Para mí, la organización lo es todo. Al ser pluriempleado tengo que adecuarme a una productividad alta, buscando evitar cualquier tipo de distracción. Y el iPhone es el principal canal donde se debe hacer eso: es el dispositivo que tenemos en el bolsillo y consultamos constantemente.
Por eso tenemos que ser conscientes de que incluso nuestra pantalla principal de iOS 17 puede llevarnos a un torbellino de procrastinación, en buena parte culpable por el scroll infinito de las redes sociales. Pero podemos evitarlo si organizamos bien las aplicaciones y carpetas del iPhone. Y ahora que vienen los nuevos propósitos de año nuevo, puedes inspirarte en lo que yo he aplicado en mi propio iPhone 15 Pro.
Mi iOS 17: una pantalla con lo que más uso, otra pantalla con el resto
Con mis sesiones de formación no paro de ver los iPhone de muchas personas. Y no quiero ser esa persona que juzga, pero me entran sudores fríos cuando veo un iOS de varias páginas repletas de iconos completamente desorganizados, sin criterio.
Es lo peor que puedes hacer si lo que buscas es evitar distracciones: tener Instagram o YouTube al lado de la aplicación que utilizas para consultar el correo del trabajo. El dedo irremediablemente se te va a las aplicaciones que buscan evadirte, ansiando una satisfacción rápida. A largo plazo, eso puede acabar siendo una adicción.
Para evitarlo (al menos en parte), una cosa que he hecho es organizar todas las aplicaciones en solamente dos pantallas. La primera, sin carpetas y con las aplicaciones que más utilizo en mi día a día. Tanto de vida personal, como de trabajo. La segunda con el resto de aplicaciones que tengo instaladas organizadas por carpetas, con alguna que otra excepción que consulto frecuentemente o simplemente estoy probando para reseñarlo en alguno de mis artículos.
Mis reglas para evitar distraerme con las aplicaciones del iPhone
Una "maldición" de ser editor en Applesfera es que no puedo prescindir de redes como Twitter, ya que a menudo se convierten en fuente de información de filtradores pero también en fuente de procrastinación. La solución de simplemente no utilizarla o limitarla mediante Tiempo de Uso no funciona, porque siempre puedo necesitar alguna consulta por trabajo.
Ante esta situación, algo que me funciona es buscar la mínima interacción con mis dispositivos para hacer alguna tarea rápida. Estas son mis dos reglas:
- Si puedo hacer la consulta desde la pantalla de bloqueo, ni siquiera entro en la pantalla principal de iOS.
- Si puedo hacer la consulta desde el Apple Watch, evito coger el iPhone y me limito a hacerlo todo desde el reloj.
Es por eso que procuro tener widgets en mi pantalla de bloqueo con cosas que quiero consultar frecuentemente: el estado de la domótica de mi casa, su temperatura, la temperatura del lugar en el que me encuentro y la probabilidad de lluvia. Todas las notificaciones de las redes sociales están desactivadas.
Respecto al mi Apple Watch Series 9, siempre tengo una esfera desde la que puedo acceder a muchas secciones con un sólo toque de dedo a través de las complicaciones: calendario, tiempo, accesorios de HomeKit, actividad física, entrenos y listas de recordatorios. Así, para todas esas consultas, no tengo que usar el iPhone.
Con mucha razón, alguien puede decirme si no he probado los modos de concentración en los que puedo ocultar aplicaciones creando varias pantallas de inicio, una para cada momento del día. Y sí, lo he probado, pero mi vida profesional y mi vida privada están demasiado mezcladas como para que me resulte útil. Me he resignado a organizarme de este modo para evitar entretenerme demasiado.
Y aunque este sistema no sea 100% efectivo, funciona a cierto nivel. Hace que me de cuenta de las veces que abro aplicaciones que no pretendía abrir, con lo que limito ese uso. Con el tiempo, incluso he acabado ahorrando batería fruto de evitar sesiones demasiado largas de procrastinación.
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