Los Mac tienen muchas virtudes, pero cuando hablamos de videojuegos lo cierto es que siempre han estado un paso por detrás (siendo amables) del PC. Toda la gama de ordenadores de Apple, a excepción del Mac Pro, montan gráficas de portátil fruto de la obsesión de la manzana por reducir al mínimo el perfil de sus máquinas, y esa concesión se hace notar.
Esta realidad no es nada virtual, y la cosa se pone peor debido a que Metal y OpenGL están aún lejos de poder competir de tu a tu con DirectX principalmente por la falta de interés de las desarrolladoras AAA. Nada de esto es un problema cuando hablamos de juegos con una carga gráfica media, pero Oculus Rift ya nos ha dejado claro que para disfrutar de la experiencia que ellos quieren ofrecer, el listón va a estar tan alto que actualmente tan solo 14 millones de equipos ahí fuera serán capaces de soportarlo.
Así pues, el presente más inmediato de la realidad virtual en el Mac parece complicado desde un punto de vista meramente técnico, pero... ¿Y en el futuro? ¿Qué tiene que cambiar? ¿Qué opciones nos quedan?
Algo más que GPUs de gama alta
Las dos FirePro D700 de AMD con hasta 6 GB de VRAM GDDR5 que puede montar el Mac Pro (con un incremento de 720 euros en su precio) no son precisamente gama media, pero aún así, únicamente recurriendo a BootCamp y drivers no oficiales podemos conseguir un aprobado justo en el test de SteamVR.
Por contra, y por la mitad de precio, una tarjeta NVIDIA Geforce GTX 970 o una AMD R9 290X son los requisitos mínimos recomendados. Así, queda claro que la cuestión no es únicamente de gamas, sino de propósitos. Pero es que además el Mac Pro no debería de ser el equipo gamer de la manzana. Es un equipo profesional diseñado para aplicaciones profesionales, y ese debe ser su foco.
El iMac gamer
Es el iMac el equipo que por definición debería dar un paso adelante en favor de los jugones. A Apple le gusta mantener las cosas sencillas, con unas pocas configuraciones básicas y no demasiadas opciones de personalización, pero igual que han apostado por la descomunal resolución 5K para su modelo de 27 pulgadas bien podrían hacer hueco a un nuevo escalón con los cambios de diseño que sean necesarios (espacio y disipación de calor principalmente) para acomodar una tarjeta gráfica de escritorio.
En el último trimestre del año se vendieron 75 millones de PCs con Apple en quinta posición entre los fabricantes y 5,312 millones de Macs vendidos. Teniendo en cuenta que, como decíamos antes, apenas hay 14 millones de PCs compatibles con la realidad virtual, Apple podría tener una oportunidad de hacerse un hueco, pero tiene que moverse rápido.
Otra posibilidad
Se espera que la próxima renovación de los iMac cuente entre sus novedades con dos puertos Thunderbolt 3, precisamente lo que se necesita para soluciones externas como la ASUS ROG XG Station 2, diseñada para conectar tarjetas gráficas GeForce y Radeon a través de una interfaz PCIe 3.0 x4. Asus asegura que con esta nueva versión, anunciada durante el reciente CES 2016, la diferencia de rendimiento frente a conectar la tarjeta en una ranura PCIe x16 es de tan solo entre un 1 y un 5 por ciento, por lo que se plantea como una excelente solución.
La ventaja de que Apple apostase por este tipo de accesorios es sobre todo su versatilidad, puesto que ampliamos el radio de acción del iMac a los MacBooks, después de todo, los equipos con mejores ventas de la manzana.
Dicho esto, por supuesto también nos quedaría un último camino a recorrer: el de los cascos de realidad virtual con su propio hardware integrado. Microsoft y sus HoloLens, aunque lejos de la propuesta de Oculus, lanzó la primera piedra, y AMD acaba de presentar una apuesta conjunta con Sulon para meter un ordenador completo en su casco de realidad virtual. ¿Quizás vayan por ahí los tiros?
En Applesfera | La relación de Apple con los videojuegos
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