Los rumores que antecedieron el primer Mac mini fueron tan certeros que nadie se los creyó. Recuerdo aquellos años como la época de los descubrimientos en el mundo de la informática, y un auténtico momento de recuperación para una Apple pletórica en pleno éxito del iPod. “¡Ey! ¡Ese ordenador que usas es de la marca de mi mp3!” Se escuchaba en todos aquellos que no podían escapar de una poderosa atracción magnética de una compañía que estaba revolucionando el mundo de la música.
La popularidad del iPod hizo que la gente mirara hacia los Mac pero estaban tan alejados del concepto PC “tradicional” que podías enchufar en cualquier parte, que acaban atrayendo a unos pocos. Los locos, ya sabéis. El resto sólo tenía la referencia del PowerMac G5 pero era demasiado caro como para probar el salto. Los iMac implicaban no reutilizar nada de lo que utilizaban en su ordenador actual. Si consiguieron que los iPod tuvieran el tamaño de una baraja de cartas, ¿y si los Mac tuvieran el tamaño de una unidad de CD?
El Mac mini apareció como un producto orientado a switchers en pleno momento del éxito del iPod pero se ha convertido en mucho más
El 11 de Enero de 2005, Steve Jobs presentó el Mac mini como la consecuencia lógica de la llamada de los usuarios que se interesaban para la plataforma pero querían una señal de que aquel era el camino. Esta primera versión fue lanzaba pensando principalmente en los switchers y en los que tenían dudas, y para mucha gente, fue el primer Mac y su puerta de entrada a lo grande al mundo Apple. Y llegamos al 2018, y cuando entráis en la web de Apple sobre este nuevo producto, esta nueva versión de aquella idea, el sentido es el contrario. Bienvenidos al Mac Pro mini, al que llamaremos de ahora en adelante Mac mini.
Una pequeña historia sobre su diseño
El diseño exterior del Mac mini es exactamente igual a la generación anterior. Pero la compañía no quería que fuera así. Apple buscaba un diseño más radical, quizás más minimalista - nunca lo sabremos a ciencia cierta, la verdad - pero preguntó a los usuarios que más utilizaban estas máquinas que les parecía la idea. “No lo cambiéis. El diseño es perfecto.” Para ellos, su tamaño y facilidad para ser apilados o almacenados en vertical eran casi una característica del propio dispositivo. Algunos incluso se habrían fabricado armarios para construir granjas a medida y poder almacenarlos cómodamente.
Apple los escuchó y prometió no tocar las dimensiones exteriores, pero si ha puesto al día las conexiones y posibilidades de conectividad que debía ofrecer cualquier Mac mini de serie. Un cable de conexión sin adaptador externo, un puerto Gigabit Ethernet (con opción de configuración con Ethernet 10 Gb, por cierto), cuatro puertos Thunderbolt 3 USB-C, un puerto HDMI, dos puertos USB 3 (perfectos para esos periféricos “antiguos”) y una toma de auriculares de 3,5 mm.
Todos ellos hacen que este sea el Mac perfecto para casi cualquier periférico, monitor o sistema externo que queramos conectarle, nada más salir de la caja. Y conviene hablar también de otro rediseño, menos visible pero muy muy importante: el sistema de refrigeración. Se ha creado por completo desde cero con un ventilador más grande que produce menos ruido si se pone a funcionar y cuenta con ranuras de ventilación más amplias desde el círculo de la base al cuerpo para extraer el calor de la caja.
Incluso la fuente de alimentación interna se ha cambiado para aprovechar los flujos de convección del aire y la refrigeración de todo el sistema. El resultado es un Mac mini increíblemente silencioso, con ocasiones muy puntuales donde el ventilador se pone en marcha - y aún así, es discreto. En pocas palabras, quizás las próximas generaciones del Mac mini sean más pequeñas, pero de momento, este diseño es perfectamente apropiado.
Mac mini + LG UltraFine 5K
Si contamos con un monitor podremos conectar este Mac mini a él sin problemas, pero si también queremos renovarlo y optamos por apuntar a un modelo 5K, este ordenador soporta maravillas como el LG UltraFine 5K de 27" - un fantástico monitor de LG que cuenta con el beneplácito de Apple que incluso venden en sus propias tiendas.
Tiene una resolución de 5120x2880 que el Mac mini mueve con completa soltura, conectándolo con la interfaz Thunderbolt 3 USB-C el monitor se convertirá en un hub que nos aportará tres puertos USB-C adicionales para conectar más periféricos. Cuenta con una cámara integrada para videoconferencias, sensor de luz ambiental, micrófono y altavoces, con lo que tendremos casi todo lo que necesitamos listo justo cuando conectemos el Mac mini a él sin necesidad de configurar nada.
El panel ofrece la gama cromática P3 - el estándar de la industria del cine en Hollywood - y nada más y nada menos que 14,7 millones de píxeles. Tiene distintos grados de orientación y dispone de compatibilidad con soportes VESA. Las pruebas del Mac mini con este monitor fueron perfectas, ni una sola ralentización o problema de funcionamiento - este es seguramente uno de los mejores monitores 5K que podréis comprar en el mercado (1399€ en la Apple Store).
