En el contexto de la CPDP 2021 Tim Cook, CEO de Apple, ha hablado sobre la privacidad y la posición que Apple tomó hace ya muchos años al respecto. Computers, Privacy and Data Protection (CPDP) es una plataforma sin ánimo de lucro fundada en 2007 para apoyar la privacidad en la tecnología. En su intervención Tim Cook ha argumentado los últimos cambios en las plataformas de la manzana y ha afirmado que la tecnología debe servir a las personas, no al revés.
La tecnología necesita humanidad para que podamos hacer más con ella
Tim Cook ha iniciado la intervención explicando que hace ya años que se dio cuenta de la impresionante maquinaria de recogida de datos que se ha montado online. Para el ejecutivo, "si aceptamos que todos nuestros datos se agreguen y vendan perdemos mucho más que los datos, perdemos nuestra esencia como humanos además de nuestra privacidad".
El CEO ha explicado que la RGPD ha sido una muy buena base para la privacidad, pero que su desarrollo e implementación debe continuar. Debemos hacer más, decía Cook, antes de explicar como la legislación más reciente de California en materia de privacidad se ha apoyado enormemente en la RGPD.
Según el ejecutivo, "tenemos que responder a los que creen que pueden usar nuestros datos como quieran, no debemos tolerarlo". Los principios de minimización, conocimiento y decisión por parte del usuario, procesamiento en local y seguridad siguen siendo los cuatro pilares de la privacidad en Apple.
Tim Cook ha explicado las últimas novedades alrededor del App Store y las plataformas de Apple en temas de privacidad. Ha prestado especial atención a las etiquetas de privacidad del App Store donde, como usuarios, podemos consultar qué y cómo las apps utilizan nuestra información personal. También ha repasado el funcionamiento de la App Tracking Transparency (ATT) que nos permite elegir si queremos que las apps nos rastreen.
"Las aplicaciones que usamos cada día pueden recoger información". Y según Tim Cook, "no hay información suficientemente privada o personal para que no sea recogida. No somos el cliente, somos el producto. Con la entrada en vigor de ATT podremos elegir". Cook ha afirmado que la tecnología no necesita todos nuestros datos para funcionar. Los anuncios han funcionando muy bien antes de que se hipersegmentaran. Si un negocio está basado en este espionaje debe ser reformado.
"El sistema de ATT está en el centro de un debate mucho más amplio sobre la privacidad". Muchos se preguntan "¿cuánto más podremos salirnos con la nuestra?" y seguir recogiendo datos. "La pregunta que deberían hacerse es ¿cuáles son las consecuencias?" En estos últimos tiempos la tecnología nos ha acercado, nos ha permitido aprender desde el hogar, nos ha permitido seguir trabajando. No deberíamos permitir que la avaricia publicidad hipersegmentada empañara esta imagen, ha comentado.
"La tecnología ética es la elección de Apple. Es la tecnología que te ayuda a dormir mejor, no la que te quita el sueño. La que te dice: para, toma un descanso, dibuja, sal a correr." La privacidad va primero porque no hay que traicionar a los usuarios para hacer grandes productos. En Apple creemos que la tecnología debería mejorar la vida de las personas. Puede que nos equivoquemos, es lo que nos hace humanos, pero seguimos hacia adelante. Seguimos con los estándares altos, progresamos. "La tecnología debe servir a las personas y no al revés".
A continuación la transcripción completa del discurso de Tim Cook:
Buenas tardes.
John, gracias por la cálida presentación y por recibirnos hoy aquí.
Es un honor poder acompañarte y aprender de este comité de expertos en una ocasión tan especial como el Día de la Privacidad de los Datos.
Hace poco más de dos años, hablé en Bruselas sobre el surgimiento de un complejo industrial de datos junto con reguladores de protección de datos de todo el mundo y mi gran amigo Giovanni Buttarelli, que en paz descanse.
En esa reunión nos preguntamos en qué tipo de mundo queríamos vivir.
Dos años después, deberíamos analizar detenidamente cómo hemos respondido a esa pregunta.
La realidad es que hay un ecosistema interconectado de empresas y brokers de datos, proveedores de noticias falsas, impulsores de la división, rastreadores e interesados en hacer dinero fácil con más presencia que nunca en nuestras vidas.
Y es evidente lo mucho que degrada nuestro derecho fundamental a la privacidad y, en última instancia, el tejido social.
