Esto es lo que dice la ciencia de las personas que siempre llevan el iPhone en silencio

Si tu iPhone está siempre en silencio, no estás solo y tampoco estás haciendo algo malo

Iphone Silencio
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Me declaro culpable de llevar siempre el iPhone en modo silencioso (salvo para llamadas). Y lo hago ahora que sé que no es un delito y tampoco una costumbre sin más, ya que se trata de un rasgo compartido por muchos usuarios y que define en cierto modo la personalidad. O al menos eso indica la ciencia y más en concreto la rama de la psicología.

Tal y como señalan estudios realizados por expertos, se puede extraer que este hábito es en realidad un signo de personalidad que no sólo no es malo, sino que tiene un buen significado y es compartido por mucha gente.

Objetivo: controlar las situaciones y el entorno

La ciencia estima que muchas de las personas con miedo a volar sienten ese temor por la sensación de no tener el control de la situación. Y si bien es cierto que a priori no tiene nada que ver con llevar el móvil en silencio, en cierto modo sí tiene que ver.

Estudios como el citado al inicio hablan de los rasgos que suelen tener esas personas y es que desean tener el control de la situación y el entorno que les rodea. Silenciando las notificaciones que recibimos conseguimos justo eso: poder ver los avisos cuando y como queramos. Nosotros decidimos.

A menudo, las personas que llevan (llevamos) las notificaciones silenciadas lo hacemos también para poner un control al resto de personas. Si Fulanito viene a contarnos el último chisme del grupo de amigos, seguramente pueda esperar. Y Fulanito debe saber que contestaremos cuando podamos y, sobre todo, queramos.

Ojos que no ven, corazón que no siente. Si una notificación no suena, no existe y en los usuarios que llevan el móvil en silencio, los mensajes y otras alertas recibidas no existen hasta que deciden mirarlas. Y si bien es cierto que puede haber una cierta sensación de agobio de perdernos algo importante, lo cierto es que siempre existen alternativas para ello.

Por ejemplo, una llamada. En los modos de concentración de iOS se puede de hecho establecer eso mismo, silenciar las notificaciones en general y que sin embargo sí permitamos llamadas, así como excepciones de usuarios a los que sí que les permitimos mensajearnos con notificaciones.

Efectos positivos (y riesgos) de llevar siempre el móvil en silencio

Silencio Aunque ya está desapareciendo en los nuevos iPhone, el famoso conmutador de silencio del iPhone ha sido uno de los más utilizados

Al hilo de todo lo anterior y al ser el usuario el qué decide cuándo mirar las notificaciones, se tiende a tener una mayor productividad. O al menos ese es el objetivo en muchos de los casos, dado que al final se aumenta la concentración en otras tareas, que no tienen por qué estar siquiera relacionadas con el trabajo o los estudios. Sencillamente puede ser centrarse en leer un libro o en ver una serie o película.

Otro efecto positivo es que se tiende a reducir el estrés. Aquí vuelvo a hablar en primera persona, enlazando con un artículo que escribí hace unos meses acerca de cómo gestiono mi iPhone sin notificaciones. A modo experimento estuve contando el número de notificaciones y llegaban a casi 300. Una absoluta barbaridad si tenemos en cuenta que son 300 interrupciones.

En esos puntos da igual qué estemos haciendo. Son interrupciones molestas en la mayoría de casos y, por mucho interés que podamos percibir en ellas, al final acaban haciendo mella en nuestro cerebro. Y sí, genera estrés y ya no sólo por el sonido que tengamos configurado, sino por lo que genera tener que contestarlas y hasta por ignorarlas, ya que en este último caso y de forma casi inconsciente nos quedamos con esa duda de "qué diría esa notificación".

Eso sí, se recomienda tampoco llevarlo al extremo. Obsesionarse con silenciar absolutamente cualquier notificación puede dar lugar a que de verdad nos perdamos notificaciones importantes. Como explicaba anteriormente, dejar activadas las llamadas (al menos de nuestros contactos) es siempre interesante porque, por lo general, las llamadas imprevistas de nuestros seres cercanos suelen ser por motivos de peso. Y no tienen por qué ser malas noticias, pero si lo son, nos convendrá saberlas a tiempo.

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