Cualquier persona que trabaje en un puesto con una mínima responsabilidad lo sabe: no sólo vale trabajar, si no saber tomar las decisiones correctas para seguir un buen rumbo. Puede ser la diferencia entre gestionar bien o gestionar mal a un departamento o equipo de personas.
Steve Jobs sabía bien esta parte, y no solamente en su época como CEO de Apple. En 1992, mientras estaba inmerso en su aventura con NeXT, nos lo demostró con una charla con varias personas hablando sobre gestión en la empresa. La lección ha quedado como una más para la historia.
No pagas para que hagan lo que digas, pagas para que te digan qué hacer
El mensaje lo ha mostrado el analista Jon Erlichman en uno de sus tuits. En el vídeo incrustado vemos a un Jobs de 37 años comentando su política a la hora de tomar decisiones importantes en la empresa:
"Nunca he creído en la teoría de creer que si estamos en un mismo equipo de dirección y tomamos decisiones diferentes sobre un asunto, yo tengo que decirte "compra mi decisión, convéncete de ella aunque no estés de acuerdo".
Estás pagándole a alguien para que haga lo que cree que es correcto, y después le intentas convencer para que haga lo que no cree que sea correcto. Tarde o temprano acaba estallando un conflicto.
Siempre he creído que lo mejor es reunir a todos en una sala y hablarlo todo hasta llegar a un acuerdo. No hablo de reunir a toda la empresa, pero sí a todos los involucrados en una decisión que debe ser ejecutada.
Así es como intentamos gestionar NeXT: tenemos un "Equipo de Normativa" de ocho miembros del que formo parte [...]. En él intentamos diferenciar las decisiones más importantes y las decisiones que no necesitamos tomar. Y en las decisiones importantes lo debatimos todo hasta que estamos todos de acuerdo. Porque pagas a gente para que te digan qué hacer. No pagas a gente para hacer cosas, es muy fácil encontrar a gente para que te haga cosas. Lo difícil es encontrar a gente para que te diga qué debería hacerse.
Pagamos un montón de dinero a la gente y esperamos que nos digan qué es lo que deberíamos hacer. No deberías hacer ciertas cosas si hay gente que no está de acuerdo con ello. Y la clave para que eso funcione bien es saber que no hay tantas cosas sobre las que un equipo de personas deba decidir qué hacer. Podemos tener unas 25 cosas sobre las que decidir en un año, no son muchas.
Es decir: Jobs buscaba a personas que aguantaran críticas y que al mismo tiempo dijeran lo que había que hacer en la empresa. No limitarse a obedecer, si no a dejar bien claro lo que es necesario y hablarlo con el equipo hasta llegar a un punto en común.
El estilo de Steve Jobs, recordado en Apple y más allá
Esta pequeña charla de Jobs es un ejemplo de cómo el cofundador de Apple no llevó su forma de hacer las cosas sólo a Apple. Sí, fue en las oficinas de Cupertino donde tenemos grandes anécdotas como la del iPod que acabó en la pecera.
Hay ideas que han sido vitales para otras empresas, y ya en sus orígenes es recordado. Y si no que se lo digan al antiguo CEO de Atari, que tuvo que lidiar con unos hábitos de Jobs que calificaré de... difíciles. Pero hay que enfocarse en el legado más importante: muchos grandes cargos empresariales de hoy en día siguen aplicando la filosofía de Steve Jobs.
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