Debates aparte sobre cómo está evolucionando el teletrabajo desde la pandemia, está la experiencia de los que llevan haciéndolo desde hace mucho tiempo. Y un servidor lleva desde principios de 2008 escribiendo artículos en esta casa desde la comodidad del hogar, con lo que me he amoldado a hacerlo de la forma más cómoda posible.
La fórmula que he encontrado no es barata, pero es la que los años me han demostrado que funciona mejor: un ordenador de sobremesa, un portátil, un Apple Watch y un iPhone junto con un iPad que me sirve de apoyo en momentos puntuales.
Tareas y aplicaciones: cuanto menos interacción, mejor
Al ser pluriempleado la prioridad es clara: perder la menor cantidad de tiempo posible. Por eso siempre quiero que las aplicaciones que utilice se sincronicen adecuadamente en todos mis dispositivos, pudiendo consultar todos los datos incluso desde mi Apple Watch.
De hecho, tengo una norma de prioridades a la hora de hacer consultas y gestiones con mis dispositivos para minimizar las distracciones de las redes sociales y otros servicios:
- Si puedo hacerlo desde el Apple Watch, mejor. En caso negativo...
- Si puedo hacerlo con una orden a Siri, mejor. En caso negativo...
- Si puedo hacerlo desde la propia pantalla de bloqueo del iPhone, sin desbloquear el terminal, mejor. En caso negativo...
- Si puedo hacerlo desde un Widget y sin necesidad de abrir aplicaciones, mejor (aquí iOS 17 hará un papel clave).
- Si no hay más remedio, lo hago con el iPhone o con el dispositivo que tengo más a mano
Siempre busco no tener que descender en la lista: desde mi Apple Watch soy capaz de consultar mis recordatorios/tareas, mis correos desde Mail, mi agenda en el calendario y los mensajes que se me van enviando por varios servicios. Por supuesto, las notificaciones de toda red social están completamente desactivadas.
Eso me lleva a decir que las aplicaciones que utilice deben poder funcionar desde el Apple Watch, para no tener que ir sacándome el iPhone del bolsillo constantemente. Mi elección siempre acaba siendo la de adaptar los flujos de trabajos a las propias aplicaciones de Apple, ya que así me aseguro que todo queda adecuadamente sincronizado y protegido en las copias de seguridad de iCloud. Un ejemplo: toda mi agenda, tareas y proyectos están en Calendario.
Ergonomía: adiós al Magic Mouse y puede que al Magic Keyboard
A nivel de ergonomía y opciones para trabajar bien también tengo decisiones muy claras: ahora que tengo que viajar en tren durante más tiempo he recurrido a un MacBook Air para aprovechar los trayectos. Antes utilizaba un iPad, pero advertí que perdía demasiado tiempo en ciertos gestos y usos al escribir.
En casa me he visto obligado a prescindir del Magic Mouse por cuestiones de salud, y en mi monitor LG de 27 pulgadas elijo una resolución intermedia entre el retina puro a 1080p y la resolución 4K nativa para poder tener un espacio de trabajo equilibrado. Sí, eso hace que la resolución escalada no sea proporcional y los píxeles se vean algo borrosos, pero en mi caso particular la diferencia es tan mínima que apenas lo aprecio y me he podido acostumbrar.
Sobre teclados utilizo un Magic Keyboard, aunque algunas de sus teclas están empezando a fallarme después de varios años de servicio interrumpido. Viendo los precios, es probable que mi próximo teclado sea uno mecánico de bajo perfil con el que encuentre un equilibrio entre la escritura cómoda y la escritura rápida. Escribo muchas horas al día, así que esta decisión es algo que pienso ponderar mucho.
En resumen, siempre elijo adaptarme a lo que me ofrece la propia Apple antes de decidirme por usar alternativas de terceros, y siempre busco la forma de consultar los dispositivos de la forma más rápida y discreta posible. Confío en que los Widgets de iOS 17 y macOS Sonoma me ayuden a mejorar todavía más ese aspecto.
Imagen | Tomasz Zagórski
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