Hace ya varios años que se abrió un intenso debate en torno a Apple y a la privacidad del iPhone. Sin embargo, en Apple no hay debate, por mucho que sea el mismísimo FBI quien se lo pida. Sin embargo, el presidente electo de Estados Unidos ya advirtió en su primera legislatura de un plan que, quién sabe, quizás podría retomar en estos próximos cuatro años.
Precedentes de la polémica. En 2015 se produjo un tiroteo en San Bernardino que dejó 16 muertos y más de una veintena de heridos. El FBI, al saberse que el autor poseía un iPhone, pidió ayuda a Apple para desbloquearlo y, ya con pleno acceso a sus datos, completar la investigación.
Apple se negó en rotundo. Apple tiene la privacidad por bandera y priorizan que el iPhone sea un dispositivo seguro y sin fisuras, tratando de lanzar actualizaciones regulares que acaben con las vulnerabilidades. Y esto es algo que ponen por encima de todo y le dijo al FBI que nanai. El FBI consiguió acceder al iPhone del terrorista, pero a través de otras vías que en ningún caso contaron con la colaboración de Apple.
Por qué abrir puertas al iPhone no es tan buena idea. Descubrir entramados criminales parece y es una razón de peso para pensar que es buena idea tener una puerta trasera en iOS que sea accesible para expertos del FBI y otros cuerpos de seguridad. Sin embargo, de fondo hay un problema aún mayor.
Y es que de tener una puerta trasera en el iPhone, es posible que esta sea conocida por expertos en ciberseguridad no siempre bien intencionados. Esto expondría el sistema de Apple ante los cibercriminales que podrían llegar a hacer mucho daño conociendo las debilidades del sistema, afectando a usuarios de todo tipo. Es justo lo que Apple no quiere.
Qué dice Donald Trump. En el año 2020, cuando todavía era presidente, Trump publicó un tweet en el que echaba en cara como pese a las ayudas que habían realizado a Apple en cuestiones de comercio, estos se negaban a colaborar en casos como el de San Bernardino.
De aquellas, instó a la firma dirigida por Tim Cook a "dar un paso adelante" por el bien del país. La legislatura terminó meses más tarde y a cargo de Joe Biden no se produjeron peticiones similares. Sin embargo, el regreso del magnate a la Casa Blanca en enero podría volver a la carga con este asunto.
¿Y si cambian las leyes? Con la ley en la mano, poco tiene que hacer Apple con este asunto. Como sucedió ya con el episodio de San Bernardino, Apple no tiene obligación alguna de ceder el acceso a los datos a las autoridades. Sin embargo, como ya estamos viendo en la Unión Europea con otras cuestiones, si la ley cambia y obliga a ello, no les quedará más remedio.
Eso sí, se antoja como un panorama aún incierto. Por el momento la futura administración Trump-Vance no se ha vuelto a manifestar. Y si finalmente promulgan una ley así, necesitarán la aprobación de un senado que, aunque parece destinado a teñirse de rojo con la victoria de los republicanos (53 vs 44 a los demócratas al momento de cerrar esta información), deberá contar con más apoyos.
Trump prometió "protección" a Apple. Precisamente a tenor de las batallas de Apple en Europa, el ya elegido como nuevo presidente de Estados Unidos reconoció una llamada con Tim Cook durante la campaña pidiéndole ayuda para enfrentarse a una Unión Europea que nuevamente les amenaza con sanciones a costa de la DMA. Según el magnate, respondió diciendo que "no vamos a dejarles aprovecharse de nuestras compañías". Y poco más. Será en los próximos meses cuando empecemos a ver cómo le va a Apple con la renovada administración Trump.
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