No cabe duda de que la seguridad de nuestras cuentas empieza por tener una buena contraseña. Al hilo de ello, usar un gestor de contraseñas es de lo más recomendable. Si quieres usar el nativo de Apple en el Mac, debes saber que es gratis y que no exige de instalar nada.
Se trata del llavero de iCloud, el cual ofrece varias formas de acceder, pudiendo elegir la que sea más cómoda dependiendo de lo que estemos haciendo en ese momento con el ordenador. Además de encontrar toda la lista de contraseñas, podremos incluso recibir recomendaciones de seguridad para cambiarlas.
A través de los ajustes y/o con un atajo
Desde macOS 13 Ventura, el diseño de los ajustes del Mac ha cambiado y tiene una interfaz mucho más similar a la que encontramos en un iPhone o iPad. Con ello, también encontramos un acceso rápido al gestor de contraseñas. Para ello, sólo hay que abrir 'Ajustes del sistema'' y entrar en el apartado 'Contraseñas'. Fácil.
Ahora bien, también podemos usar un atajo que haga aún más rápida esta acción y que sirve tanto en el Mac como en el iPhone y iPad. No es complicado crearlo, aunque te lo podemos facilitar con este enlace. Simplemente debes descargarlo y una vez esté instalado, bastará con que lo pulses para que se abra ese menú.
Entrando desde los ajustes de Safari
Si es Safari el navegador que más usas a diario, quizás sea una opción aún más interesante para acceder a las contraseñas. Eso sí, en cierto modo sigue siendo una opción algo más enrevesada que la anterior. Teniendo abierto el navegador, todo parte de irse a la barra superior de opciones, pulsar en 'Safari' y seleccionar 'Ajustes'. Una vez se abran esas opciones, deberás situarte en la pestaña 'Contraseñas' para acceder al listado.
La más rápida: el 'Acceso a llaveros' en el dock
El llavero de iCloud tiene su sección en los ajustes del propio Mac y de Safari, aunque la opción clásica es la de acceder mediante la aplicación 'Acceso a llaveros' que se encuentra escondida en el Launchpad, más en concreto en la carpeta 'Otros'.
En este caso, y para que sea la opción más rápida de todas, mi consejo es arrastrar su icono al dock para así tenerlo siempre visible. De esa forma podremos acceder siempre que queramos e independientemente de qué estemos haciendo con el Mac, dado que el dock es (casi) siempre accesible.
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