Con la presentación de los nuevos iPhone 12, Apple eliminó el adaptador de pared y auriculares incluidos en la caja. La compañía ha argumentado que con esta medida podría alcanzar su objetivo de ser neutra en carbono para el año 2030, incluyendo todas sus operaciones y las de sus proveedores mundiales. Apple ha decidido mantener el precio de sus nuevos smartphones en línea con los del año pasado, provocando las quejas de numerosos aficionados a la tecnología que esperaban al menos una pequeña rebaja.
Algunos competidores como Xiaomi y OnePlus han aprovechado para resaltar en sus productos nuevos la inclusión de ambos accesorios. Una oportunidad clarísima de diferenciarse de quien es el referente del mercado. Sin embargo, cabe preguntarse cuánto tardarán en seguir la estela de la manzana, tal y como sucedió con el jack de audio o el mismo notch, por mencionar dos ejemplos.
Un gesto ecológico coherente con la trayectoria de Apple
A mitad de la presentación, la responsable de iniciativas medioambientales de Apple, Lisa Jackson, anunció la retirada de ambos accesorios de la caja del iPhone, siguiendo el camino del Apple Watch. Entre los argumentos que citó se encuentra el objetivo de ser neutral en carbono en todas sus operaciones, cadena de suministros y reciclaje del producto para 2030.
Jackson puso en perspectiva lo que suponen estos accesorios en el mundo, afirmando que existen más de 700 millones de auriculares con conector Lightning en el mundo, lo que supone alrededor de 2/3 partes de todos los iPhone en funcionamiento. Una parte cada vez más significativa de la base de usuarios utilizan auriculares inalámbricos, incluyendo AirPods y Beats.
Al mismo tiempo, hay 2.000 millones de adaptadores de corriente hechos por Apple, con “miles de millones” más de otras marcas. Aquí se incluyen, por supuesto, los tradicionales con conexión USB-A (los más numerosos) y los más recientes USB-C. Además de su eliminación, Apple puede meter un 70% más de cajas de iPhone en un mismo palé. En conjunto, Apple consigue reducir en 2 millones de toneladas de CO2 al año.
Desde luego, son buenas noticias para el medioambiente. Y se trata de un movimiento coherente con los planes de Apple en los últimos años, que busca hacer su actividad más sostenible. No se puede acusar a la compañía, por tanto, de oportunismo.
Más allá del ahorro de un puñado de dólares
Aunque el cinismo que rodea casi todo análisis de Apple en el entorno tecnológico argumenta que eliminar el adaptador y auriculares es debido única y exclusivamente al dinero, lo cierto es que estamos hablando de un puñado de dólares por cada iPhone. Calcular el coste puro de los componente del iPhone es un ejercicio tremendamente complejo. IHS en 2017 ya apuntaba que la caja, cable Lightning, auriculares Lightning, manual y adaptador de corriente costaba alrededor de 12 dólares.
Digamos que tanto el adaptador como los auriculares suponen unos 5 dólares por iPhone. Dando por válida esta cifra, si la multiplicamos por los 200 millones de iPhone que vende Apple al año, estamos hablando apenas de 1.000 millones de dólares al año. Para una compañía que facturó 260.000 millones en el año fiscal 2019, supone un 0,38%. No parece que el ahorro de coste sea una de las principales razones. Ni siquiera es capaz de compensar el elevado coste que se estima de la tecnología 5G del iPhone 12 (entre 75 y 120 dólares por unidad).
Dando por buena la razón ecológica de Apple para retirar ambos accesorios y descartado el móvil económico, existen otras razones que probablemente figuren a la misma altura. Una de ellas es la simplicidad. La cadena de suministros del iPhone consta de cientos de partes distintas. Eliminar un par de ellas, de las que sabes que existen cientos de millones en el mundo y que muchas acaban en el cajón, supone acabar con su redundancia. Y aligerar un poco la ya de por si la complicada gestión de la construcción del iPhone.
Todo esto genera una tremenda sensación de déjà vu. Un episodio que ya hemos vivido en el pasado y que los competidores utilizan para su favor, diferenciándose del referente del sector. Una ganancia a corto plazo, que indudablemente acabarán copiando cuando ya no suponga un riesgo en el futuro.
Un win-win para la competencia
¿Os acordáis de cuando OnePlus se reía de la decisión de Apple de quitar el jack de auriculares y al final lo acabaron haciendo ellos también? Pues aquí viene la segunda parte. pic.twitter.com/Zw9eDXOoFJ
— Luis del Barco (@lbarcob) October 14, 2020
La competencia ya se ha aprovechado de la situación. OnePlus y Xiaomi han colocado en sus presentaciones la inclusión del adaptador y los auriculares en la caja como parte de su propuesta de valor. Como indica Luis del Barco, lo mismo ocurrió con el jack de audio hace no tantos años.
Cuando Apple eliminó el conector de audio de los iPhone de 2016, la prensa y aficionados de la tecnología se le echaron encima. Compañías como Samsung aprovecharon el tirón para mofarse de la manzana en sus anuncios, para finalmente sucumbir a lo evidente: que era un conector milenario que empezaba a estorbar en dispositivos tan pequeños.
Apple no fue la primera en eliminar este puerto, del mismo modo que ahora no ha sido la pionera en retirar el adaptador ni los auriculares. Pero sí fue la compañía que recibió todas las críticas por hacerlo a gran escala. Y una vez que esas voces dejaron de importar, otros fabricantes le siguieron. Una táctica que supone un win-win: te aprovechas para diferenciar tu producto en el corto plazo y, cuando ya no importa a nadie, haces el cambio. Cero riesgos. Todo beneficio.
Algo muy parecido sucederá con los accesorios redundantes en la caja de los smartphones. Con cada vez más usuarios acercándose al sonido inalámbrico, con miles de millones de auriculares y adaptadores ya en sus casas, que su desaparición sea la norma es cuestión de tiempo.
Ver 112 comentarios