Editar vídeo en alta definición no es algo limitado a los últimos Mac con potentes procesadores y mucha cantidad de RAM. Hacerlo en equipos más antiguos es posible. Sólo necesitamos saber cómo aprovechar su potencia y cómo trabajar de forma más óptima.
Cualquiera que comience con la edición de vídeo debe conocer qué formatos de vídeo son los más óptimos para trabajar junto a la aplicación seleccionada. En OS X, pese a las críticas, una de las mejores opciones es Final Cut Pro X. El editor de vídeo profesional de Apple nos permite realizar ediciones de todo tipo y su precio lo convierte en una de las soluciones más atractivas.
Cuando FCPX se presentó veíamos cómo el número de formatos de vídeo se ampliaba. Ya era posible editar archivos AVCHD importados desde diferentes cámaras sin necesidad de recurrir a conversores. Claro que sigue siendo más recomendable transcodificar (conversión directa de un códec a otro) a ProRes ya que la edición es más eficiente. La “única” pega de trabajar en ProRes es que el tamaño de los archivos se dispara. Un vídeo de 200MB pasa a ocupar 1GB apróximadamente.
Pero aún así, usando material de vídeo en ProRes, hay equipos a los que les cuesta o resulta más pesada dicha tarea. Para solventarlo está la opción de editar usando archivos proxy. Un archivo proxy es una copia de nuestro bruto (material original) que el sistema crea si así lo indicamos y que tendrá una resolución menor que el original. Exactamente 1/4 de la resolución del clip. Esto ayuda a que el equipo maneje un archivo más ligero que el bruto, de modo que la edición se facilita.
Un ejemplo. Editar 4K en un MacBook Air es una tarea imposible. Si trabajamos con archivos Proxy vamos a realizar una edición con archivos 1080p, algo que el equipo puede mover con mayor soltura. Luego, una vez finalizada la edición, a la hora de exportar lo haremos usando los archivos a máxima resolución. Los prosy sólo sirven como referencia y para facilitar la edición.
Editando en movilidad
Como véis, hacer uso de la edición Proxy en FCPX no sólo nos permitirá hacerlo con nuestros equipos menos potentes o incluso como medio para extirar la vida útil de nuestro Mac. También nos ofrece la capacidad de editar en movilidad. Es decir, podemos trabajar en nuestro Mac Pro o iMac, con los archivos originales y a máxima resolución, pero si necesitamos comenzar mientras estaos de viaje, o queremos continuar en casa en el portátil también podremos hacerlo.
Para ello volvemos a usar la edición Proxy. Tal y cómo explicaban en MacBreak, la idea es crear una biblioteca en FCPX donde los archivos originales están referenciados y en ella sólo guardamos el material Proxy. De ese modo, podemos llevarnos la biblioteca a nuestro portátil, realizar las ediciones necesarias y luego copiar de nuevo a nuestro Mac principal el proyecto. Pero os dejo con el vídeo donde veréis más claramente el flujo de trabajo.
En Applesfera | Cómo visualizar tus bibliotecas de FCPX de forma rápida
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