El iPhone original inició su comercialización en EEUU el 29 de junio de 2007, casi seis meses después de su presentación. Lo que todos desconocíamos hasta ahora es la historia que vivieron los doce primeros iPhone fabricados en China y su entrada a EEUU. Porque no fue del todo legal. De hecho, esos iPhone entraron en el país de contrabando.
Los primeros doce iPhone jamás fabricados
Bob Burrough comenzó su carrera profesional en Palm como ingeniero de software en septiembre de 2005. Inmediatamente alcanzó el puesto de manager en la compañía, que mantuvo hasta su marcha a Apple en marzo de 2007. Las fechas son importantes porque son justo los años en que más bullicio había entorno a los smartphones. Y porque aterrizó en Apple un par de meses después de la presentación del iPhone original.
Burrough comenzó a hacerse cargo del software utilizado en el proceso productivo del primer iPhone. Una fabricación que se realizaba desde China y donde era necesaria su experiencia. Hasta entonces, sólo se habían fabricado los dispositivos utilizados en la keynote por el propio Steve Jobs y era necesario crear todo lo necesario para la manufacturación, supervisión, comprobación y empaquetado en masa del terminal destinado a cambiar la historia.
Los primeros doce terminales salieron de la línea de montaje entre abril y mayo, apenas dos o tres meses antes de su lanzamiento. Esos iPhone originales estaban destinados a Steve Jobs, Jony Ive y otros jefes de los departamentos de ingeniería de Apple que los necesitaban para su trabajo.
Esos teléfonos estaban empaquetados en su caja con el envoltorio intacto, tal y como se lo encontraría cualquier otro usuario a finales de junio. El objetivo era evaluar la experiencia del iPhone desde que se abría su caja hasta que se encendía y utilizaba.
En otras palabras, esos iPhone estaban listos para vender. Y eso suponía un problema.
Hola, soy Bob Burrough y no llevo doce iPhone en mi maleta
En el podcast The Menu Bar, Burrough narra cómo fue la experiencia de llevar esos doce iPhone desde la misma fábrica de China hasta California. Tras las pertinentes fotos con el grupo que participó en su fabricación, el ingeniero de software se dispuso a viajar en avión a EEUU con un compañero.
Llevar productos listos para la venta, como era el caso de estos iPhone, es algo permitido siempre que no superen un cierto valor. En el caso de la aduana de Estados Unidos, esa cifra es de 2.500 dólares. Pasado este límite, hace falta un papeleo especial que requiere su tiempo.
Para evitarlo, se dividió los doce terminales con su compañero, de modo que cada uno llevaría seis unidades y no sobrepasarían los 2.500 dólares individualmente. Ambos se encontraban en el aeropuerto de Hong Kong, disfrutando de la sala VIP de primera clase cuando su amigo recibió una llamada desde la fábrica de Foxconn: había surgido un imprevisto y debía volver inmediatamente.
Dejó a Burrough plantado en el aeropuerto con los doce iPhone, que acabó distribuyendo entre su equipaje de mano y el de bodega. Por este motivo, ahora sí que sobrepasaba los 2.500 dólares permitidos para la importación de productos y era necesario obtener un permiso una vez llegado a EEUU.
Durante el vuelo, Bob Burrough estuvo decidiendo qué hacer: informar en la aduana de los productos y valor que llevaba encima, perdiendo una cantidad de tiempo significativa o arriesgarse, no decir nada y jugársela a pasar desapercibido. El ingeniero no se decidió hasta el último segundo, cuando le respondió que "no tenía nada que declarar" al agente de aduanas.
Al salir del aeropuerto, fue directamente a la oficina a entregar los doce iPhone que pasaron a las manos de sus destinatarios. Burrough dejó de trabajar para Apple hace varios años, pero reconoce que no hizo lo correcto. Arriesgó lo que él considera como el mejor trabajo del mundo por elegir la opción rápida. Una alternativa que no volvería a tomar de encontrarse en esta misma situación.
Desde entonces, el proceso para importar a EEUU dispositivos electrónicos que aún no están a la venta ha cambiado. Ahora, la propia fábrica gestiona este proceso con la oficina estadounidense de Apple.
Es una historia muy curiosa, que mantiene ese aire gamberro de una Apple que aún estaba lejos de ser la compañía más valiosa del mundo. Eran otros tiempos.
En Applesfera | Compra y análisis del iPhone 3G, por Miguel López y Así es como Apple sorprendió al mundo con el teclado virtual del iPhone original.
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