Ya lo he dicho en otras ocasiones: si aceptamos como un hecho normal e inevitable que todo en nuestras vidas se pueda agregar y vender, entonces perdemos mucho más que datos. Perdemos la libertad de ser humanos.
Sin embargo, también estamos en un momento de esperanza, reflexión y transformación. Muchos de vosotros habéis hecho posibles nuestros avances más palpables.
Ahora que ha quedado demostrado que los cínicos y los agoreros se equivocaban, el RGPD ha puesto los cimientos para los derechos de privacidad en todo el mundo, por lo que su defensa y su cumplimiento deben continuar.
Pero no podemos detenernos ahí. Aún hay mucho por hacer y ya estamos viendo avances importantes en todo el mundo, como una iniciativa electoral que fortalece la protección de los consumidores aquí mismo, en California.
Juntos debemos dar una respuesta universal y humanista sobre lo que se puede y no se puede tolerar a quienes reclaman el derecho a controlar la información privada de los usuarios.
Como dije en Bruselas hace dos años, ha llegado la hora de crear una ley de privacidad integral aquí en Estados Unidos, además de leyes mundiales y nuevos acuerdos internacionales para concretar los principios de minimización de datos, conocimiento y acceso de los usuarios, y seguridad de la información en todo el planeta.
En Apple nos hemos empleado a fondo durante estos dos años, en parte gracias al impulso que nos ha dado el liderazgo de quienes veláis por la privacidad.
Hemos trabajado no solo para reforzar nuestros propios principios básicos de privacidad, sino también para provocar una reacción en cadena en todo el sector.
Hemos defendidos una y otra vez un cifrado sin puertas traseras, puesto que la seguridad es la base de la privacidad.
Hemos establecido nuevos estándares del sector para la minimización de los datos, el control de los usuarios y el procesamiento que se hace en los dispositivos de toda la información, desde los datos de ubicación hasta los contactos y las fotos.
Como líderes en prestaciones de salud y bienestar, nos hemos asegurado de que tecnologías como el sensor de oxígeno en sangre y los electrocardiogramas den a los usuarios la tranquilidad de que sus datos de salud son suyos y solo suyos.
Por último, estamos imponiendo requisitos muy estrictos para proteger la privacidad de los usuarios en todo el ecosistema de la App Store.
La primera es una idea simple pero revolucionaria a la que llamamos “etiqueta nutricional de privacidad”.
Todas las apps, incluidas las nuestras, deben detallar sus prácticas de recopilación de datos y privacidad, información que la App Store presenta de una manera que todos los usuarios pueden comprender y tener en cuenta.
La segunda se llama “App Tracking Transparency” o ATT. Básicamente, se trata de devolver el control a los usuarios, y darles voz y voto sobre cómo se manejan sus datos.
Los usuarios han solicitado esta función durante mucho tiempo. Hemos trabajado estrechamente con los desarrolladores para darles el tiempo y los recursos necesarios para ponerla en marcha. Y nos encanta porque creemos que tiene un gran potencial para mejorar las cosas.
Porque la ATT responde a un problema muy real.
Hoy hemos publicado un documento titulado "A Day in the Life of Your Data”, en el que explicamos que las apps que usamos todos los días contienen un promedio de seis rastreadores. Este código a menudo existe para vigilar e identificar a los usuarios en las apps; es decir, para observar y registrar lo que hacen en ellas.
En este caso, los usuarios no siempre están al corriente de todo.
Ahora mismo, algunos usuarios no saben si las apps que usan para pasar el rato, comunicarse con sus amigos o encontrar un sitio para comer pueden estar transmitiendo información sobre las fotos que hacen, las personas que están en su lista de contactos o los lugares donde comen, duermen o rezan.
Como muestra el documento, parece que toda la información privada o personal es susceptible de ser vigilada, monetizada y agregada en un resumen exhaustivo de nuestras vidas. Y el resultado final de todo esto es que los usuarios pasan de ser clientes a ser productos.
Cuando la ATT entre en vigor, los usuarios tendrán voz y voto en lo relativo a este tipo de seguimiento.
A algunos no les importará compartir este tipo de información para recibir anuncios personalizados. Sin embargo, sospecho que otros muchos preferirán no hacerlo. Es lo que ocurrió hace unos años cuando integramos una funcionalidad que limita el rastreo de estas características en Safari.
