De Tim Cook ya sabemos que es una persona muy organizada, con unos horarios muy estrictos y con una defensa acérrima de todas las herramientas que iOS y macOS aportan para que evites distracciones. No es para menos, ser CEO de Apple no admite ser ni distraído ni despistado.
Pero no creamos que Cook depende de grandes métodos reservados sólo para los grandes empresarios millonarios: el propio ejecutivo ya ha comentado a algunos medios anglosajones los trucos que comparte con los suyos para mantenerse centrado. Y los hay que no pueden ser más simples.
Haz lo que sólo tú puedes hacer
Uno de esos mantras de Tim Cook se reflejó hace un tiempo en Inc, e incluso es algo que también hace el CEO de Amazon Jeff Bezos: lo llaman el principio "sólo tu", y atañe a todas las personas con muchas tareas que intentan hacerlo todo al mismo tiempo.
Cook evita eso a toda costa. Según este principio, si alguien puede encargarse de alguna tarea que se te ocurre hacer, que ese alguien sea la persona que se encargue. Una de las principales ventajas de ser el CEO de una empresa es que puedes delegar, y nadie va a estar por encima de ti intentando impedirlo.
Eso lo lleva incluso a dejar de hacer cosas que Steve Jobs hacía: mientras que Jobs visitaba constantemente a los equipos de ingenieros y diseñadores, Cook se centra en dar las órdenes claras y confiar en que esos equipos hagan bien el trabajo. De este modo el CEO de Apple se centra en las tareas que sólo el CEO de Apple puede hacer.
No todos podemos tener el lujo de delegar nuestras tareas a otras personas, naturalmente. Pero el principio puede ayudarte a priorizar tus tareas y colocar delante de la lista las tareas que sólo tu puedes hacer y dejar el resto para más tarde. Cada persona y cada empleo es un mundo, pero si a Tim Cook le funciona no podemos descartar que a nosotros también nos sirva de algún modo u otro.
En Applesfera | "Iba sin rumbo": Tim Cook confiesa cómo era su etapa antes de liderar Apple y desvela qué cinco claves le motivan
En Applesfera | Tim Cook ha logrado lo que Steve Jobs no pudo: tener a Disney en su bolsillo como proveedor de servicios
