A esos dispositivos se les unen objetos de merchandising de Apple, que van desde alguna taza antigua con el logo de Apple hasta dos cojines de la final de la Superbowl de 1985, patrocinada por Apple y con su logo en el anverso. Los compró por eBay a una mujer de Estados Unidos que los había guardado durante décadas en su casa. Y muchas revistas con portadas dedicadas a Steve Jobs.
Sus próximos objetivos, si los encuentra, son el mencionado G3 Flower Power y el Macintosh 128K o 512K de 1984. "Y poco más". Echar un vistazo a su casa es hacer un recorrido por las últimas décadas de Apple. Incluso algunos dispositivos ya vintage, como el iPod Hi-Fi, tiene presencia en ella: tiene tres de ellos, conectados a un AirPort Express para obtener AirPlay 2 y usarlos como parte del sistema de sonido doméstico. Y no están solos: Gael también tiene cuatro HomePod y cuatro Apple TV.
Esa es la cara B de este museo vintage: Gael tiene más de 70 dispositivos conectados a HomeKit. Cuarenta son de la marca Aqara, entre los que se incluyen relés, sensores de puerta, persianas, sensores de humedad... Los otros treinta los componen los cuatro HomePod, los cuatro Apple TV, y otros dispositivos.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, no tiene ninguna bombilla inteligente. Él apuesta por interruptores inteligentes, ya que con las bombillas, si sus hijos o alguien de visita en la casa pulsan el interruptor convencional, se pierde la conexión hasta que alguien vuelve a pulsarlo. Su idea era que su casa, al margen de la conectividad, funcione de forma estándar y no haya que dar demasiadas explicaciones a los invitados para que aprendan a manejar la iluminación o las persianas.
Además, ninguna bombilla inteligente tiene la temperatura de color que él busca, 4.000 K, de un blanco bastante neutro. Por encima queda un blanco azulado, más frio; y por debajo queda una luz cálida, anaranjada. De esa forma, usa bombillas Osram tradicionales, de 1.500 lúmenes.
En su aplicación 'Casa' —un espectáculo visual— tiene centralizados los setenta dispositivos, y tiene creadas varias rutinas y atajos. Por ejemplo, cuando dice "Oye Siri, hora de ver una película" se enciende el televisor de su salón mostrando Netflix, se bajan todas las persianas, se cierran los estores, se apagan las luces salvo las de una lámpara auxiliar y se encienden algunas tiras LED para crear una iluminación indirecta y tenue. Además, tiene un iPad mini dedicado al control de toda la casa desde el salón, donde reposa fijado a una pared.
Con todo eso en casa, le ponemos en un compromiso preguntándole qué objeto salvaría si su casa estuviese en llamas y solo le diese tiempo a llevarse uno. Duda, pero responde: "El G4 Cube, es muy raro y es de lo que más caro me ha costado. Se lo compré a una chica en Barcelona por 160 euros, fue una ganga".
Gael, en lo que deshoja la margarita a la espera de si aparece algún 128K o el Flower Power asequible en eBay, divulga su colección en su cuenta de Instagram, MrAppleCollector, donde interactúa con otros coleccionistas como él, como un polaco o un canadiense que tiene absolutamente todos los productos lanzados por Apple en su historia. El delirio.
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