Hoy es una fecha que podríamos calificar de fatídica para el Mac mini. El sobremesa de Apple cumple tres años desde la última actualización que experimentó, evidenciando cómo la compañía se ha olvidado de él mientras que el resto de la gama Mac ha ido mejorándose.
Algunos dicen que tengamos esperanza, que el Mac mini resucitará con nuevas especificaciones internas o incluso con un nuevo rediseño. Otros lo dan ya por muerto, apostando con que el pequeño ordenador desaparecerá repentinamente de las tiendas para no venderse nunca más. Para intentar sacar algo en claro, nos preguntamos: ¿sigue el Mac mini teniendo ese hueco por el que nació?
Una puerta de entrada al mundo de Apple que ha perdido su sentido
La generación original del Mac mini llegó a principios de 2005. En esa época, Steve Jobs lo presentó como una alternativa barata al iMac, un ordenador para intentar convencer a los usuarios de Windows para hacer el switch sin la necesidad de gastarse lo que costaba un Mac en esa época.
Para recortar el precio Apple vendía un ordenador pequeño, con especificaciones ajustadas y sin ningún accesorio. Eras tú el que tenía que aportar un monitor, un teclado, unos altavoces y un ratón. Si tenías un PC y estabas interesado en saltar a la plataforma de Apple, sólo tenías que desconectar tu torre con Windows y reemplazarla con ese pequeño ordenador que iba a ser tu primer paso hacia el mundo de la manzana mordida.
¿Consiguió su efecto? Más o menos. Hubo gente que lo disfrutó como Apple quería que ocurriera: como un sobremesa. Pero a medida que se iba actualizando, hubo gente que le encontraba otros usos. Gente que ya tenía un Mac adquiría el mini para usarlo como servidor casero, o como ordenador conectado a la televisión en una época en la que el Apple TV no ofrecía ni mucho menos todo lo que ofrece ahora.
El Mac mini nació diseñado para ser la puerta de entrada al mundo de Apple, junto con los iPod de aquella época. Pero han pasado más de doce años, y todo ha cambiado. Ahora la puerta de entrada a Apple no es un ordenador barato, es el iPhone. O el iPad. iOS nos introduce a iCloud y a todo el abanico de servicios de Cupertino, y acaba convenciendo a algunos para que salten de Windows a Mac en un mundo donde los ordenadores importan cada vez menos.
Y en esa evolución, el Mac mini ha quedado apartado y sin razón de ser. Antes de gastar 555,59 euros en su versión más simple, los usuarios se gastan 400 euros en un iPad. O la misma cantidad en un iPhone SE como puerta de entrada al mundo de Apple. El que los que se compren un ordenador vayan cada vez más a por un portátil tampoco ayuda demasiado. Yo mismo he intentado vender un Mac mini que no utilizo, sin éxito.
Por lo tanto, no me extrañaría que el Mac mini ya no se actualice más y vaya desapareciendo discretamente de las tiendas. Quien quiere un sobremesa ya va directamente a por algo más potente, como un iMac, y la apuesta se va a intensificar con la llegada del iMac Pro y del Mac Pro modular que Apple nos ha prometido para el año que viene.
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