Mac mini potenciado
Apple no ha escatimado en opciones para que este Mac, con unos buenos puntos de partida en los modelos básicos - quizás los 8 GB de RAM sean el punto más débil para este tipo de máquina, en todo caso. Partimos de dos configuraciones base, el modelo Core i3 de cuatro núcleos a 3,6Ghz con 128 GB y el modelo Core i5 de seis núcleos a 3 GHz con 256 GB de almacenamientos. Ambas opciones se pueden subir a un Intel Core i7 de seis núcleos a 3,2. Todos los procesadores de Intel son de octava generación, basados en la microarquitectura Coffee Lake. Este es precisamente el modelo que hemos analizado, y cuyos resultados en Geekbench podéis consultar en mi informe al detalle:
La potencia del ordenador para un trabajo profesional está más que asegurada. Podremos trabajar con edición de vídeo, edición fotográfica o de sonido con soltura y con hasta tres monitores externos a la vez. La gráfica no tiene opciones de cambio o actualización, se trata de una Intel UHD Graphics 630 que nos permitirá jugar en 720p con la configuración baja/media en juegos de última generación.
Si necesitáis trabajar con streams 4K mi consejo sería evidentemente apuntar al modelo Core i7 en lugar de ampliar la RAM, mejorad el disco duro interno. Esto es por dos motivos: la RAM es actualizable por el usuario ya que utiliza memoria DDR4 SO-DIMM a 2666 Mhz, la misma que podéis encontrar para cualquier PC - por lo que podéis empezar con una cantidad baja e ir mejorando si necesitáis más. El disco duro interno se puede complementar con uno externo, pero si utilizamos el interno para el sistema operativo, los SSD PCIe funcionan mejor cuanto mayor es la cantidad de almacenamiento en términos de velocidad de escritura.
La lectura en todos los modelos es de 2GB/s, pero la escritura varía desde los 600MB/s para el modelo de 128GB, los 1,3GB/s para 256GB, 1,9GB/s para 512GB y 2,6GB/s para 1TB. Mi opción mínima de compra si necesitamos mover gran cantidad de datos en vídeo con archivos pesados (tipo 4K) y donde es importante la velocidad de transferencia, sería el modelo de 256GB como poco por este motivo.
Como extra, la posibilidad de combinar varios Mac mini en granjas de procesamiento paralelo le aporta una vida importante en el sentido de ampliación: podemos empezar por un par de minis para nuestras necesidades de renderizado - por ejemplo - e ir ampliando el sistema conforme vayamos creciendo en necesidades. Si tenéis pensado utilizarlos como parte de una red, recomiendo invertir en la interfaz Ethernet 10G, pero sólo si lo vais a utilizar recurrentemente en el terreno profesional con grandes archivos de trabajo. Para casa, una oficina, o incluso una pequeña de red de trabajo paralelo ocasional, el Gigabit Ethernet os será más que suficiente.
Chip T2, un copiloto inesperado
Tal como hemos visto en los últimos dispositivos Apple, el chip T2 hace su aparición y en este caso no es para utilizar Touch ID (ya que el mini carece de él), pero sigue controlando también la seguridad y el proceso de imagen digital y ajustes de sonido, liberando al procesador de estas tareas.
Es también importante contar con este chip en una máquina como esta que podemos orientar para el mercado profesional, ya que cifra con clave criptográfica los archivos necesarios para el arranque el Mac y evita que nadie pueda acceder a ellos o modificarlos. Otro punto importante es que es capaz de codificar y descodificar en tiempo real los archivos codificados con FileVault, con lo que los tiempos de transferencia no se verán impactados por ello aunque tengamos esta medida de seguridad activada.
Un Mac mini para switchers preparado para Pros
Empezó siendo un caballo de Troya para aquellos que querían probar el Mac y ahora se ha convertido en un producto para quienes quieren consolidarse dentro de la marca. Esta reinvención del Mac mini no abandona la idea del Mac de entrada para cualquiera que quiera iniciarse, pero tiene opciones para quien quiera tomárselo muy en serio.
El modelo básico de entrada, tal cual, tiene un precio razonable - 899€ - para un producto medido y pensado el rendimiento diario en casa o en la oficina, y trabajos esporádicos más complejos. Con 350€ más tendremos un Core i7 de seis núcleos que nos dará potencia extra si vamos a utilizarlo en aplicaciones de alta carga de cálculo. Como punto de mejora, mi recomendación es que vayáis a los 256GB de almacenamiento SSD por 240€ más desde el modelo básico, más que apuntar por el i7. Si os interesan ambas cosas, mejor empezad por el modelo de 1249€ que incluye las dos de serie.
Tanto si lo vamos a utilizar como ordenador de uso en casa o como servidor en la oficina, este Mac mini y sus capacidades de conexión y expansión lo hacen tremendamente interesante dentro de la actual gama de ordenadores de escritorio de Apple - también sobre todo debido a su reducido tamaño y su fácil transporte. Sigue siendo el Mac más pequeño de todos los que ha creado Apple, pero sin ninguna duda el que más aspiraciones tiene por sus posibilidades.
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