Equipo nuevo, nuevos procesadores, tarjetas gráficas, unidades de almacenamiento y en algunos casos también RAM. Son varios los componentes que se pueden actualizar con cada generación de producto. Así ha ocurrido también con el iMac que recientemente se actualizó. Y como es lógico, dejando de lado los números de Apple muestra (ya sabemos que los fabricantes a veces miden de forma extraña) todo el mundo quiere conocer qué rendimiento real ofrecen respecto a generaciones pasadas.
Barefeats le ha echado el guante a diferentes configuraciones y ha realizado una serie de pruebas para ver hasta qué punto mejoran. Los equipos usados han sido los siguientes:
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Mac Pro GTX 780 = 2010 Mac Pro 3.33GHz 6-Core, GeForce GTX 780 (flashed)
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Mac Pro GTX 680 = 2010 Mac Pro 3.33GHz 6-Core, GeForce GTX 680 Mac Edition
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2013 i7 GTX 780M = 2013 iMac 3.5GHz Core-i7 Haswell, GeForce GTX 780M
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2013 i5 GTX 775M = 2013 iMac 3.4GHz Core-i5 Haswell, GeForce GTX 775M
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2012 i7 GTX 680MX = 2012 iMac 3.4GHz Core-i7 Ivy Bridge, GeForce GTX 680MX
Después de ejecutar varias pruebas las conclusiones son más o menos las esperadas. Los nuevos equipos son potentes pero no presentan un salto importante respecto a la generación anterior. En algunos test gráficos incluso obtenían un resultado inferior. Claro que también el tema de los controladores gráficos podría afectar.
El iMac 2013 tope de gama, con la GTX 780M con 4GB de ram, obtiene unos resultados mejores pero con muy poca diferencia respecto al modelo de 2012 con la GTX 680M. Los vencedores en dichas comparativas son los Mac Pro, equipos con más tiempo a sus espaldas pero con un factor clave, éstos montan una gráfica de escritorio y no las versiones móviles usadas en los iMac. De ahí la M al final de la numeración.
Respecto a las pruebas de CPU, los nuevos procesadores se notan siempre y cuando los comparemos con homónimos de la generación anterior. Es decir, el i5 del nuevo iMac es más lento que el i7 del iMac 2012. La explicación está en que el i5 no soportar Hyper-threading, por tanto en pruebas donde se usan varios núcleos pierde ventaja competitiva. Así que, con ese dato, podremos realizar una inversión en un micro u otro según el tipo de aplicaciones que ejecutaremos. Sobra decir que si podemos optemos siempre por el tope de gama.
Pero donde se nota la mejora es en la velocidad de disco gracias a las nuevas unidades PCI-e. Valores entorno a los 700-800 MB/s en lectura y escritura demuestran que la mejora es sustancial.
En definitiva, muy buenos equipos. Con un rendimiento a la altura y que podría ofrecer un desempeño alto para usuario exigentes y/o profesionales que hacen uso de apps devoradoras de recursos. Ahora sólo nos queda esperar al nuevo Mac Pro y ver hasta que punto esa caja cilíndrica de color negro vuelve o no a ser el buque insignia de Apple en temas de potencia.
Vía | Barefeats
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