Hay quienes ya ven a los dispositivos de Apple como una alternativa más a las consolas portátiles de las grandes compañías del sector. Si bien es cierto que la combinación de tecnología y precio de sus juegos ha ayudado bastante a formar esa teoría, tampoco hay que olvidar que el 90% de su catálogo no apunta a ser más que morralla.
¿Qué necesita Apple para acabar cambiando las tornas? Tiempo. No me cansaré de decirlo, será el paso de los meses y los años el que aporte nuevos juegos, cada vez de más calidad, más divertidos, mejor hechos, y es que no hacen falta presupuestos millonarios y que el catálogo se inunde de obras como ‘Infinity Blade’ para conseguir enamorarnos, lo que hacen falta son juegos completos en todos sus aspectos, con una base sólida, tan atractiva como adictiva. ‘Frederic’ es uno de ellos.
Frédéric Chopin, un protagonista de excepción
El título nos pone en la piel de Frédéric Chopin, el conocido como el poeta de la composición, que resucitado de entre los muertos en un futuro cercano, se enfrenta a un mundo en el que la música ya no nace del corazón, sino de los bolsillos de un acaudalado productor.
La historia se desarrolla mediante diversos vídeos de animación, de un diseño y calidad magníficos, que, unidos, alcanzan la hora de duración. Una señal más del mimo que la desarrolladora Forever Entertainment ha empleado para saltar a la palestra con su mejor juego.
Dichas escenas servirán de hilo conductor para la historia, en la que Frédéric deberá viajar de ciudad en ciudad combatiendo contra otros músicos, en su eterna búsqueda por salvar al mundo del fracaso de originalidad en el que ha acabado recayendo. Hay tiempo para el humor, pero también para la crítica, que envuelta en la aparente inocencia de unos dibujos animados, no se cansa de asestar cuchilladas a nuestro modo de vida.
El juego musical por excelencia
Presentado el juego toca hablar de sus mecánicas, y como era de esperar ante un protagonista de excepción como Chopin, estarán centradas en nuestra búsqueda de la perfección con un piano en las manos. Como si de otro clon de ‘Guitar Hero’ se tratase, contaremos con varias teclas y unas líneas que servirán de camino para las notas, que se irán acercando a nuestros dedos paulatinamente.
De nuestra habilidad al tocarlas en el momento preciso, sumando más o menos puntos dependiendo de en qué momento toquemos la tecla pertinente, dependerá el éxito de nuestra actuación, rellenando así una barra de perfección que multiplicará nuestra puntuación y permitiéndonos realizar diferentes ataques especiales a nuestro adversario cuando se nos muestre en pantalla la posibilidad de agitar el dispositivo.
Cada nivel se convierte en un duelo con otro músico, nueve en total, que deberemos vencer para continuar. La grandeza del juego, más allá de gozar de unas mecánicas atrayentes que ya han demostrado su valía en infinidad de clones similares, son las canciones que tocaremos.
Una banda sonora para recordar
Todas serán remixes de obras de Chopin, pasadas por filtros que van desde la electrónica hasta el reggae, así como música irlandesa o temas techno o de inspiración chiptune. Sobra decir que las mezclas son soberbias, probablemente la razón por la que también podemos encontrar la banda sonora en iTunes.
Los inicios del juego ya representan su clara intención de estrujarnos los dedos en una especie de “Twister manual“ en el que, más que la agilidad, importa el oído y la necesidad de anticiparse a los tonos que se irán acercando a las teclas. Preparaos para sudar sangre con algunas, sobretodo al escoger el nivel más alto de dificultad.
Conclusión
No hay mejor conclusión para ‘Frederic’ que la siguiente frase: es un juego imprescindible al que la única pega que se le puede poner es no ser una aplicación universal. Una obra maestra en la que mecánicas, historia, gráficos y banda sonora, se dan la mano para llegar directo a tu iPhone, iPad o iPod y decir ¿a que te ha gustado?
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