Desde que Elon Musk adquirió X, la antigua Twitter, no han sido pocas las cosas que han cambiado de la plataforma. Para empezar su logo y su nombre, y no acaba ahí. Los creadores de contenido ahora pueden ingresar un porcentaje de los anuncios que se muestran en sus tweets, así como cobrar suscripciones a sus seguidores más fieles.
Finalmente, en noviembre de 2023, Apple terminó por romper con X, aunque su CEO, Tim Cook, todavía mantiene cuenta en la empresa, igual que otros grandes cargos de la misma. Aunque el último traspiés, sin duda, ha sido el de querellarse contra los propios anunciantes de la plataforma. Son medidas que gustan a unos y molestan a otros, pero al fin y al cabo puede hacerlo, porque la empresa es suya.
Sin embargo, Elon, a pesar de presumir en ocasiones de depender de Apple, se ha encontrado con el problema de que el 30% de cada suscripción se pierde en la famosa tasa Apple de la App Store. Eso no le gustaba ni un pelo, así que decidió una estrategia para solucionarlo. Salió mal.
La estrategia de Elon Musk no ha funcionado
En un viejo tweet —o post, tal y como se llaman ahora—, Musk ha explicado que le parece muy importante apoyar a los creadores de contenido, pero que con las tasas que se aplican por parte de Apple es muy difícil. Al parecer, solicitará que ese 30% que Apple se lleva de cada suscripción, pase a ser solo el 30% de la parte que se lleva X, que es el 10%.
Si hacemos las cuentas, veremos que le están pidiendo a Apple que pasen a llevarse, en lugar de un 30% del total de la suscripción, un 3%. Eso sí, X se llevaría el 10%, que al restarle la parte de Apple se queda en un 7%. Tendría bastante sentido que Tim Cook dijese que no. Entre otras cosas, porque de decir que sí, recibiría miles de correos de desarrolladores solicitando exactamente lo mismo. En aras de la equidad, no le quedaría más remedio que acceder a las peticiones de la gran mayoría, o de establecer tratos de favor.
Pero todo esto da igual porque, apenas unos meses después, Apple tomó la decisión más radical: salirse de X y evitar que hagan cuentas a su costa. La realidad de todo esto, le guste a Elon Musk o no, es que X —y más con su reciente cambio de imagen— necesitaba más a Apple de lo que Apple le necesita a él. Siempre ha sido así. No hay motivo alguno para darle un trato preferente, ni permitirle saltarse las normas de la App Store.
Y así sucedió: ambas empresas marcaron una brecha. Y ahora, con unas elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, esta becha es más profunda que nunca. Para ejemplo, una evidencia: el republicano Donald Trump volvió a X para conceder una entrevista en exclusiva, mientras Kamala Harris apuesta por ágoras más demócratas, más en la línea de Apple como empresa.
Una versión más antigua de este artículo fue originalmente publicada el 03/08/2023.
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