Todos sabemos (más o menos) la historia de Dropbox y Apple. El servicio fue pionero en permitir que cualquier persona tuviera una carpeta en la nube, y captó la atención de Steve Jobs rápidamente. El cofundador de Apple quiso comprarles, y Dropbox rechazó la oferta en lo que en esa época parecía una insensatez.
La reacción de Steve Jobs fue la propia de un gran empresario: "si una compañía pequeña como Dropbox no acepta ser adquirida por 800 millones de dólares, entonces incluiré una nueva función que sea como la suya entre mis servicios y acabarán por desaparecer". Pero Jobs no se imaginaba lo que ocurriría.
No sólo Dropbox no ha desaparecido, sino que además ha seguido creciendo y se ha convertido en un servicio utilizado por millones de personas. Hasta el usuario general sabe lo que es, aunque sólo sepa definirlo como "eso de la carpeta en la nube". Apple tiene a su iCloud Drive con también su buena parte de usuarios, sin duda, pero Dropbox ha hecho todo lo contrario a desaparecer.
De hecho, tenemos la noticia reciente de la salida a bolsa de Dropbox. Y esa salida a bolsa ha hecho que la compañía esté valorada ahora mismo en 13.300 millones de dólares mientras escribo estas líneas. ¿Cómo lo ha conseguido?
Un algoritmo como la (única) arma para el futuro
Personalmente suelo estar a favor de quienes defienden, por encima de todo, el algoritmo de Dropbox para sincronizar los archivos. Sencillamente no hay otro servicio, ni siquiera Google Drive o iCloud Drive, que cargue o descargue los datos con ese rendimiento. El código que hace eso posible es el secreto mejor guardado de Dropbox, y la buena salida a bolsa que han tenido demuestra que tienen que seguir así.
No todo es un camino de rosas en el futuro. Dropbox está probando a avanzar con su plataforma Paper sin conseguir llamar demasiado la atención. La competencia es dura: todas las aplicaciones de iCloud, Office 365, la suite ofimática de Google Drive... cuando Dropbox sale de ese algoritmo de sincronización de archivos, se encuentra con un mercado en el que todas las grandes compañías ya se han repartido el pastel.
Por este motivo creo que Dropbox lo tiene difícil para expandir servicios (ofimática, trabajo colaborativo, etc) a menos que dé con la forma de hacerlo de forma mucho más cómoda que con sus rivales. Pero que lo intente sin ninguna duda, porque es la competencia como esta la que hace que los usuarios tengamos mejores servicios cada día.
No dudo en que Tim Cook debe pensar algunas veces en Dropbox desde su despacho, imaginando cómo habrían aprovechado su tecnología de sincronización dentro de los propios servicios de Apple. Pero me temo que eso ya no es algo que vaya a ser posible.
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