Nuestra historia comienza hoy en 1851, en plena fiebre del oro californiana. James Savage, un despiadado comerciante sin escrúpulos, arrincona a los indios de la región central de Sierra Nevada, en Estados Unidos. Para ello, designa a un grupo para hacerse con el control de todas aquellas tierras, el infame Batallón Mariposa.
Cuando exploraron el valle de Yosemite, descubrieron una imponente formación rocosa de más de 2300 metros de altitud. Un monolítico granítico rotundo, una fuerza de la naturaleza impasible con más de 100 millones de años que los observaba desde la distancia.
Desde aquellos días, "El Capitán" se ha convertido en el símbolo más reconocido dentro de los parques nacionales norteamericanos. Considerado también como un lugar mítico dentro de la historia de la escalada, El Capitán también será ahora la imagen del nuevo sistema operativo de Apple. Y yo nunca he creído en las casualidades.
Paseemos
Mac OS X llegó en el peor momento en el que puede llegar un sistema operativo. Su predecesor ahogaba el hardware de la peor época de Apple y el futuro de toda la compañía se tambaleaba por culpa de decisiones sin objetivo. Mac OS X, y las promesas de un cambio radical también en software animaron un mercado y le dieron a Apple y a su interfaz Aqua un sitio asegurado dentro de la historia de la informática.
Mac OS X 10.4 Tiger supuso un cambio importante en la historia del sistema operativo
Tardó algunas generaciones en ser un buen sistema operativo. Pero fue completándose pieza a pieza, dando pocos pasos pero muy firmes. En mi opinión, la versión del auténtico cambio de rumbo fue Mac OS X 10.4 Tiger, que incluía novedades tan interesantes para la época como el motor de búsqueda instantánea Spotlight, Dashboard, o Automator y una interfaz gráfica unificada y un soporte robusto para los 64-Bits de los G5.En toda la historia de Mac OS X, el objetivo de Apple era ofrecer al usuario la forma más precisa y sencilla para sacar partido a su hardware. Pero durante años, siempre existió un Santo Grial para este sistema operativo. Un objeto casi de leyenda del que todos hablaban en voz baja y para el que todos parecían prepararse. Parecía ser el destino de todo lo que teníamos entre manos, y lo llamaron Mac OS XI.
La metáfora mal entendida
El cambio de Mac OS 9 a Mac OS X fue tan radical, que la industria entendió este proceso no como un momento puntual dentro de la historia de Apple, sino quizás como una forma de conversión: la representación gráfica dentro de un ordenador de la metáfora del escritorio funciona, y más allá, incluso dotarlo de cierto aspecto vivo. ¿Quien duda que "Aqua" fue una idea no sólo para traer la atención, sino también para demostrar el "paso más allá" que pretendía ejemplificar la compañía?
Es por eso que un nuevo cambio generacional, relevante como se esperaba tras el momento en que Mac OS X entregue su relevo, también se entendió así. La mayor potencia gráfica de los ordenadores sería capaz de dotar al escritorio del nuevo sistema operativo de un nivel de realidad sin precedentes: conseguir una auténtica realidad virtual que para utilizar nuestro mundo digital. Y la verdad, convenció a bastante gente.
Incluso se llegó a pensar que la metáfora de escritorio virtual Piles podría ser la principal novedad de Leopard
Un buen ejemplo de ello fue la metáfora Piles y su implementación con BumpTop, de la que ya hablamos hace más de cuatro años, una aplicación que convertía literalmente nuestro escritorio en un escritorio 3D, para trabajar con él de la misma forma que lo haríamos con uno real. Años atrás, incluso se llegó a pensar que Piles podría ser la principal novedad de Leopard.
Este escritorio, como entretenimiento y forma de representación utilizando incluso simulaciones físicas, no pasó de curiosidad. No sólo aumentaban los recursos que necesitábamos incluso para mover una carpeta de lugar, sino que además de trasladar ciertas ventajas del escritorio a nuestro ordenador, también estábamos trasladando los mismos problemas de siempre.
La información seguía ocultándose tras carpetas, cuyo propio concepto ya estaba anticuado, y amontonarlas a ellas o a los documentos que contenían no tenía ninguna utilidad más allá de la curiosidad. No solucionaba ningún problema de organización o productividad, y aquello se quedó como una idea que - según muchos pensaban - seguro que Apple acabaría comprando tarde o temprano para su siguiente generación de sistemas operativos. Pero jamás lo hizo. Los planes eran otros.
Mac OS XI
Cuando el lunes pasado, estaba viendo como un entusiasmado Craig Federighi presentaba OS X Yosemite, no podía quitar de la cabeza una idea: estábamos asistiendo al nacimiento de algo tan importante como el propio cambio a Mac OS X. Sólo que ésta vez, no se trata de un salto, más bien de una transición planeada. Un recorrido que ya nos anticipa que van a suceder cosas fantásticas en OS X.
OS X Yosemite es lo más cerca que jamás hemos estado de Mac OS XI, y es sólo el principio
Y es que este nuevo sistema operativo es lo más cerca que hemos estado jamás de Mac OS XI. Yosemite no sólo es un cambio de interfaz, es un foco a una nueva dirección basado en la simplificación de lo que vemos, para centrarnos en maximizar de lo que tenemos. El contenido es lo más importante, y nosotros llevábamos años pensando que lo que deberíamos mejorar - y complicar - era la caja que lo contenía.
Simplificar la interfaz no sólo es hacerla plana, también consiste en hallar un método de búsqueda instantánea de información, que se ha conseguido mejorando Spotlight. La información debe vivir sin contenerse en ninguna parte, ya podemos utilizar la geolocalización y los metadatos para ordenar - y encontrar - lo que queramos. Podemos ordenar por tags, cosa que Apple potenció ya en Mavericks, sin duda con la vista puesta en la siguiente generación de Spotlight. Y el futuro de Siri y su cuarta interfaz, que estoy convencido que llegará.
Un cambio como el que esperábamos para un nuevo sistema operativo no es sólo cambiar el nombre, se trata de encaminar el concepto y hacernos pensar que necesitamos trabajar mejor, que somos más eficaces cuando no nos ponemos barreras físicas que arrastramos desde hace décadas cuando la informática trataba de ser familiar.
Los sistemas operativos deben dejar de ser metáforas de realidad virtual y convertirse en implementaciones de realidad ampliada
Yosemite no será Mac OS XI. Probablemente no lo sea tampoco la siguiente versión, ni la otra. Eso no significa que no estemos asistiendo al nacimiento de un conexión de momentos significativos dentro de la informática: los dispositivos inteligentes, la era post-PC, las aplicaciones y todo el ecosistema digital que, hoy en día, conforma nuestra vida. Y todo ello debe reflejarse en los sistemas operativos, que más que realidad virtual deben convertirse en escritorios de realidad ampliada.
Si queremos buscar una metáfora para lo que hemos empezado a ver esta semana, yo prefiero que miréis con respeto y con curiosidad de exploración tal y como lo haríais a aquella montaña de California. "El Capitán" fue una figura fácilmente reconocible durante años, y es parte de un símbolo imponente que ahora forma parte de la historia.
Sin duda, el lunes comenzamos a andar hacia él.
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