Se trata sin duda de uno de los usos más habituales tanto en el iPhone como en el iPad: todo lo que rodea a las fotos y los vídeos. Cada vez almacenamos más fotografías y esto puede ser un verdadero problema en los equipos con poca capacidad, lo que obliga a sus propietarios a encontrar soluciones imaginativas. Ahora bien, peor aún, es borrar accidentalmente alguna de esas imágenes.
Es ese momento de angustia en el que vemos que uno de nuestros preciados recuerdos, se quedan en eso, en recuerdos, y es que la foto se ha esfumado para siempre. Por fortuna, el usuario tiene algún que otro recurso para esquivar esta desgracia, o incluso para deshacer el entuerto si es posible. Pero posiblemente la medida más importante que haya que adoptar desde el primer momento, es ser conscientes de la problemática que supone llevar una fototeca en condiciones, y actuar en consecuencia ¿Cómo?
El último cartucho: la carpeta "Eliminados"
Al igual que sucede en los Mac, en los dispositivos iOS hay un paso previo a la eliminación definitiva, una suerte de purgatorio por el que pasan todas las fotos antes de su muerte sin vuelta atrás, y que ha salvado de más de un apuro a la gran mayoría de propietarios de iPhone y distintos dispositivos iOS. Este purgatorio es la carpeta "Eliminados", y por fortuna, paso obligado de las fotos antes de su pérdida.
Para acceder a ella deberemos pulsar sobre Álbumes en la aplicación nativa de fotos y probar fortuna. Si la suerte nos acompaña y la fotografía sigue ahí, bastará con pulsar sobre Recuperar para que vuelva a la carpeta "Todas las fotos", o bien podremos proceder a su eliminación definitiva. Si la colección borrada es larga, es conveniente utilizar la barra de navegación inferior para ir seleccionando una a una.
Esta carpeta cuenta con un funcionamiento automatizado totalmente opaco para el usuario, que actúa en segundo plano y que se encarga de ir vaciando la carpeta, eliminando las fotos cuando éstas llevan más de cuarenta días almacenadas. Si lo piensas bien, se trata de un sistema muy inteligente (aplicado también en OS X) que permite ese último suspiro al usuario antes de dar la foto por perdida.
La mejor opción está en las nubes
Realmente, la opción de recuperar una foto de la papelera nos puede servir para una situación de apuro, pero como hemos apuntado al comienzo, lo mejor es anticiparse y crear una sistemática en la gestión de las fotografías, o lo que es lo mismo, no dejar que se vayan acumulando por miles en nuestro dispositivo hasta que no quepa ni una más. Si no hay un orden, al final no sabremos dónde está cada fotografía y se perderán ente la multitud.
Las soluciones más eficientes serán aquellas que simplifiquen la vida al usuario y que sean los procesos automatizados los que se encarguen de solucionarnos el problema de las fotos. Por eso, mejor que recuperar una foto borrada, es disponer de un sistema de respaldo de las mismas que se encargue de almacenarla de forma automática en la nube. Apple se aproxima a este problema proponiendo iCloud y su Fototeca.
El servicio de los de Cupertino se encarga de subir automáticamente a sus servidores en cuanto detecta una conexión WiFi, y soluciona parcialmente el asunto del espacio, ya que almacena una versión de baja resolución en el dispositivo. El mayor inconveniente de iCloud es que para contar con un espacio del que despreocuparnos, será necesario pasar por caja, no mucho, pero hay que pagar. Por contra, la mayor ventaja es la total automatización del proceso.
Google Fotos sorprendió a todos ofreciendo un argumento casi definitivo: almacenamiento indefinido gratuito y de por vida. Pero conviene recordar que tiene una pequeña trampa: el sistema reduce ligeramente la resolución de las instantáneas, algo con lo que hay contar. Pero el producto de Google juega con otra baza importante: permite liberar espacio en el dispositivo, ya que el usuario puede forzar al sistema a borrar las fotos que estén ya respaldadas. No es perfecto, pero funciona de maravilla.
Imagen | iLounge
En Applesfera | iCloud y Google Fotos cara a cara
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