Creemos que el desarrollo de este tipo de prestaciones e innovaciones orientadas a la privacidad es una parte fundamental de nuestro trabajo. Siempre lo hemos hecho y siempre lo haremos.
El hecho es que el ATT está en el centro de un debate que hemos mantenido durante mucho tiempo, y nuestro punto de vista al respecto está muy claro.
La tecnología no necesita grandes cantidades de datos personales procedentes de decenas de sitios web y aplicaciones para tener éxito. La publicidad ha existido y prosperado durante décadas sin algo así. Y si hemos llegado hasta aquí es porque el conformismo rara vez suele llevar a la sabiduría.
Si una empresa vive de engañar a los usuarios, explotar sus datos y ofrecer opciones que son de todo menos eso, entonces no merece nuestros elogios, sino una reforma.
No debemos apartar la mirada del panorama general.
En un momento en el que abundan la desinformación y las teorías conspiradoras impulsadas por algoritmos, ya no podemos mantenernos impasibles ante esa teoría tecnológica que dice que cualquier interacción es buena, sobre todo si se prolonga en el tiempo y permite recopilar tantos datos como sea posible.
Muchos todavía se preguntan hasta qué punto podrán salirse con la suya, cuando deberían estar preguntándose cuáles serán las consecuencias de sus actos.
¿Cuáles serán las consecuencias de dar protagonismo a las teorías conspirativas y la incitación a la violencia solo porque aumentan la tasa de interacción?
¿Cuáles serán las consecuencias ya no solo tolerar, sino de dar vía libre a contenidos que minan la confianza del público en vacunas que salvan vidas?
¿Cuáles serán las consecuencias de que miles de usuarios se unan a grupos extremistas y perpetúen un algoritmo que les recomiende muchos más?
Ya es hora de dejar de fingir que todo esto no tiene un precio en términos de polarización, de pérdida de confianza y, sí, de violencia.
No podemos permitir que un dilema social se convierta en una catástrofe social.
Creo que el año pasado y los últimos acontecimientos nos han hecho sentir el peligro en nuestras carnes, como sociedad y como individuos.
Las largas horas que hemos pasado encerrados en casa, el reto de seguir educando a los niños cuando los colegios están cerrados, la preocupación y la incertidumbre ante lo que nos deparará el futuro... Todas estas cosas han puesto de manifiesto las formas en las que la tecnología puede ayudarnos, pero también hacernos daño.
¿Serán las innovaciones que hacen nuestra vida mejor, más plena y más humana las que prevalezcan en el futuro?
¿O, por el contrario, estará en manos de esas herramientas que fomentan la exclusión, propagan el miedo y difunden el extremismo con tal de mostrar anuncios cada vez más agresivos y dirigidos?
En Apple, elegimos nuestro bando hace mucho tiempo.
Creemos que la tecnología ética es aquella que mejora las vidas de las personas. Esta tecnología te ayuda a dormir, no a mantenerte despierto, y te dice cuándo debes parar y dedicar más tiempo a crear, dibujar, escribir o aprender, no a seguir sin más. Es una tecnología que pasa a un segundo plano mientras caminas o nadas, pero que está ahí para avisarte de una frecuencia cardiaca irregular o ayudarte si tienes una mala caída. Y todo con total privacidad y seguridad, porque nadie necesita usar los derechos de los usuarios como moneda de cambio para ofrecer un gran producto.
Nos llamarán ingenuos, pero seguimos creyendo que la tecnología creada por personas, para las personas y con nuestro bienestar en mente es una herramienta demasiado valiosa como para renunciar a ella. Estamos convencidos de que el valor de una tecnología es directamente proporcional a lo que hace por la gente.
No somos perfectos y cometeremos errores. Eso es lo que nos hace humanos. Pero nuestro compromiso con los usuarios, ahora y siempre, es mantener vivos los valores que han inspirado nuestros productos desde el principio. Porque lo que hacemos por el mundo no sería nada sin la confianza que ellos han depositado en nosotros.
Pido a todos los presentes que sigáis llevándonos por el buen camino, estableciendo estándares que pongan la privacidad en primer plano y dando los pasos necesarios para arreglar lo que no funciona.
Hemos avanzado mucho, pero debemos continuar. Porque siempre es el momento adecuado para ser atrevidos y valientes en un mundo en el que, como dijo Giovanni Buttarelli, la tecnología debe estar al servicio de las personas, y no al revés.
Muchas gracias a todos.
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